Aunque todavía hay mucho camino por recorrer, cada vez son más las normativas que buscan poner un alto a los sobornos y demás prácticas de corrupción. Así lo explicaron Abel Rivera y Fernando Sotres, de la organización CCRC Auditoria y Control Interno.
El Copaxone es un medicamento que se usa para tratar la esclerosis múltiple recurrente remitente. Durante 2011 y 2012 fue prescrito por muchos doctores de hospitales públicos en México. Era producido por la empresa Teva Pharmaceuticals, que no sólo se encargaba de su producción y distribución, sino que también realizó pagos ilegales a los doctores para que se encargaran de prescribir Copaxone a sus pacientes. Lo mismo pasó con la empresa Orthofix International, una empresa de fabricación de aparatos ortopédicos que se encargó de repartir 300 mil dólares a personal del IMSS para colocar sus productos. En ambos casos, las empresas fueron investigadas y multadas por sus prácticas corruptas, pero las investigaciones tienen algo en común: ocurrieron fuera de México, mientras que aquí no hubo sanción alguna.
Ambos ejemplos fueron expuestos durante la charla “Mejores prácticas internacionales en prevención de la corrupción”, que tuvo como sede el Auditorio D2 y que fue organizada por la Oficina de Educación Continua, en conjunto con la Oficina de Admisión Posgrados y el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos. La charla estuvo a cargo de Abel Rivera y Fernando Sotres, de la organización CCRC Auditoria y Control Interno, que se especializa en difundir la norma ISO 37001, certificación internacional enfocada en el combate de la corrupción.
Abel Rivera apuntó que “la corrupción es un tema controversial”, y como ejemplo puso las conferencias de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador. “Corrupción es la palabra que más ha sido mencionada desde que comenzó su Administración. Es un tema de relevancia para todos los individuos, empresas, organizaciones sociales, etcétera”. Y señaló algo que ya es de dominio público: como país, México tiene una pésima imagen internacional en lo que respecta a la corrupción, y sigue deteriorándose: ocupa el lugar 138 de 176 en el índice de corrupción más consultado a nivel internacional. Explicó que los sectores más afectados por la corrupción son el de la obra pública, los servicios, el mercado inmobiliario y la minería, entre otros.
Detalló que en los últimos 30 años ha habido avances significativos a nivel internacional en materia de legislación contra la corrupción e hizo un repaso de algunos de los marcos legales que se han realizado en Reino Unido, Francia y México, entre otros, en donde se define la corrupción como “una ventaja indebida” que se obtiene ya sea ofreciendo o recibiendo dádivas, favores, dinero, etcétera. Según la posición de sus actores se divide en corrupción activa (el que ofrece) y corrupción pasiva (el que recibe). También dijo que hay privada, pública y trasnacional. En cuanto a los costos que conlleva, señaló que la corrupción “afecta al país con pérdidas monetarias —en México implica del 5 al 10 por ciento del PIB—; hay afectaciones a las tasas de crecimiento; propicia la salida de capitales; daña la reputación de empresas y gobiernos; genera incertidumbre en los mercados”, etcétera.
Por su parte, Fernando Sotres señaló que ya hay muchas iniciativas legales que buscan frenar, combatir y castigar la corrupción, y señaló que una de las mejores es la norma ISO 37001, creada ex profeso para la lucha anticorrupción. “Es una respuesta a la práctica internacional”, dijo y precisó que en México todavía no hay una sola empresa u dependencia pública que haya logrado la certificación. Sin embargo, no dudó en afirmar que “hay una tendencia a que la norma se vuelva un estándar, de modo que todos los tratados de exportación exijan su cumplimiento”. También dijo que dicha norma integra las mejores prácticas en materia de combate a la corrupción, entre las que se encuentran el análisis de riesgo, el plan de implementación, los mecanismos de denuncia, la mejora continua y una que es básica e indispensable: la capacitación del personal.
Abel Rivera señaló que uno de los grandes problemas en la lucha contra la corrupción es la impunidad, además de que es necesario crear una cultura de la denuncia. “Pasa que la gente no denuncia porque cree que no va a pasar nada. Hay un problema que genera falta de confianza general y en particular en el sistema de justicia”.