Un alumno de la licenciatura en Gestión Cultural reflexiona sobre las oportunidades, más allá del ámbito laboral, que brinda el cursar una carrera universitaria

Por Sergio Quintero Uribe

…Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

K.KAVAFIS

Desde las civilizaciones antiguas hasta la contemporaneidad, el ser humano ha anhelado comprender todo aquello que se le presenta en su realidad. No importa el momento histórico, el punto geográfico, la lengua que hable o la cultura de la cual forme parte, las semillas de la búsqueda del conocimiento y del pensamiento filosófico han sido una constante en su recorrido.

En la dinámica del mundo actual es necesario contar con ciertas herramientas para mantenerse en el juego: por esto se opta por cursar la universidad. Sin embargo, permanece la pregunta de qué tanto merece la pena esforzarse por cursarla, si ello al final no puede garantizar una estabilidad laboral. No obstante, estoy convencido de que, cuando se presenta esta oportunidad en la vida, hay que tomarla para ver qué puede ofrecer y enseñar.

Yo pienso que entre las posibilidades que le ofrece la universidad al ser humano están la satisfacción y la motivación de desarrollar una pericia que concuerde con su propio mundo de intereses e inquietudes. Como sugiere el pedagogo Mario Montessori (1956) “…El ser humano tiene la habilidad de hacer una y otra vez una actividad con el fin de perfeccionarla y experimentar mayor control y entendimiento del mundo”. Esto ha sido evidente en mi experiencia como estudiante de la licenciatura en Gestión Cultural en el ITESO.

Desglosar etimológicamente la palabra universidad nos puede ayudar a darle sentido. Proviene del latín universĭtas, -ātis que significa “universalidad, totalidad”, “colectividad”, “gremio o corporación”, esto quiere decir que la universidad forma parte de un proceso de aprendizaje en el que el ser humano contextualiza sus intereses como “parte de un todo”; ello le da sentido de pertenencia a una comunidad, lo cual juega un papel importante en la construcción de su identidad. Aunada al trabajo en equipo, la construcción de identidad y de pertenencia a una comunidad es algo que he aprendido en el ITESO.

Por supuesto, todo lo anterior suena muy bien, pero, lamentablemente, en el contexto de México y de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG 2022), tan sólo 43 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 22 años de edad se encuentran matriculados en una institución de educación superior. Entre las principales causas de deserción universitaria están el disgusto o el poco interés en el estudio, pero es sobre todo la situación económica la que imposibilita tener esta oportunidad.

Todas estas reflexiones son producto de una trayectoria universitaria que ha durado más de lo típicamente establecido. Sin embargo, considero que al contrario de “perder tiempo”, la vida académica me ha dejado muchas experiencias que me permitieron descubrir una disciplina que me apasiona y a la que probablemente no habría llegado sin pasar por dichas experiencias.

Así pues, considero que el ITESO, institución en la que estudio actualmente, es el espacio con un equilibrio óptimo, puesto que he notado una tendencia a las buenas prácticas pedagógicas, a la innovación, así como el aprecio y el impulso de la creatividad. Esto me motiva y tiene un gran impacto en mi vivencia universitaria, y aunque me encuentro constantemente con desafíos de todo tipo, confío en su resolución en un momento dado.

Y entonces, volviendo a la pregunta inicial de este ensayo: ¿la universidad es un camino indispensable o una pérdida de tiempo?, podría responder que no es una cuestión de “sí” o “no”, sino más bien, como en el poema “Ítaca”, de Kavafis, es una oportunidad para recorrer o vivir una experiencia que puede sumarse a los otros aprendizajes de la vida misma. Y también considero que el objetivo de la universidad va más por el camino de “aprender a hacer” que el de sólo “saber” o “aprender”, pues el mundo actual nos presenta un sinfín de problemáticas en las que podemos participar o aportar a través la aplicación de todos estos saberes y experiencias que ganamos aquí, en el espacio universitario.

 

Bibliografía:

Catálogo Nacional de Indicadores. (s/f). Snieg.mx. Recuperado el 15 de enero de 2024, de https://www.snieg.mx/cni/escenario.aspx?idOrden=1.1&ind=6200028210&gen=830&d=n

Montessori, M. (2001). Tendencias humanas y educación Montessori (C. Fierro, Trad.; 2da ed.). Centro de Estudios de Educación Montessori.

(S/f-a). Jaisaeducativos.net. Recuperado el 12 de noviembre de 2023, de https://jaisaeducativos.net/wp-content/uploads/2020/07/10.Las-tendencias-humanas.pdf

(S/f-b). Rae.es. Recuperado el 12 de noviembre de 2023, de https://dle.rae.es/universidad 

FOTO: Comunicación Institucional