En el marco del Día de San Ignacio, la comunidad universitaria se reunió en misa para conmemorar el legado del fundador de la Compañía de Jesús

La comunidad universitaria del ITESO celebró, como cada año, la Misa de San Ignacio de Loyola, en conmemoración de la conversión, vida y legado de quien inició la Compañía de Jesús hace más de 500 años. 

La ceremonia, celebrada en el auditorio Pedro Arrupe, SJ, del campus universitario, fue oficiada por el rector Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, y concelebrada por los padres Arturo Reynoso Bolaños, SJ; Javier Martínez Rivera, SJ; Rubén Corona Cadena, SJ; Luis Arturo Macías Medina, SJ; y José Martín del Campo, SJ. 

Durante la homilía, el rector celebró que la Compañía de Jesús percibiera desde sus comienzos y asumiera con entusiasmo que la espiritualidad ignaciana e incluso la figura misma de San Ignacio no le son exclusivas, sino que más bien se mostrara con apertura de compartir e inspirar a otros, en afán de responder en comunidad al llamado a construir, amar y servir. 

“Hoy celebramos la vida de San Ignacio y también su carisma, mismo que compartimos todos aquellos y aquellas que nos sentimos invitados y que hemos crecido en lo que se conoce como espiritualidad ignaciana”, mencionó. 

El rector ahondó en ello al señalar que el centro de la vivencia ignaciana e incluso la cristiana es el proceso de descubrir y vivir el amor, para “contemplar el mundo enamorados y enamoradas” y desde esa posición, incidir en él. 

Señaló que es precisamente el amor el culmen de la espiritualidad ignaciana: una vida centrada en Cristo. “San Ignacio propone el camino de los ejercicios, que tiene mucho que ver con este conocimiento interno del señor Jesús. En su conversión lo que descubre es que Cristo no es una imagen, no es una idea, no es un concepto; es una presencia comunicativa”, dijo. 

Es este Dios, mencionó Zatyrka Pacheco, quien nos invita a encarnar en lo concreto de la vida de cada una y cada uno de nosotros este amor, “de forma que realmente cumpla lo que está llamado y llamada a ser”. 

Comentó que esta invitación es retomada por San Ignacio para compartir y construir una realidad común.  

Esta espiritualidad se vive en el ITESO con el inequívoco compromiso de construir un espacio “donde los valores del evangelio se encarnen en un ambiente universitario”, mencionó Zatyrka Pacheco. Con ello en mente, pidió a San Ignacio su intervención para que la comunidad itesiana sepa consolidar su identidad ignaciana “para poderla gozar, compartir, celebrar, y desde luego, poderla transmitir a aquellas personas que eligen nuestra universidad para su formación profesional y humana”. 

 

FOTO: Luis Ponciano