Bajo el lema “Muchos corazones, un solo latido” se realizó el Día de la Comunidad Solidaria.

Dos días de colores, olores, sabores, texturas y sonidos diferentes en un espacio que, para la comunidad universitaria del ITESO, fomenta la sensibilización ante distintas problemáticas y realidades adversas que se viven en nuestra sociedad. El 13 y 14 de marzo diversos colectivos y jóvenes mostraron sus proyectos, realizaron talleres, juegos y dinámicas para entablar un diálogo en torno a las causas por las que trabajan.

La propuesta del Día de la Comunidad Solidaria de este año se centró en rescatar la visión que tienen los jóvenes sobre la solidaridad y la manera en que se vinculan con diferentes causas y proyectos que tienen componentes concretos en torno a la inclusión, la tolerancia, la hospitalidad, la reconstrucción del tejido social, el cuidado de la casa común, el respeto a los derechos humanos, la construcción de ciudadanía y la justicia social.

Dos actividades que tuvieron lugar fueron el taller “¿Cómo lograr nuestras metas de ahorro con base a nuestros hábitos de consumo responsable?” y el “Trueque universitario”, ambos impulsados por el Proyecto de Aplicación Profesional “Economía social y solidaria”.

El principal objetivo del taller sobre metas de ahorro fue que los asistentes reflexionaran sobre el ámbito económico y lo que hacen día a día con su dinero, dijo el instructor Paulo Díaz, consultor en educación financiera.

Los asistentes revisaron aspectos de la economía personal en los que la mayoría no había reparado en su presupuesto y sus hábitos de consumo. Y en un ejercicio muy sencillo, usando una hoja dividida en columnas en las que escribieron la información de sus gastos mensuales, cuáles de estos eran necesarios y cuáles no, identificaron oportunidades de ahorro al quitar de su presupuesto aquellos gastos que identificaron como innecesarios.

El trueque universitario, liderado por Luis Manuel Macías Larios, profesor de la Escuela de Negocios, fue una dinámica sencilla y enriquecedora: los estudiantes que se registraron previamente para la actividad, llevaron cerca de diez objetos para intercambiar. La esencia del trueque, explicó, es darles una segunda vida a las cosas y entender que el dinero no es el único medio de poseer capital.

Dos artesanos se unieron a la actividad, ofreciendo para el trueque una artesanía cada uno. Su participación destacó otra de las características de este intercambio: se pueden hacer trueques de objetos por habilidades, siempre confiando en la buena fe de que ambas partes cumplirán con el intercambio.

La campaña financiera de estos dos días de expresión solidaria tiene como destinatario al Colectivo de Jóvenes Indígenas Urbanos (JIU), conformado por mujeres y hombres de nueve culturas provenientes de distintos estados de nuestro país y que actualmente viven en la Zona Metropolitana de Guadalajara, y que busca, a través de distintas actividades, construir una ciudad diversa e intercultural, reconociendo las aportaciones y las problemáticas de los pueblos originarios en el medio urbano.

Dicha campaña apoyará al colectivo para que pueda contar con un espacio para organizarse, trabajar y promover el encuentro con otros los jóvenes, que genere diálogos interculturales, diversos y solidarios.