2016 será muy probablemente el año más caluroso en la historia del planeta desde que se tienen registros. Pensar seriamente la sustentabilidad de los lugares en que vivimos nunca ha sido tan urgente.
POR RODRIGO FLORES, profesor del ITESO
Las ciudades son insustentables. Pero aquí seguimos. Los espacios, ecosistemas y entornos en los que las diferentes especies habitan se van adaptando a diversas condiciones internas y externas a fin de conservar sus funciones básicas y seguir existiendo.
La subsistencia de un hábitat a través del tiempo es la prueba de su sustentabilidad. Desde hace casi 50 años se estudia y discute si los hábitats humanos y su forma de vida son sustentables. Salvo algunos ejemplos a pequeñas escalas, la respuesta constante es negativa.
Acciones e intervenciones tanto en mitigación de los impactos de nuestra forma de vida al ambiente, como en adaptación a los efectos adversos del cambio climático, han comenzado hace pocos años con políticas públicas (como las leyes que controlan contaminantes), adelantos tecnológicos (como los autos “ecoeficientes”) y discusiones sobre estilos de vida (como reducir el consumo de carne y moverse en bicicleta). Avances útiles, pero todavía tímidos, descoordinados y con mucha resistencia. La inercia de los paradigmas de estilos de vida es fuerte.
Con el fin de que los avances hacia modos de vida sustentables sean más coordinados y efectivos, se van concertando espacios de discusión y acuerdo en distintos niveles. En Guadalajara, por ejemplo, se tuvo la II Cumbre de Cambio Climático de las Américas entre finales de agosto y principios de este mes de septiembre.
En esta cumbre, organizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Estado de Jalisco, se busca dar seguimiento a los Acuerdos de la Reunión de Países sobre el cambio climático (COP) que se celebró en París a finales del año pasado, así como a los compromisos de la reciente acordada Agenda de Desarrollo 2030.
Los convocados son los gobiernos subnacionales firmantes o adheridos a los acuerdos de la primera Cumbre de Cambio Climático de las Américas, llevada a cabo en Ontario, Canadá, en 2015.
Se comparten experiencias en legislación, financiamiento u organización de espacios de gobernanza para responder y combatir el cambio climático desde los ámbitos de acción subnacional, aunque apoyados en diversos niveles de autoridades, organizaciones de la sociedad civil, empresarios, académicos y otros agentes.
En el ITESO, por su parte, del 19 al 22 de este mismo mes de septiembre se tuvieron diversos eventos lanzados desde los posgrados en sustentabilidad de la universidad y que trajeron a expertos de todo el orbe para discutir y acordar nuevas perspectivas de aborde para el problema de la sustentabilidad de los hábitats.
Para recordar que las ciudades son insustentables y que siguen creciendo. Así tuvimos en el campus la semana pasada el Primer Congreso Internacional sobre Sustentabilidad en los Hábitats, ideado para analizar el fenómeno urbano e intervenirlo desde un sentido sustentable, considerando tanto el manejo de los espacios públicos y los ecosistemas de los que aprovechan servicios naturales, como que las urbes tienen historia y son un patrimonio para las generaciones futuras.
También se abordó la escala del proyecto y la edificación individual: materiales, equipamientos, tecnologías apropiadas, así como el uso eficiente de energías y recursos naturales. Se convocaron para este Congreso a especialistas y redes de investigación de Europa, Asia y América Latina.
Exponentes de lugares como China, Brasil, Italia o Colombia, compartieron los avances tecnológicos, de resiliencia (la capacidad de los entes vivos de sobreponerse a períodos de dolor y situaciones adversas) de las ciudades y también de gobernanza. Hacia el final de la semana se firmaron acuerdos para fortalecer las redes de investigación y vinculación del ITESO en temas de sustentabilidad.
Tanto la Cumbre que organiza el Gobierno del Estado como el Congreso que organiza el ITESO, buscan no ser un fin en sí mismos, sino un punto de continuidad con algo que ha comenzado en varias partes del mundo: la construcción de respuestas complejas a la ambiciosa meta de lograr la sustentabilidad en los hábitats humanos. Foto Archivo