Mas de 18 mil personas mayores de 60 años recibieron la segunda dosis de la vacuna de Pfizer entre el martes 13 y el viernes 16 de abril en el ITESO.

«Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados puede cambiar el mundo”, dijo Margaret Mead, antropóloga y poeta estadounidense. Y en cierta forma, esto fue lo que hicieron integrantes de la comunidad del ITESO, voluntarios de otras universidades, personal médico de distintas instituciones, militares y personal de todos los niveles de gobierno en los cuatro días que se aplicó la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19 a adultos mayores en las instalaciones de esta casa de estudios.

Para que 18 mil 72 personas mayores de 60 años recibieran la vacuna de Pfizer entre el martes 13 y el viernes 16 de abril fue necesaria la labor de cientos de personas antes, durante y después de las jornadas.

Personal de la Secretaría de Bienestar estuvieron a cargo de la operación del centro de vacunación junto con la Secretaría de Defensa Nacional y Guardia Nacional.

El personal médico que administró las vacunas fue del IMSS, Secretaría de Salud Jalisco, Cruz Roja, Conalep, DIF, Sedena e ISSTE. Y en la atención prehospitalaria participó Protección Civil y Bomberos de Tlaquepaque, la Cruz Roja y el ITESO.

El montaje de las 10 zonas de vacunación, los mil 70 metros lineales de vallas, mil 600 sillas, 4 mil 300 metros de toldos y 30 baños portátiles requirió horas extra de trabajo del personal del ITESO, que estuvieron listos al día siguiente de la instalación para ayudar en otras tareas junto con voluntarios de la universidad y de instituciones como la Universidad Panamericana, Conalep, UNE, DIF Tlaquepaque, Desarrollo Integral de la Familia, así como Seguridad Pública del ayuntamiento.

Gracias a todos ellos se consiguió superar los desafíos que representó incrementar 136 % la capacidad de atención ya que en la semana del 8 al 11 de marzo un total de 7 mil 645 personas recibieron la vacuna.

Como en la anterior jornada de vacunación, en esta las donaciones también fueron importantes para conseguir una atención integral a los adultos mayores, por ejemplo, Electrolit donó 7 mil 850 botellas que ayudaron a mantener hidratadas a las personas.

Atención al detalle

El lunes 12, personal del ITESO trabajó durante un turno completo más 8 horas extra para que las vallas, los toldos y las sillas de las zonas de vacunación estuvieran listas en el Arrupe, su explanada, el estacionamiento libre, cuenta Armando Domínguez de Servicios Generales quien en el transcurso de la semana también colaboró en la coordinación de las áreas para acomodar a las personas.

Desde antes de las 8:00 horas del martes 13 de abril, Marco Antonio Mejía y Ángel Morillón Pérez ya vestían sus trajes blancos y cargaban un cilindro que recargarían varias veces para sanitizar los asientos, barandales y otras superficies con las que estarían en contacto las más de 5 mil personas que se vacunaron en esa jornada.

“Nosotros apoyamos de 6 de la mañana a 1 de la tarde y luego nos vamos a trabajar a nuestra área”, cuenta Ángel quien también participó en la primera semana de vacunación.

Al igual que ellos, el personal de seguridad de la universidad comenzaba a laborar desde temprano y una vez que terminaba su apoyo a la vacunación se iban a las labores normales de su área.

Esa mañana, Nora Esther Fierros y Maira Campos ofrecían gel, papel, ofrecían su brazo a quien necesitaba ayuda para ingresar a uno de los sanitarios móviles que se instalaron atrás del Auditorio Pedro Arrupe, y entraban a sanitizarlos cada que se desocupaba uno.

Maira afirma que le gusta estar apoyando a las personas, en especial si son de la tercera edad.

Más adelante, entre la explanada del edificio W y la del Arrupe está Alina Benítez, ella no es del ITESO, pero una amiga la invitó a participar como voluntaria. “Creo que es un deber moral echar la mano, es lo que más necesitamos ahora”, dijo quien habitualmente se dedica a la producción de eventos masivos y actualmente estudia para obtener su certificación como profesora de francés.

Ella fue una de las voluntarias que llegaban desde las 6:30 de la mañana para orientar, hacer el registro, repartir agua y ayudar a las personas en silla de ruedas.

Sonrisas bajo los cubrebocas

“Es muy padre estar apoyando en esta causa tan importante para todo el país. En lo personal me siento muy satisfecha y contenta de estar dando un pedacito de mi con esto que está pasando y más con las personas mayores que necesitan de nosotros, es un placer ayudar porque estamos pasando una etapa muy difícil todas las personas”.Nora Esther Fierros, aseo de baños móviles

“Estuve desde la vez pasada y me gustó andar ahí, me tocó sanitizar y ayudar a la gente en silla de ruedas. Es una buena labor, precisamente por ser una universidad humanista”. Rigoberto Díaz, aseo de los baños del edificio W

“Siempre me ha gustado el voluntariado, de hecho, cuando fui estudiante del ITESO pertenecí al voluntariado (de Unired). Felicito al ITESO por su liderazgo, por su compromiso con la gente, a los voluntarios felicidades, a todos los que organizan esto, soy orgullosa ITESO”. Eva Liliana Ochoa Rodríguez, egresada de Ingeniería Ambiental

“Ha sido una experiencia bonita porque estás ayudando, es un servicio altruista y estamos ayudando a muchas personas adultos mayores y te deja con mucha satisfacción”. Raúl Ochoa, Oficina de Seguridad

“Siempre me ha gustado participar en este tipo de actividades, cuando se trate de ayudar a la gente estoy presta a los llamados que nos hacen, a final de cuentas es como un donativo, pero de tiempo”. Érika Morales, Oficina de Egresados

“Satisfacción por ver a las personas llegar, recibir su primera y segunda dosis. Ver la cara de emoción que ya les toca y ver que nuestro trabajo aporta a esa satisfacción, para mí es muy gratificante”. Ramiro González, Servicios Generales

“Decidí participar porque me parece importante darles una atención adecuada a los adultos mayores, participé desde la primera vacunación y me di cuenta que había mucha necesidad de ayudarlos y vine con la intención de ayudarlos como a mí me gustaría que trataran a mis abuelitos, a ellos no les tocó aquí en Tlaquepaque, pero dije si puedo aportar un granito de arena, pues lo hago”. Verónica Padilla, estudiante de Ingeniería Ambiental

“Hay satisfacción de estar apoyándolos, verlos felices cuando se van, porque llegan cansados y estresados”. Saúl Vargas, Servicios Generales