El libro Hermanos en el camino, experiencias de amor desde el infierno de la migración, presentado en la FIL 2014 y coeditado por el ITESO y la Ibero León, contiene las experiencias de nueve estudiantes en un albergue para migrantes.

A su paso por México, los migrantes centroamericanos que cruzan por el Istmo de Tehuantepec enfrentan cada vez más peligros. Según cuenta René Vigné, colaborador del albergue Hermanos en el Camino —fundado por el padre José Alejandro Solalinde—, desde que se les impide abordar el tren conocido como “La Bestia”, los viajeros deben caminar hasta seis días desde Arriaga, Chiapas, hasta Ixtepec, Oaxaca, donde se encuentra este refugio.

René Vigné, Francisco Javier Sentíes y Marco Antonio Landeros

René Vigné, Francisco Javier Sentíes y Marco Antonio Landeros

“El año pasado el albergue recibía a 150 migrantes cada tercer día; ahora tan solo unas 15 personas diarias llegan caminando”, relató el francés, asentado en México desde hace más de 30 años. “Después de descansar reanudan el viaje en ‘La Bestia’ y se enfrentan a todos los peligros que exponemos en este libro”.

La obra a la que se refiere se titula Hermanos en el camino, experiencias de amor desde el infierno de la migración, coeditada por el ITESO y la Universidad Iberoamericana de León y presentada el 1 de diciembre en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

El libro aborda la migración desde la experiencia de nueve estudiantes de las Iberos de León y la Ciudad de México, quienes le pusieron nombre e historia a los migrantes a través de las experiencias que vivieron durante 2013 como colaboradores del albergue Hermanos en el Camino.

Vigné, quien impulsó a los estudiantes a que escribieran sus historias, presentó el libro junto con Francisco Javier Sentíes, académico de la Ibero León, y Marco Antonio Landeros, coordinador del voluntariado de migración en el Centro Universitario Ignaciano (CUI) del ITESO.

El libro se divide en tres partes: la presentación de los voluntarios, el relato de su experiencia en la inserción y los relatos de los migrantes. El prólogo fue escrito por el padre Solalinde y, según explicó Sentíes, la razón que di origen a este proyecto es formativa, ya que las universidades jesuitas del país tienen la firme decisión de que el servicio social se convierta en una oportunidad de aprendizaje que les permita a los alumnos conocerse a sí mismos, enfrentar su soledad, valerse por sí mismos y conocer realidades en las que pueden incidir.

“Esto nos permite que la formación académica se amplíe y no se quede nada más en un acto de profesionalización, sino que tratamos de arroparlo para inspirar en ellos la preocupación por el otro”, explicó Sentíes.

Landeros habló de cómo estas experiencias de encuentro con la realidad suponen cambiar desde los hábitos más superficiales hasta las creencias más profundas.

“Es una experiencia fundante aquella que cambia tu realidad, tu cosmovisión, tu forma de ver la vida, y esto lo vemos en los testimonios de los voluntarios”, expresó el integrante del CUI.

“Nuestro apoyo como voluntarios no soluciona los problemas, pero nos permite entregar nuestro amor y compasión a nuestros hermanos necesitados”, declaró Vigné.

El libro está a la venta en el stand que tienen en la FIL el ITESO, las Iberos León, Puebla, Torreón y Ciudad de México y la editorial Buena Prensa (I-15) o en la página publicaciones.iteso.mx, con un costo de 150 pesos. Texto Adriana López-Acosta Foto Roberto Ornelas