Distintas voces y escenarios relacionados con el emprendimiento, los proyectos sociales, el trabajo de ONG o empresas, fue lo que tuvieron frente a sí los participantes de las jornadas Emplearte 2015.

Basado en el concepto de la economía solidaria, Café Capeltic es una empresa cuyo fin es lograr un impacto social a través de la colaboración entre personas.
Constituye un caso de éxito inédito, ya que ha repercutido económica y socialmente en el desarrollo de la comunidad tzeltal de Chiapas, la cual representa el 34% de la actual población chiapaneca.

Capeltic

Belinda Meixueiro, directora de las cafeterías Capeltic

Belinda Meixueiro, directora de las cafeterías Capeltic Nuestro Café –una de cuyas sucursales se encuentra en el edificio de Arquitectura y Diseño del ITESO– estuvo en la universidad en el marco de las Jornadas de Empleo y Emprendimiento: Emplearte 2015, para decir en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ que esta iniciativa continúa su marcha gracias al trabajo de más de 250 familias tzeltales que producen un café orgánico de alta calidad que ya se comercializa en otros países, como Japón.

Capeltic tiene entre sus principales objetivos promover un precio justo para los productores y defender la riqueza generada por las familias tzeltales que viven en zonas cafetaleras históricamente marginadas y sumidas en la pobreza.

“Nuestra forma de trabajo se basa en poner primero a la persona en lugar del capital”, comentó Meixueiro, quien explicó cómo hace 12 años se creó Yomol A´tel (www.yomolatel.org), un grupo de empresas a las que pertenece esta marca.

Este conglomerado busca maximizar el beneficio social a través de la producción, transformación y venta del café tzeltal, enfocándose en su calidad para así competir con los grandes comercializadores de los granos básicos que controlan los precios Incluso están formando baristas profesionales (expertos en elaboración y preparación del café), quienes viajan por varias partes del mundo para especializarse.

“A partir de esto surge el primer grupo de cooperativa Tsumbal Xitalha, que hoy en día son 244 familias en 50 comunidades que trabajan el café de una manera agroecológica, es decir, producen solamente café orgánico certificado y de calidad”, expuso Meixueiro.

El 90% del Café Capeltic –el cual se consume desde hace años en las dependencias del ITESO y otras universidades jesuitas del país–, se manda a una empresa japonesa, el resto a España y a otros clientes mexicanos.

Otros de los retos de Yomol A´tel es romper los paradigmas con las marcas de café extranjeras que dicen tener mayor calidad y conjuntar la confianza y sapiencia de los tzeltales, quienes siguen construyendo puentes interculturales entre las comunidades y la sociedad occidental tomando como punto de partida este tipo de modelos de negocio más justos, dignos e inclusivos.

Yomol A´tel también cuenta con proyectos como “Las aulas VIPS” –talleres agroecológicos en las parcelas de las familias– y proyectos de inversión para apoyar a los integrantes de la comunidad interesados en cursar estudios universitarios.

¿A qué aspiraban cuando decidieron estudiar una carrera?
Una mezcla de emprendedores diciéndoles a los alumnos del ITESO que asumieran riesgos y pensaran en su propio proyecto para generar nuevos empleos, la presencia de importantes empresas de la región que desde sus stands buscaban atraer al talento universitario, así como una oferta de talleres y conferencias magistrales, fue lo que se vivió los días 28 y 29 de septiembre en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ

José Morales, SJ, Rector del ITESO, quien encabezó el presídium durante el acto inaugural, afirmó que estas jornadas no tienen que ver con conseguir un trabajo que lleva a los universitarios a “obtener metas o éxito económico únicamente; se trata de lograr las condiciones laborales que permitan a los universitarios poner sus capacidades productivas al servicio de los demás”.

“Los universitarios no son inmunes a la condición excluyente de un sistema económico que, por un lado, tiende a desvalorizar el trabajo humano, mientras que por otro favorece que una minoría se apropie de una riqueza que en la justicia debería beneficiar a quienes la producen”, sentenció el Rector. Texto Marcela Gutiérrez Foto Roberto Ornelas