El Café Scientifique ITESO celebró la primera sesión de 2025 con la conferencia «Promesas de futuro: ciencia e ideas sobre la naturaleza», impartida por la investigadora y profesora Susana Herrera
Cómo la ciencia ha jugado un papel clave en la relación entre la sociedad y la naturaleza a lo largo de la historia, con especial énfasis en su papel dentro de las exposiciones universales, fue la reflexión de Susana Herrera en la primera sesión de Café Scientifique del 2025.
Desde hace más de 20 años este espacio de diálogo ha buscado acercar la ciencia a las personas, fomentando la interacción entre científicos, comunicadores y el público en general. En esta ocasión, Herrera compartió los resultados de años de investigación sobre la manera en que la ciencia ha sido presentada y utilizada como mediadora en distintos contextos históricos, particularmente en las exposiciones universales desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Las exposiciones universales y la representación del progreso
La académica hizo un recorrido por las exposiciones universales como escenarios donde se ha narrado la historia de la modernidad. La investigadora explicó que estos eventos, desde su origen en 1851 con la Exposición de Londres, han servido para mostrar los avances científicos y tecnológicos como sinónimo de progreso.
Son espacios que celebran «el desarrollo tecnológico, la innovación tecnológica, la intervención en el espacio natural por parte del ser humano sin preocuparse demasiado por las posibles consecuencias buenas o malas que esto tuviera».
Sin embargo, destacó, también han reflejado jerarquías sociales y económicas, marcando una distinción entre las grandes potencias y las naciones colonizadas, las cuales eran exhibidas en espacios secundarios o con un carácter exótico y subalterno.
Herrera destacó cómo, en los primeros eventos, la ciencia se vinculaba a la idea de control y dominio sobre la naturaleza, con un discurso que exaltaba el desarrollo tecnológico sin considerar sus posibles consecuencias. Con el paso del tiempo, esta perspectiva evolucionó y, a partir del siglo XX, comenzaron a surgir cuestionamientos sobre el impacto ambiental del progreso.
De la exaltación tecnológica a la crisis ambiental
La académica identificó cuatro grandes periodos en la manera en que la ciencia ha sido presentada en estas exposiciones:
- El periodo del progreso (siglo XIX hasta principios del XX). La ciencia era vista como la clave del avance de la humanidad, con una visión optimista sobre el dominio del entorno natural.
- El periodo entre guerras. Se produjo una transformación en la percepción del futuro y se desarrollaron tecnologías que más tarde generarían graves problemas ambientales, como los polímeros y los plásticos.
- La posguerra y la Guerra Fría. Se exaltó la energía nuclear y la conquista espacial, con eventos como la Exposición de Bruselas en 1958, donde se glorificó el uso de la energía atómica.
- El periodo contemporáneo. Que inicia con la Feria de Sevilla en 1992. En donde la sustentabilidad está en el discurso público. «Se habla de un desarrollo sustentable que es una gran contradicción en tanto se mantenga la perspectiva de desarrollo a costa de la naturaleza».
Susana Herrera enfatizó cómo las exposiciones universales integraron la narrativa ecológica porque la ONU y las grandes potencias están hablando de ello «disputándose el significado de los problemas ambientales».
Puso como ejemplo la Expo de Aichi 2005 en Japón, donde, no se hacen propuestas de mejora, solo se realiza en un bosque que devastaron y luego volvieron a sembrar.
En contraparte, la académica destacó la de Zaragoza en 2008 sobre los problemas de agua en el mundo, «por única vez participaron movimientos sociales, ambientalista, defensores del agua, participantes en las luchas del agua».
Esta exposición y la de Shanghái 2010, son las primeras en las que se cuestionó el modelo de relación de las sociedades modernas con la naturaleza.
«Se empieza a vislumbrar que no hay manera de continuar con una relación de deterioro de la naturaleza sin acabarse el planeta, es decir, sin tener consecuencias absolutamente negativas no solo para los humanos, sino todas las especies vivas y el equilibrio que nos sostiene».
La investigadora subrayó que estos eventos continúan promoviendo una visión del futuro mediada por la tecnología, pero sin abordar de manera crítica las injusticias socioambientales derivadas del modelo de crecimiento global. “El problema no es el desarrollo científico y tecnológico, sino la forma en que incide en la relación sociedad-naturaleza y en la manera en que se nos vende e imagina el futuro”, concluyó.
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FOTOS: Zyan André
Aquí se puede ver la charla: https://www.youtube.com/live/maSIFmkzbNk?si=aeA2JWRlMQvcz95G