El egresado y académico, considerado como una de las voces más influyentes en el ámbito de la comunicación en América Latina, fue protagonista de un homenaje, organizado por la Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, en el que sus colegas celebraron sus enseñanzas y, sobre todas las cosas, su amistad

«Gracias, gracias, gracias», dijo Guillermo Orozco Gómez. «Gracias, gracias, gracias», habían dicho antes, y dijeron después, algunas de las personas reunidas en el Auditorio D2 del ITESO. «Tengo ganas de decir ‘gracias’ muchas veces», añadió el académico, y «gracias» dijeron muchas veces también quienes hicieron llegar mensajes porque, desde la distancia, seguían la transmisión del homenaje, organizado por la Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, a quien es considerado como una de las voces más influyentes en el estudio de la comunicación en América Latina y pieza fundamental en la creación, hace cinco lustros, de esta maestría en el ITESO.

Adriana Pantoja, coordinadora de la maestría y encargada de conducir el homenaje, destacó la presencia de Guillermo Orozco desde el nacimiento del programa académico, en el que estuvo a cargo de la materia «Teoría de la comunicación» en 72 cursos y desde donde vio egresar a 220 estudiantes y dirigió 14 tesis. Al sintetizar la trayectoria profesional del académico; así como su papel en la creación del programa de la Maestría en Comunicación de la Universidad de Guadalajara.

Para continuar perfilando al homenajeado, Raúl Fuentes Navarro, profesor emérito del ITESO, recordó cómo su vida ha avanzado en paralelo con la de Orozco Gómez desde que eran pequeños. «En este contexto de comunidad y pertenencia, es un gusto hablar con y sobre Guillermo Orozco, con quien he compartido toda la vida», dijo Fuentes, para recordar que estudiaron en las mismas primaria, secundaria y preparatoria, para luego coincidir en la incipiente carrera de Ciencias de Comunicación en el ITESO. Dijo que, si bien él es investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, «antes que yo, ya estaba Guillermo. Lo que quiero decir es que él es de mayor edad que yo. Siempre ha tenido ventaja».  

Aunque no pudo estar presente en el auditorio, Rossana Reguillo, profesora emérita del ITESO,  también participó en el homenaje a través de un texto leído por Adriana Pantoja. En dicho texto, la también investigadora emérita interrogó a ChatGTP, la plataforma de inteligencia artificial, sobre el perfil de Guillermo Orozco, que fue descrito por el programa como «un destacado académico especializado en la comunicación, las audiencias, el análisis de la recepción y apreciación de los mensajes y la teoría del consumo cultural».  

Y aunque la información ofrecida por ChatGTP iba por buen camino, erró al afirmar que el ITESO no tiene una Maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, lo que provocó la risa de las y los asistentes. A pesar del desliz, Rossana Reguillo coincidió en calificar a Orozco Gómez como «un académico fuera de serie, un compañero de viaje con muchas conversaciones y muchos kilómetros recorridos, con un cariño a prueba de jubilaciones y homenajes». 

La siguiente intervención corrió por cuenta de Rodrigo González Reyes, académico del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso) del ITESO, quien señaló que no es posible «comprender los estudios de recepción de mensajes, de la televisión y de la alfabetización mediática sin las aportaciones de Guillermo Orozco». Señaló que, desde que comenzó a trabajar con él, hace 23 años, «ha fungido, más que como un tutor, como un gran mentor. Nunca ha sido mezquino, al contrario: siempre comparte lo suyo».

David González, también académico del Deso, destacó la figura de Orozco como mentor, resaltando que «tiene la facultad de hacer que las relaciones académicas terminen en amistades duraderas». Luego de señalar que el mejor homenaje que se puede hacer a una figura como la del académico es «discutirlo y leerlo», compartió algunas de sus apreciaciones sobre las líneas de investigación que ha explorado el homenajeado.

Al tomar su turno en el micrófono, Guillermo Orozco Gómez se dijo muy agradecido por el homenaje. Dijo que desde siempre ha considerado al ITESO como su casa y que esa sensación resurgió cuando volvió, luego de viajar durante 20 años, para trabajar en el diseño de la maestría. «Siempre tuve un pie aquí y otro en la Universidad de Guadalajara, y caminé muy bien con los dos pies», dijo el académico.

Dijo que, al hacer el recuento de su vida profesional, «la experiencia me ha formado más a mí que lo que yo he formado a mis estudiantes». También recordó cuando era un estudiante en el ITESO de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y tenía que tomar cursos debajo de los árboles porque las aulas del edificio A no eran suficientes. Finalmente, al ver la edad de la mayoría de los asistentes, dijo: «Ustedes tienen la vida por delante. Yo ahora la veo por detrás, y estos homenajes son como un alimento, una manera de sentir que uno algo hizo».

En las intervenciones de la audiencia hubo un común denominador: la admiración por el legado intelectual y la gratitud por la amistad. «Leerte fue tan potente que me hizo venir a Guadalajara para conocerte. Uno dice en clase: ‘Guillermo Orozco dice…’, porque resuenas todo el tiempo»; «Nos trataste como iguales, como amigos»; «Agradezco tus enseñanzas y tus conversaciones, y nos queda la tarea de seguir leyéndote»; «Me enseñaste que podía ser investigador y seguir disfrutando la vida».

Cuestionado sobre la motivación que lo llevó a inscribirse a estudiar Ciencias de la Comunicación, Orozco compartió: «Porque tenía problemas de comunicación. Fui, soy y seré hijo único, y eso me hizo enfrentar el mundo de una manera diferente. Entré como una alternativa para comunicarme con otros y hacer hermanos, para dialogar».

El homenaje cerró con un reconocimiento de Enrique Páez, director del Deso, quien también agradeció el trabajo de Guillermo Orozco en esta instancia universitaria.

Además de «gracias», otra palabra recurrente en las dos horas que duró el homenaje fue la palabra «vino». Y por eso, al final, Guillermo Orozco recibió como regalo una botella de vino para brindar.

FOTOS: Luis Ponciano