Estudiantes realizan investigación dentro de los Proyectos de Aplicación Profesional que aporta elementos para proteger la agricultura periurbana del Área Metropolitana de Guadalajara.

La despensa de Barcelona, así es como se conoce al Parque Agrario del Baix Llobregat y está situado en la periferia de la ciudad, junto al aeropuerto, una zona que está destinada al cultivo de frutas y hortalizas para la ciudad. Este no es el único sitio donde existe la agricultura periurbana, de hecho, en Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta y Magdalena Contreras hay zonas de producción agrícola para la Ciudad de México.

La agricultura periurbana es una actividad tan antigua como la primera ciudad, dice Jaime Morales, profesor del ITESO, quien, junto con siete estudiantes de la universidad, realizó una investigación de cinco años sobre el tema a nivel local. “Es una de las paradojas de estos tiempos posmodernos, nos parece nuevo algo que ya nos acabamos y que tenemos que reconstruir” agrega.

Morales detalla que en el trabajo titulado “Alternativas a conflictos socio ambientales en el Área Metropolitana de Guadalajara” se buscó que sus resultados fuesen útiles a los actores sociales con los que trabajaron como la Red en Defensa del Lago de Cajititlán y la Red de Alternativas Sustentables en Ixtlahuacán de los Membrillos.

A lo largo del tiempo en que se hizo la investigación, alumnos del que hoy es el Proyecto de Aplicación Profesional Alternativas para el buen vivir en el Centro y Sur de Jalisco, fueron publicando partes de la investigación de 14 experiencias en los municipios de El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos, Chapala y Tlajomulco.

Fue en la revista de agroecología Leisa donde se hizo la más reciente publicación del trabajo con el título “Agriculturas periurbanas sostenibles” y tiene como coautores, además de Jaime Morales, a Karla Castillo García y a Julián Oceguera Avelar, alumnos del PAP.

“Es importante que aquellos estudiantes que tienen vocación de ser investigadores encuentren un camino, motivación y se metan al ejercicio de escribir un artículo científico que también es un aprendizaje” afirma el profesor del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (Cifovis).

La publicación, comenta, busca “demostrar a quien toma decisiones el papel que juega la agricultura periurbana”, que se ve amenazada por intereses inmobiliarios y que el programa de ordenamiento territorial de la Zona Metropolitana la considera como área de construcción señala Jaime Morales.

El doctor en Agroecología afirma que Tlajomulco en 10 años perdió 40% de su superficie agrícola y la investigación documenta la utilidad de la agricultura periurbana y su aportación en la mitigación del cambio climático.

“Con la investigación realizada en el PAP, nos dimos cuenta de que las parcelas agroecológicas de la región realmente aportan a la mitigación del cambio climático y se adaptan mucho mejor a este que muchos tipos de agricultura convencional. Concluimos que, de ser replicadas este tipo de experiencias, se pueden generar un sin fin de beneficios ambientales para la región, entre los que destacan la regulación del microclima, la disminución de contaminación por agroquímicos y la reducción de gases de efecto invernadero asociados a la producción agrícola”, afirma Karla Castillo García, egresada de Ingeniería Ambiental.

En Chapala, por ejemplo, encontraron un caso en el que la diversidad ambiental de una propiedad permite que en determinadas épocas del año lleguen hasta 40 especies de aves.

“No sólo captan agua, no sólo son refugio de fauna silvestre, no sólo dan de comer, sino además producen alimentos sanos para la ciudad, ¿qué justificación racional se da para decir esto desaparece y aquí pongo un fraccionamiento?” señala Jaime Morales.

La investigación también implicó acciones como capacitación y asistencia técnica, como el sábado 30 de septiembre cuando se impartió un curso de ganadería ecológica.

La ingeniería industrial que cursa Julián Oceguera habitualmente se enfoca en automatizar procesos de la agricultura industrial, “pero la perspectiva de la agricultura ecológica me obliga a pensar formas innovadoras de cómo aplicar mis conocimientos, tengo un océano de áreas de mejora para involucrarme”, comenta sobre la perspectiva que tiene tras haber cursado el PAP Alternativas para el buen vivir en el Centro y Sur de Jalisco.

Este PAP es el resultado conjuntar esfuerzos de los proyectos aplicación profesional Ecología Política y el interdisciplinar para el desarrollo regional del Sur de Jalisco, explica Manuel Sánchez, profesor de Cifovis y coordinador de este proyecto que tiene como asesores a Jaime Morales y Mario López Ramírez, profesor especialista en gestión del agua.

“Es un PAP interdisciplinario maestros, asesores, alumnos con una temática que comprende desde la agroecología, el medio ambiente, el cuidado del agua, la economía solidaria, la organización social de la gente” detalla Manuel Sánchez y menciona algunos resultados del PAP como el fortalecimiento de asociaciones, un taller de nutrición, un manual sobre comida tradicional de dicha región que recupera sus costumbres y tradiciones, y un manual de liderazgo, por mencionar algunos.

En el PAP han trabajado estudiantes de diversas carreras que, a decir de Manuel Sánchez, al enfrentarse con las necesidades y problemas de la población entienden que el trabajo en campo no es lineal, que tiene altas y bajas.

“Lo que se llevan es la riqueza de interactuar directamente con actores sociales, conocer y aportar en los procesos que se viven, tanto de economía solidaria, como de medio ambiente, de organización social y entrelazar las expectativas que ellos tienen como profesionistas con la realidad concreta con la que están interactuando, que a veces no es la misma”.

Para definir el cupo de alumnos para el PAP se hace un diagnósticos con las organizaciones con las que se trabaja, “se abre a partir de las necesidades del entorno de 13 o 14 municipios de los que interactuamos con sus dirigentes”, detalló.