Con un concierto que integró videoarte y arte escénico, se realizó un recorrido por la historia y el legado de las Orientaciones Fundamentales del ITESO. Este evento marcó el cierre del año de celebraciones por su 50 aniversario
La comunidad universitaria se despidió de un año de reflexión y celebración en torno al 50 aniversario de las Orientaciones Fundamentales del ITESO (OFI), con un concierto en el que la música, las imágenes y la palabra convergieron para dar vida a estos principios, reconocer su legado y renovar el compromiso con los valores que han dado forma a la identidad del ITESO.
“Corresponde a la universidad una de las tareas más importantes en la sociedad. La instrucción, formación y educación de las personas para la servicialidad social […] para construir una sociedad más justa y humana en la que pueda surgir y desarrollarse ese hombre nuevo que todos anhelamos”. Fueron estas palabras, pronunciadas justamente hace cinco décadas por el padre Xavier Scheifler, S.J., las que dieron inicio al evento, dirigido por Gabriela Escatel.
En un lado del escenario estuvo el Ensamble OFI que fue dirigido por Rodrigo Sierra Moncayo, que interpretó piezas de los autores Nubia Jaime Donjuan, Edvard Grieg, Olivier Messiaen, Arturo Márquez, Maurice Ravel y Samuel Barber. Del otro, una instalación llena de objetos convertidos en símbolos gracias a la composición y desempeño escénico de Giselle y Alex Dessavre y a la dirección audiovisual de Andrea Rodríguez.
A través de un par de cámaras de circuito cerrado, el público pudo observar en la proyección de la pantalla del Auditorio Arrupe, S.J., cómo las manos de los actores (a ratos camarógrafos y narradores), manipulaban fotografías, figuras, tierra, hilos, flores, folletos y palabras que contaron la historia de las OFI, y por lo tanto del ITESO.

Fue un collage en movimiento que, junto a la música, narró el origen de las Orientaciones Fundamentales del ITESO (OFI) a través de materiales cargados de memoria: el pronunciamiento de la universidad contra el golpe de Estado en Chile en 1973 (uno de los detonantes para su creación), imágenes del primer campus, la letra mecanografiada de la primera copia de las OFI y fotografías en blanco y negro de profesores y alumnos que, al igual que los estudiantes actuales, vivieron estos valores en su formación universitaria.
También se abordó el presente y con ello la responsabilidad de responder a los conflictos que atentan contra lo dignidad humana como la Invasión a Ucrania y la guerra en Gaza. “Solo hay un riesgo que no aceptamos. El riesgo de no arriesgar”, se escuchó durante el discurso de Scheifler.
Al final, la cámara se dirigió al público y los asistentes sostuvieron un hilo rojo que desde el otro extremo se entretejía con la historia misma y un corazón. Un gesto que puede representar el tejido de nuestra comunidad, conectada por las Orientaciones Fundamentales y el deber de continuar para construir futuro con esperanza. Así el concierto no solo cerró un ciclo de celebraciones, sino que reafirmó la vigencia de las OFI como una guía viva que sigue inspirando a la comunidad. La formación integral, el compromiso social y la inspiración cristiana.
FOTOS: Luis Ponciano
Este concierto fue una celebración emotiva del legado de las OFI. La fusión de música y videoarte fue impactante, y el mensaje de compromiso social y esperanza resonó profundamente. Un cierre merecido y inspirador para el 50 aniversario.