El Encuentro de la Investigación y el Posgrado en el ITESO 2024 tuvo por eje la formación e investigación aplicada desde la Escuela de Ingenierías del ITESO

Como «una señal esperanzadora» leyó el rector del ITESO, Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, la iniciativa para elevar de rango al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) para convertirla en la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación.  

En el marco de la inauguración del Encuentro de la Investigación y el Posgrado en el ITESO 2024, el rector aplaudió la iniciativa, aunque señaló que aún queda pendiente establecer cómo es que se articulará con otras dependencias y cómo es que esta nueva figura impactará en la articulación y desarrollo científico y tecnológico del país.  

“El anuncio sugiere un reconocimiento de parte del gobierno federal al papel clave que la comunidad científica tiene para el país. En caso de que fluyan los recursos y apoyos necesarios, debe haber un mayor compromiso de nuestra parte. Este momento histórico nos exige poner los criterios científicos por delante de las filias o las fobias políticas”, afirmó. 

Zatyrka Pacheco acotó que, para el ITESO, los principales retos en la materia se refieren a desarrollar el trabajo con el mayor rigor metodológico, privilegiando el beneficio colectivo por sobre el individual, apostando además por seguir impulsando una dinámica colaborativa inter y transdisciplinar. 

En ese sentido, también es menester que cada investigadora e investigador del ITESO se involucre más en la discusión de lo que produce. “De poco sirve el conocimiento, por pertinente que sea, si no lo hacemos llegar a donde alguien pueda aprovecharlo”, afirmó el Rector. 

Coincidió con él Catalina Morfín López, directora general académica, quien añadió que, frente a los cambios propuestos por la próxima administración federal, “no podemos caer en la tentación de prever una catástrofe, pero tampoco podemos prever lo contrario”, por lo que consideró imperativo regresar a las Orientaciones Fundamentales del ITESO (OFI), que dictan que la Universidad debe mantener “una actitud de apertura respetuosa y crítica frente a las distintas ideologías y modos de interpretar la realidad. Y, por tanto, debemos sostenernos en que el diálogo ofrece abundantes frutos, mientras que la intransigencia abre una brecha cada vez más infranqueable”, mencionó. 

En lo que a las nuevas tecnologías se refiere, Morfín López consideró que es una prioridad de la academia trabajar en su comprensión y en la construcción de significados comunes acerca de los usos de la tecnología para definir cómo, hacia dónde, para qué y al servicio de quiénes queremos crear y usar estas herramientas. 

En esta segunda edición del Encuentro, la Escuela de Ingenierías fue protagonista, especialmente para hablar sobre la formación e investigación aplicada en estas áreas. La Escuela de Ingenierías del ITESO se compone de cuatro instancias: Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), Departamento de Matemáticas y Física (DMAF), Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) y el Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI). 

José Bernardo Masini Aguilera, al frente de la Dirección de Investigación y Posgrado (DIP), señaló que desde esta área se avistan potenciales oportunidades de colaboración, acostumbrados a acompañar los proyectos interdepartamentales que de manera tan orgánica se dan en la universidad y celebró que el encuentro fuese oportunidad para que se pudiesen detonar sinergias poco exploradas por la propia comunidad científica del ITESO. 

“Por geniales que sean nuestros hallazgos, estos son poco útiles si no los logramos compartirlos con quienes tienen la capacidad de multiplicarlos o de hacerlos llegar a más personas. Esos vínculos suelen comenzar entre colegas de áreas afines y con el paso del tiempo implican a académicos de áreas tan disímiles que tan sólo imaginarlas juntas ya resulta retador. La Escuela de Ingenierías del ITESO es un ejemplo de esos casos en los que vamos de lo orgánico hacia lo impensable”, compartió.  

Raúl García Huerta, director del DPTI, compartió que, desde su creación en 2022, la Escuela de Ingenierías busca la construcción de proyectos comunes, la colaboración entre los procesos formativos de producción académica y de divulgación. 

Entendiendo la investigación como actividad inherente a la labor universitaria, García Huerta apuntó que la investigación es fundamental para la sociedad. “Entender nuestro entorno, sus desafíos y oportunidades es el primer paso para poder transformar. Es a través de la investigación que descubrimos nuevas formas de abordar problemas complejos, desarrollamos tecnologías innovadoras y proponemos soluciones que mejoran la calidad de vida”, mencionó. 

La Escuela de Ingenierías aglutina 13 posgrados y agrupa a un total de 47 académicos dentro de sus programas de investigación, de los cuáles el 70 por ciento forma parte del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII). 

Una historia de colaboración 

Para inaugurar la jornada, Edmundo Antonio Gutiérrez Domínguez, profesor e investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), impartió la conferencia magistral “De la ciencia de frontera a la ingeniería: los semiconductores, parte fundamental en el descubrimiento del agujero negro en la Vía Láctea”.   

Retomó los resultados de la Colaboración del Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en inglés), red de investigación internacional que en mayo de 2022 develó la primera imagen de un agujero negro supermasivo situado al centro de la Vía Láctea. 

Más allá de este descubrimiento, el académico resaltó la colaboración entre más de 300 investigadores de más de más de 80 instituciones de todo el mundo, y de las tecnologías utilizadas para lograr estas vinculaciones y resultados. Un ejemplo son los ocho radiotelescopios utilizados para lograr la imagen, que en conjunto equivalen a un radiotelescopio del diámetro de la tierra. 

El Gran Telescopio Milimétrico, instrumento científico de clase mundial ubicado en el estado de Puebla, fue uno de los radiotelescopios utilizados para este proyecto. “Es resultado de la ciencia, tecnología e ingeniería mexicana. Yo digo, si somos capaces de desarrollar un instrumento científico como ese, podemos resolver cualquier otro problema, como por ejemplo la falta de agua, la contaminación de agua, la conversión eficiente de energía solar, etcétera”, señaló. 

Con más de 160 artículos en publicaciones indexadas, Gutiérrez Domínguez destacó que el éxito del EHT es posible gracias a la colaboración interdisciplinaria, que agrupa, entre otras áreas, a expertos en óptica, mecánica, instrumentación electrónica y procesamiento de las señales. 

Sin embargo, acotó que las tecnologías desarrolladas para este proyecto tienen muchas más aplicaciones en el ámbito electrónico, energético y médico, por mencionar algunos. Además, insistió en todas las bondades que tiene para consolidar las vocaciones científicas y crear aún más desarrollo. 

El también integrante del SNII nivel II comentó que, para poder desarrollar esta imagen, fue necesario usar semiconductores. “Los semiconductores son como lo que ha sido el petróleo para el mundo en algún momento. Están presentes en todo lugar y los van a ver cada vez más en más lugares”, dijo. 

Aplaudió que el gobierno federal haya tomado la decisión de considerar el tema de los semiconductores como prioritario para el estado mexicano, lo cual de pie a construir sólidas alianzas entre la academia, el gobierno y la industria en pos del desarrollo del país. 

FOTOS: Roberto Ornelas