En estos días de pandemia, la casa se torna en el lugar para todo. Las actividades escolares y laborales se mudaron al hogar junto a las labores domésticas, las lúdicas, las de descanso. En este circo de ocho pistas, cualquier cosa se puede convertirse fácilmente distracción. Expertos en exploración académica proponen estrategias para aprovechar el confinamiento.
Trabajar desde casa tiene sus bondades y sus dilemas. Puedes vestir más cómodo, comer –o al menos intentar comer- más saludable y despertarte unos minutos más tarde. También hay desventajas; una de las mayores es que las distracciones pueden hacer que el día productivo no lo sea tanto.
Es mucho más fácil distraerse cuando estudias o trabajas fuera de las aulas de la universidad o de la oficina. Estando en casa te darás cuenta de que ya hay muchos platos sucios o de que la nueva temporada de tu serie favorita ya está disponible en streaming. Todas las distracciones se potencian y resulta mucho más complicado concentrarte en ese proyecto que debes entregar para mañana.
¿Qué hacer entonces para que el trabajo en casa sea eficiente? Académicos de la Coordinación de Innovación, Desarrollo y Exploración Académica del ITESO (CIDEA) tienen recomendaciones para ayudarte en la organización de tu tiempo en estos días de trabajo a distancia. En general, una correcta gestión de tareas puede ayudarte a que cumplas los objetivos del día. Antonio Delgado Valdivia, académico de la CIDEA, acepta que trabajar o estudiar desde casa no es tarea fácil, dado que estamos acostumbrados a realizar diferentes actividades y asumir distintos roles dependiendo del espacio (oficina, escuela, casa). “Ahora todo va a suceder dentro de una misma ‘caja’ y necesitamos espacio tanto virtual como mental que nos ayude a separar las asignaciones”, añade.
Para no generar ansiedad innecesaria, recomienda seguir un esquema de higiene mental. “Sirve preguntarse qué estoy haciendo, qué debería hacer y qué me gustaría hacer. Y a partir de ello, decidir si la actividad es importante o vital. Entre el reporte que tengo que elaborar y echar a lavar la ropa, ambas son importantes. ¿Pero cuál es vital? ¿Qué sucedería si no lavo la ropa hoy?”, dice.
“Entonces, si la tarea resulta vital e importante, hay que hacerla. Si no es vital pero sí importante, hay oportunidad de agendarla. Si no es importante ni vital, es una distracción”, comenta Delgado Valdivia.
Gabriela Ortiz Michel, también profesora de la CIDEA, recomienda que los asuntos domésticos continúen siendo atendidos el fin de semana, como siempre. “Mi recomendación sería que, en la medida de lo posible, lo hicieras como siempre. Cada cosa en sus tiempos: toma descansos dentro de la jornada laboral como sueles hacerlo y si se puede, separa tu lugar de trabajo del lugar de descanso y de la comida”, menciona.
Sin embargo, hacer home office bajo condiciones normales es muy diferente a hacerlo en tiempos de Covid-19, señala Ninfa Pérez Gómez, coordinadora de la CIDEA. “Es muy diferente hacer home office tú solo a hacerlo con tu familia dentro de la casa, además con la condición de no poder salir. Puede que sea complicado organizarse como familia”, dice.
Espacio y tiempo dentro del encierro, la familia y el trabajo
Delimitar un espacio para trabajar es un buen comienzo. Puede ser un escritorio o una silla en el comedor; la académica recomienda que sea un lugar cómodo, bien iluminado y que sólo lo utilices para trabajar, en la medida de lo posible. Esto ayudará a que todas las personas que conviven en una misma casa vayan entendiendo la dinámica familiar, incluyendo niños, asegura Pérez Gómez.
“También funciona hacer una lista para mantenerte enfocado en los pendientes del día y de la semana. Hacer listas por día ayuda a priorizar lo que toca resolver”.
Al difuminarse los espacios y horarios de trabajo, se puede caer en el otro lado de la balanza y correr el riesgo de desplazar la vida personal y dedicar todo el tiempo al estudio o trabajo.
“Cuando trabajas desde casa, puede parecer que tienes todo el día para estar pendiente todo el tiempo de todas las cosas y eso no suele funcionar”, dice Ninfa Pérez. Por ello, la académica recomienda ser estrictos en el horario, tanto en las horas laborales como en las de descanso. “No apegarte al tiempo que has establecido para trabajar y extender tu horario laboral puede tener efectos de ansiedad y estrés”, menciona.
Comer saludable, meditar, mantener el contacto con otras personas y hacer pausas activas que permitan despejar la cabeza por no más de 15 minutos –incluso puedes utilizar estos momentos para poner esa carga de ropa en la lavadora– son otros consejos a seguir.
Los tres académicos coinciden: la mejor organización la vas a encontrar de acuerdo a tu experiencia empírica. Intenta diferentes estrategias y adecua lo que mejor te funcione para que esta temporada de trabajo en casa sea la más productiva y lo menos estresante posible.
Elige bien tus provisiones
Pasar largos periodos de tiempo en casa y salir a lo más estrictamente necesario – o no salir para nada – implica tener una alacena bien provista. ¿Qué elegir? Expertas del ITESO te orientan.
POR ERIKA TORRES
Ya dominas Moodle. Ya sabes con qué series te vas a poner al corriente. Ya te suscribiste a un canal de fitness para hacer las rutinas en tu casa. Ya compraste papel de baño, Lysol y gel antibacterial por montones. ¿Y la alacena? Tenerla bien provista no es complicado, y si sigues los consejos de las maestras Raquel Zúñiga, Berenice Arias y Blanca Oliva harás elecciones más pertinentes para esta contingencia, evitando el desperdicio.
Para que los perecederos duren lo más posible en condiciones óptimas lo ideal es guardar porciones pequeñas en el congelador, para que sea fácil (y correcto) el proceso de descongelación. El proceso de descongelación es pasar el alimento del congelador al refrigerador por lo menos 24 horas, para permitir la descongelación de éste. Si se tiene poco tiempo, entonces colocar en un recipiente con agua con hielo, ya que el agua transmite mejor el calor.
Todos los alimentos que se han descongelado (carnes, sobre todo) deberán de cocinarse, porque ya son más susceptibles de deterioro debido a que el hielo formado durante la congelación rompe los tejidos de las frutas, verduras y carnes y provoca que al momento de descongelar haya más agua con nutrientes disueltos en ésta, que ya no se incorpora al alimento y por lo tanto hace que las bacterias se reproduzcan más fácilmente.
A la hora de hacer las compras, hay que darle preferencia a frutas y verduras altos en vitamina C, pero lo ideal es tener una alimentación balanceada, con todos los grupos de alimentos.
La Dra. Berenice Arias comenta que el suministro de alimentos no está en estos momentos en riesgo, sin embargo, se puede causar mayor demanda que la oferta actual si las personas quieren acaparar los alimentos. Gracias a que la industria alimentaria no ha dejado de producir, no habrá desabasto de alimentos procesados, es decir, alimentos que además de que garantizan su inocuidad, ofrecen nutrientes importantes.
Guárdalos BIEN
• Acomoda en el refrigerador los alimentos de forma que permitan el flujo de aire frío, cuidando de poner arriba los procesados o cocidos y abajo los crudos, estos últimos de preferencia protegidos o empacados.
• Algunas verduras y frutas como papas, cebollas y naranjas, entre otras, no requieren refrigeración.
• Los alimentos secos como pastas, harina, semillas y cereales hay que mantenerlos cerrados y en un lugar fresco.