En las Jornadas de Arquitectura del ITESO, con el 50 aniversario de Arquitectura de fondo, Enrique Nafarrate, primer director de la carrera, recibió un homenaje, al igual que su colega Miguel Andonaegui, pioneros de la carrera.

El primer director de Arquitectura del ITESO, sus más de 30 años como profesor de esta universidad y sus proyectos profesionales, le valieron a Enrique Nafarrate ser homenajeado por el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano, en un acto celebrado el 25 de septiembre, durante la primera fecha de las Jornadas de Arquitectura 2013.

“Yo soy persona que no acepto homenajes. El homenaje que me pueden hacer mis exalumnos es decirme: ‘Aprendí algo de ti, aprendí algo que me ha servido en la vida’”, expresó el académico.

Diseñador, arquitecto, edificador, docente y escritor, son algunas de las profesiones que describen la vida profesional de Nafarrate, considerado uno de los arquitectos más importantes del Siglo XX en Guadalajara.

En la ceremonia, Alfredo Varela, exalumno de Nafarrate, comentó algunas de sus experiencias con el profesor: “Lo queríamos correr de la escuela, decíamos que no asistía, llegaba en su coche deportivo, montaba a caballo… Le teníamos temor”. Recordó que nunca se le ganaba a ese académico de alto rigor. “Era puntual y excesivo, eso nos ayudó”.

“La arquitectura se encuentra en evolución, pero debe mantener su teoría y la fe cósmica, sin importar los cambios en la tecnología”

Gabriel Casillas, estudiante de la primera generación de Arquitectura en el ITESO, comentó que había sido “un gran honor haber sido alumno del reconocido arquitecto, el cual siempre estuvo allí para nosotros, sus alumnos”.

Nafarrate reflexionó que en la actualidad todo proyecto arquitectónico debe ser utópico y considerarse como una forma bella que no existía.

“La creación humana de formas debe ser bella para ser obra de arte; el artista debe tener mala memoria formal para poder realizar formas inexistentes. La arquitectura se encuentra en evolución, pero debe mantener su teoría y la fe cósmica, sin importar los cambios en la tecnología”, resaltó.

Dentro de las jornadas también fue homenajeado Miguel Andonaegui, otro de los fundadores de la Escuela de Arquitectura itesiana. Las mesas de diálogo que conformaron la edición 2013 de las Jornadas, abordaron temas relacionados con la teoría de la arquitectura, el proyecto arquitectónico, la sustentabilidad, la conservación del patrimonio, la gestión social del hábitat, entre otras, y contaron con la presencia de expertos y analistas como Miguel Aldana, Jorge López, Erick Gómez, Diego Petersen, Alfredo Varela o Salvador de Alba.

 

Medio siglo de una carrera en constante evolución

La inauguración de las Jornadas de Arquitectura, resultó el marco propicio para que Andrea Fellner, jefa del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano al que pertenece la carrera, subrayara la importancia que esta ha tenido en la consolidación de la disciplina en la región y el país, así como la necesidad de evolucionar y actualizarse constantemente.

Fue el 2 de septiembre cuando Arquitectura en el ITESO cumplió 50 años, celebrándolo con profesores y alumnos actuales, varios integrantes de la primera generación y los dos arquitectos homenajeados la semana pasada: Enrique Nafarrate y Miguel Andonaegui, un par de profesores insignia de la carrera.

Fellner aseveró que la licenciatura experimenta “un proceso continuo de actualización y revisión de los planes de estudio para garantizar que el nivel de estudio sea de las mejores del país”.

Arquitectos del ITESO apuestan por una conservación integral

En la mesa de diálogo sobre conservación patrimonial, participaron los expertos Alfredo Varela, Salvador de Alba, Carlos Ramírez, Nemesio Maisterra y José María Macías. El coordinador de la maestría en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, Eduardo Quijano, fue el encargado de moderar la charla.

Los invitados expusieron sobre qué es, cuál es la importancia y cuáles son los alcances de la conservación patrimonial. Salvador de Alba considera que la conservación patrimonial es una profesión aparte de la arquitectura porque implica una formación especial de varios años.

Para el arquitecto Maisterra la conservación es un tema no muy conocido ni muy apreciado en México. “El problema es que la sociedad está despegada de los técnicos y los gobiernos, quienes son los que manejan el tema. En otros países la población aprecia el patrimonio La única manera de rescatarlo es que todos los ciudadanos participemos”.

Alfredo Varela recordó que durante la segunda guerra mundial el concepto de conservación estaba relacionado con proteger monumentos. Explicó que en la actualidad se entiende como el mantenimiento en buen estado de inmuebles y de sitios, como los centros históricos de las ciudades, por ejemplo.

Agregó que a diferencia de los centros de ciudades europeas, los de México presentan problemas de inseguridad y despoblamiento.  “Los centros históricos tienen innumerables problemas sociales, se han empobrecido, la gente ha envejecido, tiene los mayores índices delictivos, hay prostitución y drogadicción. Ante ese panorama son muy difíciles las intervenciones, y además tenemos un marco legal sumamente débil y obsoleto para intervenir, tanto lo que tiene que ver con el edificio y el paisaje cultural”.

Al respecto, los expositores coincidieron en que los centros de las urbes se están convirtiendo en lugares comerciales, no en centros habitables, y que el turismo incentiva su habitabilidad, su restauración conservación.

Carlos Ramírez se manifestó por ampliar el sentido y campo de acciones de la conservación. A su parecer, cuando se habla de este tema algunos piensan que éste se refiere solamente al rescate de ruinas o de zonas arqueológicas, cuando se debería de estar hablando de la reconstrucción del tejido económico y social.

Para José María Macías, director de Planeación Urbana y Seguimiento en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, es importante que los servidores públicos conozcan sobre conservación patrimonial, para que impulsen políticas públicas que permitan e incentiven la conservación de las  ciudades.

Los arquitectos reflexionaron sobre en qué medida deben hacerse restauraciones; cómo decidir qué es valioso y que no en términos arquitectónicos; cómo llevar acabo las restauraciones y nuevos proyectos arquitectónicos que respeten la originalidad de los inmuebles; cómo se pone en valor un bien cultural con el que la gente se identifica. Además criticaron la manera fundamentalista en que algunos arquitectos quieren conservar tal cual las fincas que están en ruinas, para esto propusieron que se realicen consultas entre la población  y así  se decida cuáles inmuebles deben de conservarse.

Textos Brenda Galindo/Claudia Flores/Fabián Ramírez Foto Roberto Ornelas