Desde el C-Juven les damos la más cordial bienvenida a este espacio de reflexión en el ámbito psicoafectivo-relacional que tiene como propósito abordar temáticas sobre salud mental y brindar algunas estrategias de autocuidado para el bienestar

 

La Organización Mundial de la Salud [OMS] define a la salud mental como un estado de bienestar que nos permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés y ansiedad de la vida, desarrollar habilidades, poder aprender, trabajar y contribuir a la mejora de la comunidad. Sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para el desarrollo humano, la toma de decisiones y para el establecimiento de vínculos afectivos. Además, es un derecho humano fundamental que nos brinda dignidad.   

Sin embargo, ¿qué ocurre con la salud mental de la comunidad universitaria después de atravesar una pandemia? Una pandemia que nos llevó al confinamiento y a cambiar nuestros hábitos y formas de relacionarnos bajo una diversidad de modalidades y encuentros. El común denominador de nuestros padecimientos en salud mental se concentró en situaciones relacionadas con el estrés/ansiedad y con la dificultad en las relaciones interpersonales.   

Las y los estudiantes universitarios se enfrentan a una compleja etapa evolutiva: el final de la adolescencia y el comienzo de una adultez joven, que tiene que ver con una serie de duelos más allá de las aspiraciones y expectativas a futuro o a su perfil de egreso. Es una madeja de cambios psíquicos, físicos, relacionales y de sentido de vida que les atraviesa. Se encuentran en diversos procesos de identificación, de referencia y de pertenencia, en una permanente transición donde viven constantes re-significaciones. Son nómadas y la única certidumbre es el cambio.  

Ahora bien, la salud mental es mucho más que la ausencia de trastornos o dificultades. Tiene que ver con el grado de autorregulación y de tolerancia a la frustración ante situaciones difíciles de la vida. Evitar el conflicto no habla de la salud mental, sino de carecer de habilidades para enfrentarlo, ¿Cuáles son algunos determinantes de la salud mental? Se encuentran los factores psicológicos y biológicos, las habilidades emocionales, los hábitos, las predisposiciones, la exposición a circunstancias sociales, económicas y ambientales favorables o desfavorables.  

Cuando hablamos de salud mental también nos referimos a los factores de riesgo y de protección. Los factores de riesgo se refieren a las condiciones, conductas, estilos de vida y/o situaciones que nos exponen y marcan tendencia hacia el riesgo; por su parte, los factores de protección en salud mental son aquellas características, condiciones y contexto ambiental que inhibe, reduce o atenúa la probabilidad de un riesgo.  

Los factores de protección se desarrollan durante toda la vida y aumentan la resiliencia, es decir la capacidad de las personas para superar circunstancias adversas. Entre ellos se encuentra la inteligencia emocional, las habilidades sociales, la empatía y el liderazgo. Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en las comunidades en distintas escalas.  

Desde la universidad es prioritario abordar la salud mental a través de diversos frentes: por una parte, desde el acompañamiento psicoafectivo a la comunidad universitaria, por otro desde el ámbito de la prevención a través de talleres, grupos y redes de apoyo, rutas y estrategias para saber qué hacer y cómo actuar a fin de reducir el riesgo, aumentar los factores de protección y crear entornos favorables. 

La salud mental no solo es tema de los profesionales de la salud mental, sino de toda la comunidad universitaria para hacer una comunidad saludable, empática ante las diversas necesidades de los estudiantes, profesores, académicos, administrativos y servicios de apoyo. Cuando una comunidad cuenta con una buena salud mental, existe un mayor compromiso y despliegue de sus potencialidades que se verán reflejadas en su trabajo y convivencia cotidiana, así como en la capacidad para responder ante situaciones emergentes o a apoyar contextos y/o poblaciones en situación de vulnerabilidad. 

Las reacciones relacionadas con el estrés y la ansiedad pueden incluir cambios en la concentración, el pensamiento y la memoria, así como cambios en los niveles de energía, apetito, sueño, entre otras. Por ello recomendamos algunas estrategias de autocuidado: 

  • Reconocer y expresar emociones y sentimientos. 
  • Mantener contacto con la familia, los amigos y la comunidad. 
  • Favorecer el desarrollo de habilidades de autorregulación y tolerancia ante la frustración. 
  • Practicar estilos de vida saludables como lo son la actividad física, la alimentación, el descanso y sueño. 
  • Prevenir y lidiar con reacciones de estrés mediante estrategias de autocuidado como: rutinas diarias, actividades de recreación y convivencia. 
  • Practicar la atención plena (mindfulness) para tomar la conciencia del momento presente. 
  • Buscar ayuda profesional y apoyo psicoafectivo. 

Los servicios de atención psicológica que se ofrecen en el C-Juven son: 

  1. Asesoría psicológica individual: proceso de acompañamiento psicológico en el cual el usuario reconoce y acota la situación que le afecta y a partir de esto, desarrolla estrategias psicoafectivas que favorezcan su bienestar y calidad de vida. Es de duración breve, centrado en conseguir objetivos específicos y concretos acordes con el enfoque psicoeducativo. En algunos casos, este proceso sirve para orientar y encontrar soluciones a la situación o problema, en otras para reforzar y/o descubrir los recursos, habilidades y fortalezas para afrontar la vida, y en otros, sirve para orientar al usuario a un seguimiento psicológico o psiquiátrico. 
  2. Entrevista puntual: espacio destinado a resolver alguna situación/ problemática u consulta que requiera orientación específica. 
  3. Intervención en crisis: situaciones de crisis psicológicas, de ansiedad y emergencias psiquiátricas que evidencian un comportamiento desorganizado y que pueden o no poner en riesgo la vida y/o la integridad física o emocional de cualquier miembro de la comunidad universitaria o persona externa que se encuentre en las instalaciones de la universidad. 

Además, en el Centro existe el programa de Prevención y cuidado comunitario cuyo objetivo es generar las herramientas que fortalezcan factores de protección y disminuir los factores de riesgo  propios de la dimensión afectiva-relacional, así como el programa de Gestión de conocimiento cuyo propósito es producir conocimiento, referente a la vida psicoafectiva y relacional de los jóvenes, que permita retroalimentar, enriquecer e innovar en los procesos de acompañamiento y formación que se ofrecen en el C-Juven.  

FOTO: Luis Ponciano