A 40 años de su publicación, las Orientaciones Fundamentales del ITESO siguen permeando la actuación de la universidad, aunque autoridades y profesores subrayan que deben revisarse críticamente para afrontar retos contemporáneos.

El ITESO es una universidad que no debe conformarse con ser una simple “escuela de oficios”, sino que debe plantearse permanentemente ejercer un rol que contemple en su vocabulario conceptos como la trascendencia y la realización tanto de sus alumnos como de la sociedad en la que está inserta, para lo cual cuenta, entre otros documentos, con sus Orientaciones Fundamentales (OFI), publicadas en 1974.

OFIS

A cuatro décadas de aquella pausa reflexiva que hizo la institución, cuatro académicos y autoridades de la universidad se sentaron la mañana del jueves 12 de junio en el Auditorio W del campus a dialogar y reflexionar sobre los contenidos de estas, su lenguaje, sus objetivos y su inserción en el mundo contemporáneo.

Gisel Hernández, titular de la Dirección General Académica; Felipe Alatorre, profesor e investigador del Centro de Investigación y Formación Social; Héctor Garza, SJ, del Departamento de Filosofía y Ciencias Sociales, moderados por la académica Alma Reyes, abordaron los tres aspectos centrales con los que las OFI han buscado guiar la marcha del ITESO: la Inspiración Cristiana, Una Filosofía Educativa Específica y Un Compromiso Social Definido.

Garza recurrió a la figura de la frónesis, acuñada por Aristóteles, para explicar en qué consiste buscar ser una institución que no solo forme arquitectos, abogados o ingenieros, sino “personas humanas que saben de sí mismas, que se hacen cargo de su propia vida”.

“La frónesis es: tú dedícate a lo que quieras, pero ten esta sabiduría, este conocimiento, este saber práctico que te permita detectar la dignidad y la excelencia humana en cada una de las situaciones a las que te enfrentes”, aseveró el jesuita, quien lamentó que las universidades, en general, estén haciendo a un lado a las humanidades (filosofía, teología, literatura), disciplinas indispensables si lo que se busca no es formar simples profesionales de un “oficio”, sino seres humanos integrales, el ITESO incluido.

“…Tenemos la intención de que realmente de aquí salgan sujetos, personas humanas que saben de sí mismas, que se hacen cargo de su propia vida”.

Hernández también afirmó que la universidad ofrece constantemente evidencias de que las OFI (consultables íntegras en www.iteso.mx), permean buena parte de su trabajo cotidiano y sus planes a largo plazo en el sentido de aspirar a la autotrascendencia y autosuperación personal e institucional, evidencias rastreables gracias a herramientas como ZOOMate, foro de evaluación en el que los alumnos que están por terminar sus estudios opinan sobre lo que ha sido su proceso formativo en el ITESO.

“Ellos manifiestan que, en cuanto salen, ya son alumnos diferentes y son personas humanas diferentes a las que entraron”, señaló la directora general académica, quien trasladó la responsabilidad social de la universidad fuera de sus muros.

“Tiene una misión el ITESO: nuestra filosofía educativa tiene que permear más allá de nuestros propios alumnos; hay que reforzarla para poder ser cada vez más competitivos”.

Formación integral ante un mundo cambiante

Organizado por el Centro de Formación Humana (CFH), en este foro de reflexión se hizo mención de lo importante que resultan las asignaturas ofrecidas por dicha instancia para difundir el sentido y espíritu de las OFI, materias que, en palabras de Hernández, “tienen que ver con el desarrollo ético y moral, con la construcción de la propia identidad, con conocer la realidad histórica y social para saber cómo vivir en la diversidad y la tolerancia. Esos son los valores fundamentales alineados a las OFI que refieren los alumnos del ITESO”.

Alatorre citó el proyecto estudiantil que permitió eliminar el unicel del campus como un buen ejemplo de que las OFI inciden, consciente o inconscientemente, en el accionar del ITESO, ya que demostró que el alumnado se pregunta qué papel le toca jugar en un mundo que, según el profesor, tiene hoy más incertidumbre que certezas.

“¿Cómo enfrentar esa incertidumbre, cómo nos preparamos, cómo creamos comunidad, cómo creamos alternativas junto con otros? Estas son cuestiones que nos están interpelando y nos animan y nos empujan a ir hacia otros rumbos”, dijo Alatorre, ante un auditorio lleno de profesores y personal de la universidad.

Hernández recordó la tensión y contradicción entre los valores y la ética que intenta enseñar el ITESO a sus alumnos y los valores que se consideran como sinónimo de éxito y dominan diversos círculos de la sociedad contemporánea: el dinero, la abundancia, el lujo o el individualismo.

“Eso los alumnos son capaces de reflexionarlo, pero no siempre podemos decir que de los cientos de alumnos que salen cada año todos son sujetos capaces de transformar nuestra sociedad en una sociedad más justa. El reto es también que nuestros mil 200 maestros [aproximadamente] sean transformadores, y no solo los profesores del CFH o de otras materias que tienen que ver con estos valores”. Texto Enrique González Foto Archivo