“Después del período de Juan Pablo II, la iglesia era motivo de escándalo por los pederastas, lo que ocasionó la renuncia de Benedicto XVI. Dichos escándalos en la curia, más las pugnas internas que minaban a la iglesia y el momento en que ya no se podía tapar la descomposición interna, fue el clímax en que se elige a Jorge Bergoglio”.
Estas fueron las palabras de Enrique Marroquín, sacerdote claretiano, quien participó en la tertulia “Nuevos paradigmas del Vaticano. El rumbo del Papa Francisco en los albores del Siglo XXI”, celebrada en la Biblioteca del ITESO como parte del programa del XXX Congreso de religión, sociedad y política. Convivencia religiosa en los tiempos modernos, el cual fue organizado, entre otras instancias, por el Centro Universitario Ignaciano del ITESO y la Universidad de Guadalajara.
En la charla se habló de cómo, a partir de los escándalos de pederastia, el mal manejo de los recursos económicos y los casos de mujeres embarazadas abandonadas por sacerdotes, la Iglesia católica se encuentra sumida hoy en una profunda crisis a nivel mundial, pues han disminuido las cifras de creyentes y de sacerdotes ordenados, aseguró Elio Masferrer, profesor e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Las tareas de Francisco
Frente a las problemáticas antes mencionadas, el Papa Francisco ha dicho que estos acontecimientos no lo desvían de la reforma que pretende llevar a cabo en el Vaticano.
La autoridad moral que tiene el Papa, a decir de Marroquín, lo convierte en un líder mundial que, por ejemplo, ha introducido la ética del cuidado del medio ambiente en contraposición con la búsqueda de las ganancias económicas.
“Querer recuperar la verdadera historia implica no ser políticamente correcto. Así se entiende que Francisco no se apegue a lo que se espera del protocolo y se salga continuamente de los esquemas”, afirmó el investigador Jesús Navarro.
Los conferencistas coincidieron en señalar que el Sumo Pontífice intenta renovar los modelos conservadores de la institución, aunque los cambios sean lentos y al mismo tiempo existan amplias expectativas respecto al alcance de sus acciones. Texto Marcela Gutiérrez Foto Luis Ponciano