La egresada de arquitectura Emilia Avendaño Granados, ganó la Beca Arquitecto Marcelo Zambrano de CEMEX para estudiar un máster en Conservación de Monumentos y Sitios Históricos en la Universidad KU Leuven, en Lovaina, Bélgica
Hubo un tiempo en que Emilia Avendaño, cuando recién egresaba en 2022 de la carrera de Arquitectura del ITESO, se debatía entre dos grandes amores, la cerámica y el diseño arquitectónico. Pero hoy esa lucha interna ha cesado, luego de que hizo las paces consigo misma y decidió quedarse con ambas pasiones.
Ahora añade una tercera a su vida, la conservación y restauración, una vez que ha ganado la beca Arquitecto Marcelo Zambrano, gracias a la cual podrá estudiar durante un año y medio, recibiendo manutención y colegiatura, un máster en Conservación de Monumentos y Sitios Históricos por la Universidad KU Leuven, en Lovaina, Bélgica.
“Siempre he estado, entre arquitectura y artes plásticas, pues hago cerámica y grabado”, explica la egresada de 28 años, quien llegó a estudiar al ITESO en 2015, procedente de su natal Los Mochis, Sinaloa, a recomendación de su madre, quien también estudió en la universidad jesuita, pero Administración de Empresas.
“Siento que me enamoré del ITESO cuando vine a conocerlo. Estuve en la prepa, en el TEC, en los Mochis y nos hicieron un viaje para conocer la universidad del TEC aquí en Guadalajara. Pero mi mamá me decía, ve a ver el ITESO, ella estudió aquí, para que veas cómo está. Y pues sí, llegué aquí y me encantó”, asegura.
En 2019, Bélgica se le cruzó en el camino cuando decidió irse de intercambio, “en esa época, quería descansar un poquito de arquitectura y encontré un programa que era de Historia del Arte y Arqueología”, recuerda. Estando allá le tocó la pandemia por lo que su estadía se alargó de un año a dos. Viviendo allá encontró la universidad a la que va y este máster en conservación y desde entonces no se le salió de la cabeza, “ni siquiera busqué otros, porque sentía que era justo lo que quería”.
Retornó al ITESO para cursar un año más de la licenciatura y formó parte de dos PAP, el “Co-Laboratorio Urbano”, donde realizó una investigación sobre temas de gentrificación en el centro de Guadalajara; y el PAP “Mirar la ciudad con otros ojos”, en el que realizó una investigación individual sobre mujeres en la arquitectura.
“Me empecé a dar cuenta de que en el mundo profesional había puros hombres, me quedé pensando ¿dónde están todas las mujeres? ¿qué pasa con las arquitectas que egresan de la carrera?, ¿porque ya no se ven en el mundo laboral? Hice varias entrevistas a arquitectas de Guadalajara, sobre todo del ITESO. Es algo muy normalizado que sigue pasando y creo es un poco desalentador. Temas como la maternidad, que por decidir ser mamá y tener una familia, tengas que dejar de lado una carrera, cuando los hombres no lo hacen. Pero también hay un lado de mucha esperanza, pues cada vez hay más mujeres en este campo laboral”, explica.
En esa época fue también cuando entró a una clase optativa de cerámica, eran los últimos meses de la pandemia y quería una clase presencial para poder estar en el campus y en contacto con más personas, aunque fuera dos veces por semana. Lo que descubrió fue una vocación artística, a la cual se sigue dedicando, y hasta antes de la maestría –que arranca en septiembre– representaba la mayoría de sus ingresos.
“No es que haya dejado de ser arquitecto, a la par tenía proyectos de arquitectura, tenía uno de investigación, entré una convocatoria de Secretaría de Cultura del PECDA de Sinaloa en 2023 y estuve trabajando el último año en un catálogo de arquitectura moderna de los Mochis”, dice.
El proceso para aplicar a la beca no fue sencillo. Primero buscó ser aceptada en la universidad, y una vez dentro, aplicó para muchas otras posibilidades. Esta beca le parecía una ilusión guajira: “cuando estaba en la carrera veía a las personas que se la habían ganado como inalcanzables. siempre fue una beca muy prestigiosa, como un sueño muy lejano”. Luego de un año haciendo trámites y mandando papeles, Avendaño hizo su última apuesta con esta beca. Al final, se la dieron.
Entre sus proyectos a futuro está el poder dar clases de arquitectura a nivel licenciatura, clases de arquitectura, en materias de conservación, patrimonio y diseño arquitectónico. También le gustaría llevar proyectos de restauración y conservación, o incluso dedicarse a la investigación, y por supuesto, seguir haciendo cerámica.
Otorgada por la empresa CEMEX, la beca Arquitecto Marcelo Zambrano está destinada a apoyar el desarrollo de jóvenes arquitectos mexicanos recién egresados de su carrera. Los candidatos son aquellos cuyo trabajo académico y profesional demuestra un enorme potencial para contribuir de manera decidida e innovadora al progreso de la cultura de la construcción y el diseño en México.
Este año, además del apoyo completo a Avendaño, el consejo de la beca entregó un apoyo especial a la también egresada del ITESO, la arquitecta Inés Plasencia González Rubio, quien hará una maestría de Arquitectura del Paisaje en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, Suiza.
“Los amigos que hice en el ITESO fueron para toda la vida. Al estar tanto tiempo juntos y en situaciones de mucho estrés, en las entregas, en las desveladas y los exámenes, conocen tu mejor y tu peor lado. Tuve maestros increíbles, siempre me gustó mucho ese trato itesiano, la gente es amable, muy acogedora, tú vienes de otro lugar y no conoces a nadie, y siempre me sentí como muy abrazada por el ITESO.»
Emilia Avendaño
FOTO: Zyan André