El estudiante de Arquitectura ganó el primer lugar del Concurso Nacional de Diseño de Muebles-Dimueble 2024 con el diseño de la Silla OME

Estudiar Arquitectura en el ITESO fue para Gabriel Padilla Villarreal como meterse al mar a ciegas, con la incertidumbre que se experimenta al enfrentar el oleaje. Sin embargo, una vez ahí, supo que el mar le sentaba bien. Ahora no se ve a sí mismo como algo distinto de un arquitecto que utiliza sus habilidades creativas y técnicas para aportar a la sociedad desde esta disciplina.  

Recientemente, haciendo uso de estas herramientas, ganó el primer lugar de la categoría estudiantes de la XVII edición del Concurso Nacional de Diseño de Muebles–Dimueble 2024, gracias a la creación de la Silla OME, mueble con asientos desmontables hecho de madera de haya, vaqueta y tela de boucle negra, la cual se puede adaptar a distintos sitios, y que fue nombrada por los jueces como “la silla de los mil asientos”. 

“El chiste era que tuviera un montón de aspectos para que se pudiera adaptar a cualquier lado. Quise hacer radical la versatilidad y la capacidad de adaptación de la silla, por eso se pueden intercambiar los asientos y poner o quitar los cojines. Está pensada para cualquier persona. Quería que fuera tan libre que pudiera hacerse con cualquier madera para abaratar el costo. Mucho de la estructura y del diseño fue para que la manufactura fuera ágil y sencilla”, comparte. 

Su pasión por los muebles le viene de cuna. Su padre, Daniel Padilla, se dedica a la elaboración de prototipos de carpintería y ebanistería. De hecho, fue a través de él que supo del concurso, y su asesoría y motivación le permitieron avanzar en el diseño de la silla. 

Además de esa valiosa mentoría, Padilla Villarreal afirmó que su paso por el ITESO le ha permitido crear una metodología de trabajo sólida para saber cómo abordar un proyecto. Sus clases de Diseño arquitectónico y Teoría de la arquitectura le enseñaron a llevar las ideas con lógica, a incorporar la ergonomía y a poder determinar las medidas idóneas para un mueble.  

“Algo que me han enseñado en el ITESO es que los proyectos de arquitectura son mucho de investigación previa e interdisciplinaria. Me pude apoyar del diseño y también investigar qué tipo de materiales podría usar: si conviene por el clima, qué tipo de árboles, y si es responsable usar tal tipo de árbol. En clases de tronco común aprendes ese tipo de cosas que a veces se dan por sentadas, y también temas más sociales y ecológicos que tienen que considerarse a la hora de hacer un proyecto”, menciona el joven, egresado del Instituto de Ciencias. 

 

 

Por el momento, espera poder crear una estrategia para comercializar la silla —actualmente, la mano de obra y la producción de ésta son alrededor de 8 mil pesos—. Quien desee conocerla puede apreciarla en la Galería Occidente, hasta diciembre de 2024. 

Pese a su éxito en el diseño de muebles, Gabriel Padilla quiere seguir surfeando en el océano de la arquitectura. Actualmente es colaborador del Taller Orduño Monraz, despacho de arquitectura, tiene especial predilección por la crítica y la evaluación de proyectos, por darle orden a las ideas, y no descarta, en un futuro, convertirse en académico.  

“Yo quiero ser arquitecto toda mi vida. Lo mejor es que creo que con el tiempo se va poniendo mejor porque ya leíste más, aprendiste más, viste más cosas y has construido. Entre más viejito estés, queda mejor la arquitectura; me emociona esa arquitectura”, afirma.  

¿Un consejo para quienes apenas están emprendiendo el camino de estudiar esta carrera? De entrada, que se animen a explorar, a salir de la zona de confort y a estar dispuestos a aprender. “La arquitectura es un tema muy abierto. Traten de apoyarse en lo que conocen para conocer otras cosas, creo que vale la pena estar en ese peligro de hacer cosas arriesgadas”, recomienda. 

 

Foto: Luis Ponciano