Con el propósito de fomentar alternativas sustentables en la adquisición y el desecho de ropa, diversas instancias de la universidad organizaron un espacio con actividades como trueque, intercambio y pláticas sobre el impacto de la industria textil, todo esto en el marco de la Semana del Cuidado de la Tierra
Por Diana Alonso
“Es importante tomar conciencia de los impactos sociales y ambientales de la industria de la moda […]. Es un tema que nos incumbe porque todos la consumimos y parte de nuestros hábitos. Es desde allí que nosotros podemos proponer e influenciar para hacer un cambio”, mencionó Gijhan Hernández, estudiante de la licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda al comienzo de la primera conferencia del evento “Swap, Trueque y Conferencia Moda Sustentable”, el cual compartió espacio con Discosopa y un taller de intervención y reparación de prendas. “En este tiempo, reparar es un acto de rebeldía”, dijo Josefina Robles, coordinadora de la asignatura Economía Social y de las asignaturas de Economía en la Maestría en Administración del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM).
Este espacio fue organizado por el colectivo RedUC, junto al DEAM y la academia de Economía Social del ITESO, como parte de las actividades de la Semana del Cuidado de la Tierra.
En las primeras conferencias, en las que también participó la profesora Cynthia Fragoso de la licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda, se trataron temas como la moda, las tendencias, el fast fashion, la identidad y la necesidad de adoptar prácticas de consumo responsable frente a una de las industrias más contaminantes del planeta. Estas reflexiones fueron útiles para profundizar en la relevancia, el significado de las siguientes actividades, el trueque y el Swap.

A lo largo de las mesas, integrantes de la comunidad universitaria interactuaron entre sí y llevaron a cabo el trueque de objetos personales, como libros, joyas, ropa, calzado, bolsos, entre otros. Por otro lado, en la actividad denominada Swap, participaron aproximadamente 50 personas, quienes intercambiaron prendas en buen estado por puntos. Estos puntos permitían seleccionar libremente entre todas las prendas reunidas bajo la regla de «una prenda, un punto».
“La idea nace de buscar otras formas de hacer economía. La economía no tiene que pasar por el mercado, y el mercado no es la ley de la oferta y la demanda. Creemos que hay otras formas que integren a la comunidad”, añadió Robles. La palabra “economía” proviene de la unión de las palabras oikos y neimen, que conforman oikonomia, que significa la administración del hogar, no un término directamente relacionado con el dinero.
Mientras decenas de personas buscaban e intercambiaban ropa, al otro lado del jardín se preparaba la estación de comida de la Discosopa. Esta actividad consistió en rescatar alimentos que estaban destinados a la basura, no por su fecha de caducidad o mal estado, sino por estética o sobreproducción. Esa misma mañana, voluntarios recorrieron los pasillos del Mercado de Abastos con este objetivo. Según un artículo, esta central genera aproximadamente 100 toneladas de residuos orgánicos diarios. Los asistentes a las diversas actividades tuvieron la oportunidad de disfrutar diferentes guisos, ensaladas y purés elaborados con los alimentos recuperados.
“Es una forma de desmonetizar la economía, de ver que podemos encontrar cosas útiles sin prejuicios […]. La oferta y la demanda son una creación. La economía nació para la administración de nuestra vida, de la casa común. No se necesita mediar dinero para vivir bien”, mencionó Robles.
FOTOS: Zyan André
