La academia tiene un papel muy relevante en la adopción de los retos que suponen estas tecnologías para el Desarrollo Sostenible.


En septiembre de 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, documento que propone 17 objetivos (ODS) que, a su vez, se traducen en 169 metas específicas aterrizadas desde una visión económica, social y ambiental.

Sin embargo, a consideración del gobierno mexicano en el documento faltó considerar el tema del impacto que pueden tener las nuevas tecnologías como herramientas para alcanzar esas metas, por lo que, a doce años de la fecha planteada por la ONU, es el momento adecuado para poner el tema sobre la mesa y a consideración de los Estados Miembro.

Así lo señaló Norma Munguía Aldaraca, directora general para Temas Globales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), quien fue invitada por el Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología del ITESO para encabezar un diálogo, el 18 de octubre pasado, en torno a los retos y oportunidades que supone el cambio tecnológico rápido para el desarrollo sostenible, entendido como la aparición y adopción de tecnologías disruptivas en torno a la cuarta revolución industrial.

Ante profesores del ITESO, investigadores del Centro de Innovación Social de Alto Impacto de Jalisco, representantes de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de Jalisco y de la Universidad de Guadalajara, la funcionaria resaltó que México ha sido líder en impulsar el tema a nivel internacional, gracias a lo cual diversas plataformas han incluido el cambio tecnológico como parte de sus programas de trabajo. Algunos de ellos son la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Organización Internacional del Trabajo y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Norma Munguía presentó una matriz hecha desde la SRE, en la que se analizó el potencial impacto que podrían tener la inteligencia artificial, la nanotecnología, la biotecnología y el blockchain en los ODS.

La funcionaria añadió que la academia tiene un papel muy relevante en la adopción de los retos que suponen estas tecnologías para los ODS, ya que “es la responsable de presentar e incorporar estas soluciones desde una calificación muy específica, que es la intelectual y del desarrollo del conocimiento.

“La academia tiene una voz muy importante y además puede producir resultados tangibles y fehacientes que deberían ser retomados en la política pública”, sentenció. En tanto, apuntó que el ITESO cumple un rol preponderante no sólo en la zona occidente, sino en el país en general.