La Cátedra Unesco-ITESO, dedicada este año a la erradicación de las violencias en las ciudades, arrancó con una conferencia magistral que mostró los hallazgos de una investigación internacional financiada por el gobierno de Estados Unidos.
Estrategias diferenciadas, diseñadas en función del barrio o la zona de la ciudad que se pretenda mejorar y un trabajo intersectorial capaz de entender los aspectos sociales, políticos, económicos y arquitectónicos e incluir por igual a ciudadanos, autoridades y expertos, son la parte nodal del modelo de intervención que impulsa la Cátedra Unesco-ITESO, la cual inició actividades la mañana de este martes 21 de abril en el campus de la Universidad Jesuita de Guadalajara.
El tema central del Séptimo Seminario de dicha Cátedra es el de la “Gestión social para la construcción de ciudades seguras y sin violencias”. La primera conferencia magistral corrió a cargo de Diane Davis, investigadora de la Universidad de Harvard, quien mostró los hallazgos y recomendaciones de un proyecto internacional surgido en dicha institución y financiado por el gobierno estadounidense, titulado “Espacios de resiliencia: la importancia de la planificación y diseño urbano en la creación de ciudades más seguras”.
Desplegados por siete ciudades de América y África (Managua, Ciudad de México, Sao Paulo, Medellín, Kigali, Johannesburgo y Nairobi), los investigadores han visto cómo el dinero (por mucho que sea) no siempre da los resultados esperados, que la participación de los habitantes es fundamental y que las ideas que funcionan en un centro histórico pueden fracasar en una colonia de la periferia.
Davis habló de implementar acciones “pequeñas” que tomen en cuenta cada aspecto del lugar que se pretende intervenir, en lugar de pensar en acciones a gran escala. El concepto rector de este trabajo es la resiliencia, definida en la conferencia así: “La manera en que las personas, instituciones y sociedades se recuperan de los daños y encuentran formas para adaptarse y prosperar”.
“Esto no es normal”
Previamente, en el acto inaugural de la Cátedra, José Morales, SJ, Rector del ITESO, enumeró los tres ejes de este convenio de colaboración firmado hace 16 años por la universidad y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco): 1) La participación en redes académicas; 2) La vinculación con programas de licenciatura y posgrado, y 3) La organización de seminarios internacionales (como el de la semana pasada) para compartir saberes.
“La reconciliación y la paz son parte de la misión de una universidad jesuita como la nuestra. Deseamos romper con la inercia de la normalización de las experiencias de violencia en las calles y espacios públicos de la ciudad; aspiramos a comprender mejor las distintas caras de la violencia urbana y las prácticas existentes para transformar conflictos, prevenir delitos y reconciliarnos entre todos los que formamos parte de una comunidad”, subrayó el Rector en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ.
Este seminario, añadió, aspira a contribuir a la construcción de “una mejor calidad de vida y el bienestar de las poblaciones humanas, en particular las que se encuentran en situación de marginación, exclusión y hacinamiento, y más recientemente, las afectadas por las violencias urbanas”. La búsqueda de una sociedad justa, equitativa, reconciliada y pacífica, es prioritaria para la Unesco y el ITESO.
Raúl Díaz, académico del ITESO y coordinador de la Cátedra, dijo ante líderes vecinales, funcionarios públicos, asociaciones civiles, conferencistas, académicos e investigadores, que el miedo no debe ser aceptado por ningún ciudadano o autoridad.
“Vivimos con temor, y eso no es normal. Sentimos miedo de caminar la calle libremente; miedo de cruzar una avenida que cada día se convierten en viaductos en esta ciudad [Guadalajara]; miedo de convivir espontáneamente con la gente; miedo de participar en procesos que mejoren las condiciones de vida de nuestra ciudad…”, y complementó:
“Queremos comprender mejor esta situación, compartir recursos conceptuales y prácticos para construir una agenda que nos permita sumarnos al camino que nos lleve hacia una cultura de paz para nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos”. Texto Enrique González Foto Luis Ponciano