La carrera de Gestión Cultural del ITESO cumple sus primeros 10 años.
POR SAMANTHA FERNÁNDEZ GOVEA
A todos nos gusta celebrar nuestro cumpleaños. Siempre es una oportunidad de compartir con nuestros seres queridos un año más de vida; se vuelve el pretexto para reunirnos y pasar un buen rato juntos. Este año, el cumpleaños que celebramos son los diez años de la licenciatura en Gestión Cultural del ITESO.
A pesar de contar solamente diez años, no quiere decir que esta profesión nació de la noche a la mañana. A lo largo del tiempo las distintas culturas han necesitado organizarse para llevar a cabo sus prácticas culturales, como rituales, danzas, compartir saberes a través de la narración oral y, de igual modo, dedicar un tiempo para el ocio con la música, juegos, teatro y más.
Fue después de la Revolución, en 1921, con la creación de la Secretaría de Educación Pública, cuando el cae en la cuenta de que Estado necesita personas preparadas para encargarse de los asuntos de la cultural. En ese tiempo la cabeza de la Secretaría de Educación Pública era José Vasconcelos, quien tenía la idea de que el arte y la educación eran herramientas para el cambio y el desarrollo social, por lo que integraría en el programa de alfabetización de la población libros de literatura clásica y clases de arte en las comunidades rurales. Esta idea se volvió una política pública y surgieron varias subdirecciones, como el Departamento de Educación y Cultura y el Departamento de Cultura y de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos. Años más tarde se transformarían en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). El INAH se ha encargado de preservar e investigar el patrimonio mexicano, el INBA de impulsar el desarrollo artístico mexicano, y el Conaculta se enfocaría en la promoción de las actividades culturales y artísticas, hasta que en 2015, por decreto presidencial, se transformó en la Secretaría de Cultura.
Estas instituciones han sido dirigidas por promotores, quienes a través de prueba y error han aprendido a dirigir y poner en marcha actividades culturales y artísticas. Por esto, en ocasiones pareciera que no se tienen objetivos, planeación o que no hay un gran impacto en las problemáticas sobre las que se quiere incidir. Aspectos que aún pasan en la actualidad.

Samantha Patricia del Socorro Fernández Govea es estudiante de la Licenciatura en Gestión Cultural del ITESO. Este artículo es parte de la investigación que realiza en el PAP “Mirar la ciudad con otros ojos. Memorias e identidades” de Otoño 2020.
Estos promotores culturales no son exclusivos de las instituciones públicas, muchos han trabajado en empresas, organizaciones no gubernamentales o de manera independiente. Ante la necesidad de profesionalizarse, desde finales de la década de los ochenta el Conaculta abrió talleres y diplomados para dotar de herramientas y nuevas filosofías a los promotores culturales; pero fue hasta comienzos del 2000 cuando en el Área Metropolitana de Guadalajara comenzaron los planes de estudio en Gestión Cultural por parte de la Universidad de Guadalajara y el ITESO.
Actualmente la Licenciatura en Gestión Cultural del ITESO cuenta con 109 estudiantes y 154 egresados, quienes laboran en instituciones públicas, privadas, organizaciones civiles y autoemprendimientos. Sin embargo, no todos los egresados cuentan con las mismas oportunidades ni parten de la misma realidad. Algunos se están dedicando a trabajar en algo diferente a lo que estudiaron y otros están desempleados. Este escenario se ha acentuado a partir de la pandemia, pues siguen egresando estudiantes que buscarán un trabajo y las actividades culturales y artísticas durante esta crisis, han sufrido cambios dramáticos.
De acuerdo con un sondeo sobre las afectaciones económicas del sector cultura del Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), de 250 organismos y empresas culturales, 37 por ciento considera cerrar de forma permanente y el mismo porcentaje reveló que entre 41 por ciento y 60 por ciento de sus colaboradores son mujeres, por lo que es este grupo el que se verá más perjudicado —cuatro de cada cinco son mujeres—; además, 18.7 por ciento ya han despedido personal, 4.6 por ciento lo hará pronto y otro 19 por ciento lo está considerando, lo cual elevaría la tasa de desempleo en el sector cultural.
Aunque el desempleo no es un tema nuevo para los gestores culturales, valdría la pena detenerse e identificar cuáles otras causas lo están provocando, los retos y estrategias que aplican las y los egresados antes de la pandemia y durante ella. Ejemplos de autoemprendimiento y emprendimiento con propuestas disruptivas, pertinentes y creativas que sortean la desolación y vibran nuevamente en los escenarios, son muchos. Puedes leer sus historias en este semanario y conocer de ellos en el programa de la celebración de la carrera de Gestión Cultural del ITESO.