Para Alberto Aziz, Doctor en Ciencias Sociales por la Ibero Ciudad de México, el balance del primer año del Presidente de Enrique Peña Nieto es de grandes expectativas y pocos resultados.

En el marco del Foro de Análisis de la Coyuntura: Economía, política y medio ambiente, llevado a cabo del martes 3 al jueves 6 de junio en el Auditorio A del ITESO, Aziz desmenuzó el aspecto político del primer cuarto del sexenio presidencial, en el que las reformas educativa, hacendaria, energética y de telecomunicaciones han sido el principal motor de cambio, con lo que él considera resultados mixtos.

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“Las reformas permanentes, en términos político-electorales son como el proceso religioso de confesarse, asumir la penitencia y luego volver a ir a pecar”, declaró el académico del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas).

“[Los políticos] quieren resolver lo que pasó en 2012, y en 2008 quisieron resolver lo que pasó en 2006, y así sucesivamente. Así que seguro que en unos años vamos a estar con una reforma más, mientras que la ciudadanía pierde cada vez más el interés al saber que es un juego cada vez más cerrado entre los partidos”.

El retorno del PRI

Para Aziz, la estancia del PRI en la oposición era una anormalidad en el sistema político, su regreso al poder transformó de nuevo la relación partido-gobierno que se llevó a cabo con los dos sexenios del PAN. El PRI, opinó,  nunca ha tenido problema en regular ese vínculo; ese ha sido un problema de las oposiciones —el PAN en sus dos presidencias y el PRD en su dirección interna.

“La disciplina, el pragmatismo, la verticalidad, esos son los mecanismos que usa el PRI. La cabeza del partido es el presidente de la república y no se hacen bolas en eso, apoyan el proyecto que marque la presidencia. Ellos construyen la maquinaria para ganar votos, pero la política pública la hace el ejecutivo”.

La centralización es un factor determinante en el primer año de Peña Nieto, y una muestra más del intento por recuperar la figura del presidencialismo es el propio Pacto por México, al que Aziz miró con ambivalencia: para él fue una suerte de experimento para sacar adelante reformas pendientes en un régimen donde no hay mayorías, una pieza importante para el inicio sexenal y, en su momento, reformadora, pero el pacto parece haber terminado y ahora se presentan alianzas parciales y puntuales.

¿Qué tanto el Estado ha recuperado sus capacidades regulatorias frente a los monopolios y poderes fácticos con sus reformas? Hasta el momento, Aziz declaró queda a deber, sobre todo en telecomunicaciones y la industria petrolera, donde falta saneamiento administrativo.

“Las reformas no son una vía segura para lograr los objetivos porque hay una serie de mecanismos en la parte de las leyes secundarias donde hay que ver cómo se resuelven estos mecanismos para la distribución y la competencia por el poder.

La propia creación del Instituto Nacional Electoral (INE) —que sustituye al Instituto Federal Electoral— es también otra de las muestras de los esfuerzos de centralización, con facultades como las de nombrar a los consejeros electorales locales.

Deudas pendientes

Mientras que, reforma tras reforma, ciertos grupos de oposición y parte de la ciudadanía protestan y Peña Nieto no ha terminado de resolver el problema de formar mayorías con un sistema pluripartidista; mientras que se reduce el salario, existe incertidumbre por el ascenso pendiente de la economía, mientras crece el clientelismo y la concentración de los recursos, Aziz señaló que la visión extranjera del país es positiva en torno a la figura presidencial.

Mencionó publicaciones como The Economist y Time —con su controversial portada con Peña Nieto y el título Saving Mexico (salvando a México)— que realzan los cambios en las reformas estructurales y definen este periodo como “el momento mexicano”.

Para Aziz, quedan deudas muy importantes para el resto del sexenio: están pendientes los instrumentos para combatir la corrupción; la economía sigue sin despegar, el salario está estancado y el empleo formal no repunta de forma importante; la inseguridad continúa arrojando escenas muy preocupantes en diversas zonas del país y la protesta social se está judicializando.

“Un gobierno que se presentó como reformador pero que quiere controlar contenidos y disminuir la autonomía de las instituciones, está lejos de ser la propuesta de un PRI moderno y democrático”, señaló. Foto Facebook oficial de Enrique Peña Nieto