El gusto por las matemáticas y las finanzas cautivó la atención de Daniele Pia y Ricardo Pardavé, hasta llevarlos a estudiar Ingeniería Financiera. Son estudiantes de la primera generación y están a punto de graduarse. 

Para sacar al mundo de su actual y profunda crisis financiera hacen falta imaginación y mucha disciplina. Ricardo y Daniele las tienen. Estudiaron Ingeniería Financiera en el ITESO 

La carrera de Ingeniería Financiera ya está dando frutos, y es que a partir de este semestre se empiezan a graduar sus alumnos. Daniele Pia será el primer (y único) alumno que egresará este verano, mientras que Ricardo Pardavé lo hará en diciembre.

El gusto por las finanzas atrajo a Pia y a Pardavé a la Licenciatura en Administración Financiera. Sin embargo, las matemáticas siempre fueron la pasión de ambos, por lo que al abrirse Ingeniería Financiera vieron en ella la mezcla perfecta para sus intereses. La aplicación de estrategias e instrumentos para modelar situaciones económicas y financieras que disminuyeran riesgos y aumentarán el rendimiento de toda clase de empresas los atrapó, por lo que se integraron a la primera generación de esta carrera en el ITESO.

Ambos tienen varios puntos de coincidencia. Son miembros del Consejo estudiantil de la ingeniería, donde brindan opiniones y sugerencias para mejorar distintas áreas de la carrera, desde la perspectiva del alumno. Además, los dos laboran en la firma multinacional HP, aunque en distintas áreas.

Mirada puesta en Minnesota

A Pia siempre le gustaron las matemáticas, pero al conocer y relacionarse con personas que trabajaban en el mundo bursátil le comenzó a interesar esta área, una de las más polémicas en el mundo, con Wall Street como principal icono de su influencia en las vidas de millones de seres humanos.

Se considera una persona soñadora y con muchos retos a corto plazo. Esto le ha ayudado a fijarse metas y dedicarse a ellas. ¿Un ejemplo? Hace año y medio pensó en la posibilidad de cursar una maestría, y en agosto de 2013 estará pisando la Universidad de Minnesota para estudiar la Maestría en Matemáticas Financieras. Escogió una institución educativa en Estados Unidos por ser el país pionero en Ingeniería Financiera. “Cuando entré al ITESO no pensaba en una maestría, pero conforme fui avanzando en la carrera iba teniendo hambre de más”, asegura.

Esa hambre de la que habla, aunada a su pasión por los números, hicieron que las clases le resultaran insuficientes, así que se puso a estudiar por su cuenta en sus ratos libres, al grado de terminar su carrera en ocho semestres (contando el año que estuvo en Administración Financiera).

Originario de El Grullo, Jalisco, se visualiza en el departamento de investigación de una empresa, desarrollando algoritmos o modelos de inversión, un lugar que le permita aplicar todo aquello que su mente sea capaz de desarrollar.

Invertir en ideas redituables

Desde pequeño, Pardavé empezó a descartar lo que quería ser de grande, hasta que quedaron dos opciones: matemáticas y finanzas, así que elegir Ingeniería Financiera le resultó sencillo, y más si se añade que este mundo siempre le ha sido familiar, pues su papá trabajó durante años en la banca.

Uno de sus mayores sueños es invertir en buenos proyectos y negocios, “tener la capacidad de poder solventar inversiones que me sean redituables, pero a su vez que ayuden a los demás”. Pardavé quiere invertir en aquellos proyectos en los que las personas se apasionen y lo que les haga falta sean los recursos financieros.

Mientras ese momento llega, trabaja para HP, empresa en la que lleva un año y poco a poco ha ido escalando peldaños. En las próximas semanas se reubicará en el Departamento de análisis de datos, espacio totalmente enfocado a su profesión.

Afirma que le gusta estar abierto a nuevos proyectos y oportunidades, pero sobre todo menciona que es necesario ser sumamente perceptivo, pues uno nunca sabe cuándo pueden pasar las cosas. Y es que Pardavé desarrolló juntó a su papá una franquicia, una casa de empeño llamada “El montecito”, la cual surgió de una plática mientras desayunaba con un amigo en la cafetería central del ITESO.

Y justo cuando tienen que hablar del ITESO, la palabra “libertad” es lo primero que se les viene a la mente. A Pia le gustó que la universidad le diera las herramientas necesarias y la libertad de aprovechar las más convenientes. “Eres libre dentro del ITESO y te enseñan a ser libre fuera de él”. Pardavé añade que, para él, el campus “es el diseño de la ciudad perfecta, donde naturaleza y humanos conviven en armonía”. Texto Claudia Flores Foto Luis Ponciano