La política es el esfuerzo de las personas por instaurar lienzos sociales fuertes para que los mantengan unidos moralmente, de acuerdo con Pietro Montanari, profesor del ITESO.
POR MARCELA GUTIÉRREZ
¿La política es verdaderamente un instrumento de transformación social? ¿Es la ciudadanía la que la realiza, o solamente “los políticos”? ¿La democracia está en crisis?
Pietro Montanari, profesor de Filosofía política y teoría del Estado del ITESO, contestó a dichos cuestionamientos en la conferencia “Política: Mitos y Realidades”, organizada el pasado martes 21 de febrero en el auditorio D1 por el Consejo Electoral estudiantil del ITESO.
Esta primera de diversas conferencias se llevó a cabo con la intención de crear un espacio cotidiano de diálogo entre estudiantes con respecto a la política y que se fomente un ejercicio participativo en la comunidad universitaria. En esta ocasión, el académico del Departamento de Estudios Socio Políticos y Jurídicos explicó qué es esta ciencia y su función social, desde su perspectiva.
Para él la política es una creación de solidaridad; es el esfuerzo de las personas por instaurar lienzos sociales fuertes para que los mantengan unidos moralmente. Explicó que para lograr dicha sociedad política es necesario un individuo, asamblea o instancia que sea autoridad para que reciba los estímulos de la ciudadanía y los traduzca en solidaridad.
“Es importante reconocer que la sociedad civil no produce ninguna instancia de este tipo, ya que la política tiene que hacerse sin intereses propios. Así que, sin un tercero que regule y actúe por encima de las partes, no es nada”, comentó Pietro Montanari.
En relación a la función de la política, el también Doctor en Letras Clásicas por la UNAM dijo que la política transforma para conservar lo que sirve y gusta a la gente. La política crea lazos cuando hay crisis y reconstruye el tejido social.
Sin embargo, mencionó que actualmente está más relacionada al poder, en lugar de pensarse como una herramienta creadora de lazos, porque la sociedad desconfía de los mensajes que se dan a través de ella.
“La política nos decepcionó. Hay una crisis de ideologías, es el fin de las grandes corrientes; comunismo y capitalismo. Fue un exceso de expectativas que padres y abuelos pusieron a todas estas cosas”, afirmó.
Por eso, consideró, quienes no cuentan con un cargo difícilmente están dispuestos a llevarla a cabo.
“La sociedad tiene miedo a la complejidad, por lo que tiende a dejar que otros resuelvan los problemas y esto provoca a que se valore desmesuradamente a los líderes políticos, y que ellos actúen bajo sus intereses”.
La democracia, afirmó, intenta gobernar la complejidad, pero acompañar esta complejidad es una responsabilidad que debe reflejarse en la política y no en economía privada, como parece suceder en países como el nuestro.
“Deben ser responsables de la idea de que, cueste lo que cueste, se debe empezar el cambio. Deben ser responsables con las personas y que sus ideales se midan con la realidad. No todos pueden hacerlo porque implica conocimiento y preparación por lo que deben estar dispuestos a escuchar al ambiente, a innovar, pero entrenando ideas y a adquirir experiencia para saber actuar con tiempo y dedicación”, señaló.