Un ambiente seguro para los colaboradores promoverá una mayor eficiencia, así como más innovación, creatividad y compromiso, asegura el consultor en liderazgo y organización Ted McKinney, en una conferencia que formó parte de la iniciativa Lifelong Learning (LLL) promovida por la AMBA
A medida que las organizaciones se esfuerzan por adaptarse y prosperar en un mundo que cambia rápidamente, el hecho de fomentar un entorno en el que los empleados se sientan seguros y valorados será, sin duda, un factor clave para su éxito. Ésa es la premisa principal que Ted McKinney, consultor en liderazgo y organización, propuso durante su visita al ITESO, donde dictó la conferencia «Fomentando la seguridad psicológica. ¿Qué debe hacer un líder?».
Durante la charla, a la que asistieron egresados, estudiantes y profesores de los posgrados empresariales de la Universidad, así como profesionales de la industria, el ponente destacó la importancia de que los líderes fomenten permanentemente un ambiente de trabajo en el que cada miembro del equipo se sienta seguro expresando sus ideas, admitiendo errores y asumiendo riesgos sin temor a represalias.
También habló de un cambio de paradigma en el liderazgo, que ha pasado de ser autoritario, autocrático y coercitivo a ser de servicio, democrático y participativo.
«[La seguridad psicológica] es una experiencia individual. Es sentarse en una reunión, no entender algo y levantar la mano y poder hacer esa pregunta. Es desafiar a un líder, es ser vulnerable. La seguridad psicológica se produce en ese momento, pero es más poderosa cuando se acumula. Porque, a nivel de equipo, se obtienen mejores resultados», afirma.
Los líderes marcan la pauta
McKinney insistió en la importancia del comportamiento de los líderes «porque puede crear estas vías que van a inhibir y deteriorar la seguridad psicológica, o a cultivarla». Ofreció consejos prácticos a las organizaciones que buscan mejorar la seguridad psicológica, mediante acciones que reflejen un liderazgo ético y digno de confianza, así como estrategias de apoyo organizativo e inclusión así percibidas por los empleados.
Sin embargo, McKinney advirtió que la seguridad psicológica es frágil: «Si nosotros, como líderes, respondemos de forma dura, no sólo inhibimos a esa persona que ha hablado, sino que tiene un efecto potencialmente espeluznante en el resto del equipo». Por otra parte, si se fomenta la seguridad psicológica, el resultado es una organización resiliente que adopta una cultura de autodepuración que se predispone a no tolerar más comportamientos tóxicos. «Se produce un efecto multiplicador que fortalece la cultura y contribuye al bienestar de los empleados», afirmó.
Por ello, insistió en que la seguridad psicológica es un proceso continuo que requiere el compromiso y el esfuerzo de todos los miembros de la organización.
McKinney compartió anécdotas personales sobre sus experiencias en diversas organizaciones, en las que fue testigo tanto de fracasos como de éxitos en cuanto al fomento de la seguridad psicológica, destacando el impacto que tuvo en la moral y el rendimiento de los empleados. En este sentido, dijo que algunos de los resultados tangibles en el equipo de los liderazgos impulsados por la seguridad psicológica son más creatividad, innovación, empoderamiento y compromiso, así como el bienestar de los empleados, que a menudo se traduce en un rendimiento óptimo del equipo.
McKinney posee un doctorado en liderazgo basado en valores por la Universidad Benedictina y un máster en Administración de Empresas por la Universidad del Sur de Illinois en Edwardsville (SIUE, por sus siglas en inglés), así como una licenciatura en Comunicación de Masas y Estudios Mediáticos en esta misma institución.
El ponente también comentó que en su próximo libro, Walk Your Talk: Fostering Psychological Safety so Organizations and Employees Will Thrive, aborda, entre otros conceptos, el liderazgo, la cultura del trabajo y el éxito organizativo.
La conferencia de McKinney en el ITESO formó parte de la iniciativa Lifelong Learning (LLL) promovida por la AMBA y adoptada por la Escuela de Negocios ITESO (ENI), que tiene como objetivo la actualización permanente tanto de los egresados como de los estudiantes de posgrados empresariales, al tiempo que invita a los aspirantes de estos programas a conocer la oferta de la Universidad a través de un ejercicio de aprendizaje colectivo.
FOTO: Zyan André