La Dra. Berenice Rivera Mercado, médico especialista en Audiología, Otoneurología y Foniatría del Instituto Mexicano de Otología y Neurotología y la Asociación Civil Amaoir, compartió puntos clave para el bienestar auditivo durante el VI Encuentro Internacional de Salud Auditiva 2025

Por Diana Alonso

1. La salud del oído

Para tener un control sobre nuestra salud auditiva primero debemos saber cómo percibimos los sonidos. La forma más conocida es la vía tradicional*, en la que el sonido entra por nuestro oído externo hasta el interno, mientras que la vía alterna se refiere a la captación de las vibraciones sonoras con nuestro cráneo.  

A partir de esto, podemos identificar dos problemas relacionados con la pérdida o disminución de la audición: las pérdidas conductivas, donde el sonido no puede llegar al interior del oído debido a una obstrucción, y las pérdidas neurosensoriales, en las que alguno de los órganos del oído interno no funciona adecuadamente. 

2. Los especialistas en el tema

Es importante saber a quién acudir para el cuidado de este sentido. Los audiólogos evalúan la capacidad auditiva, adaptan auxiliares y orientan sobre las necesidades audiológicas de los pacientes. Por otro lado, los otorrinolaringólogos realizan cirugías exploratorias y correctivas, además de atender infecciones crónicas o agudas en los oídos. 

3. Síntomas de problemas en la salud auditiva

La sensación constante de oídos tapados, escuchar un zumbido o silbido en uno o ambos oídos (tinnitus), y la poca tolerancia a ciertos ruidos (hiperacusia) son síntomas que deben ser atendidos, ya que podrían indicar un daño en el sistema auditivo.  

4. ¿Qué estudios se realizan?

Estudios audiológicos:  

  • La audiometría, en la que se evalúan las capacidades de recepción del sonido. Desde los 125 Hz hasta los 8000 mil Hz, rango de intensidad sonora en el que se encuentra la fonética del lenguaje. Los humanos captan desde los 20 Hz hasta los 20 000 Hz. 
  • La impedanciometría tiene tres estudios cruciales:
  •  La timpanometría: prueba que evalúa las condiciones del oído medio, como la movilidad del tímpano y de los huesecillos conductores, sometiéndolos a distintas intensidades de presión. 
  • Reflejos estapediales: evalúa la contracción del oído ante ruidos fuertes. 
  • Tone Decay: evalúa el reflejo de contracción y relajación del oído ante ciertos estímulos. 
  • La emisión otoacústica es una prueba que valora la respuesta que tienen las partes del oído interno al sonido, la cual es parecida a un eco. Puede detectar problemas de audición en bebés desde los dos meses de edad. 
  • Los Potenciales Evocados Auditivos de Tronco Cerebral (PEATC), verifican que los nervios que envían la señal auditiva al cerebro lo hagan de forma correcta y en un tiempo determinado.
  •  Los estudios otorrinolaringológicos suelen basarse en la historia clínica, la exploración física, tomografías y resonancias magnéticas.  

5. Enfermedades del oído

  • Hipoacusia:   disminución de la sensibilidad auditiva. 
  • Trauma acústico: la exposición durante cierto periodo de tiempo a sonidos de alta intensidad que puede causar pérdida temporal, súbita o crónica de la audición. 
  • Teorías de lesión: pérdida de la audición debido a otras condiciones como la diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, tiroides, y problemas vasculares.  
  • Otitis media: inflamación o estiramiento de la membrana del tímpano por la presencia de fluido o moco.  

6. Consecuencias de no tratar la pérdida auditiva

Una persona con pérdida auditiva que no es detectada a tiempo o que no es tratada puede llegar a carecer de habilidades o tener dificultades para desarrollar el lenguaje, lo que afecta a múltiples aspectos de su vida diaria. De cada mil, cinco niños nacen con pérdida auditiva.  

7. Cuidados generales del oído 

Realizarse un estudio de audiometría anual, evitar introducir objetos en los oídos, limitar la exposición prolongada a ruidos intensos y evitar el consumo de medicamentos ototóxicos son prácticas que protegen nuestra audición. 

La especialista recalcó que es recomendable realizar estudios al nacer, al ingresar a la primaria y secundaria, al presentarse problemas para leer o escribir, y a las edades de 45 y 60 años. 

 

 

*Para tener un control sobre nuestra salud auditiva primero debemos saber cómo percibimos los sonidos. La forma más conocida es la vía tradicional, en la que el sonido entra por el conducto auditivo hasta llegar al tímpano, el cual vibra como un tambor y provoca el movimiento de los huesos más pequeños del cuerpo humano, el martillo, yunque y estribo. Esto estimula la cóclea que, junto a las células ciliadas convierten la energía mecánica en señales eléctricas que después serán decodificadas por el cerebro.