La iniciativa Lifelong Learning (LLL) de la Escuela de Negocios ITESO presentó el caso de la empresa D´Paul, para compartir con estudiantes, egresados y aspirantes de los posgrados empresariales los resultados de un proyecto de intervención

La ropa comunica.  Por tanto, es importante que la vestimenta esté en sintonía con el cuerpo y la persona, para que se convierta en una extensión de lo que se quiere decir a los demás. Esta idea es parte de la filosofía que por más de 50 años la empresa D’Paul ha mantenido y la ha mantenido vigente como uno de los líderes en el sector, enfocado a la renta y venta de trajes a la medida. 

Esta y otras consideraciones sobre el vestir, el marketing, la transformación digital y las estrategias innovadoras fueron abordadas durante la más reciente edición de la iniciativa Lifelong Learning (LLL) de la Escuela de Negocios ITESO (ENI), que esta vez presentó la charla “Caso D’Paul: ícono de la Sastrería en México”. 

Fue ocasión para presentar los resultados de un proyecto de intervención empresarial encabezado por María Susana Piñón Obledo, egresada de la Maestría en Administración (MBA) del ITESO y parte de la Comisión de Egresados de este programa de estudios, quien charló con Rodolfo de Paul Cabral, socio fundador, director comercial y de relaciones públicas de D’Paul.

Este consorcio de renta y venta de ropa de etiqueta fue fundado en Guadalajara en 1971 por Jesús de Paul Solano, quien, siendo sastre de profesión, se dedicó a proveer a la sociedad tapatía de ropa fina y elegante realizada artesanalmente y sobre medida. La primer franquicia abrió en 1991; actualmente cuentan con tiendas en más de 20 ciudades de México. 

Durante la conversación, moderada por Francisco Vázquez Junior, coordinador del MBA, se explicó que la intervención y consultoría fueron aplicadas luego de que durante la pandemia la empresa tuviera que cerrar 11 de sus 38 sucursales, con un costo aproximado de 2.5 millones de pérdidas por sucursal –sin incluir la liquidación del personal. 

Ante el contexto que la contingencia sanitaria trajo consigo, la empresa optó por implementar un sistema de citas, recabar de datos a través de un sistema CRM (Customer Relationship Management) para apuntar hacia la automatización de procesos y eventualmente cambiar la cultura interna del negocio, a fin de crear una relación con los potenciales clientes de una forma más consciente. También se implementaron mejoras desde la digitalización, a través de encuestas y el uso de redes sociales, así como en el proceso general de atención al cliente. 

“Parte de lo que ayudó a que mejoraran sus procesos y herramientas fue el mapeo del proceso, es decir, saber cómo era la interacción que tenían con el cliente. Se modificó incluso cómo se distribuían los vendedores dentro de la misma tienda, para colocarse de forma más estratégica y tener un mejor acceso al inventario y a todo el sistema”, explicó Piñón Obledo, integrante del equipo de gestión de la fuerza laboral de Tata Consultancy Services. 

La administradora agradeció la apertura de la empresa para poder realizar el proyecto con ellos. “Que me abrieran la puerta fue muy importante; generar esa confianza poco a poco, aprender de ellos y mostrar lo que quería hacer para ver qué podíamos mejorar. En las crisis te pones más creativo para buscar soluciones”, dijo. 

Para De Paul Cabral, la pandemia modificó fuertemente su modelo de negocio, especialmente en lo relacionado a la atención al cliente, pues había que cumplir con una serie de protocolos de seguridad y distanciamiento que se antojaban complicados, dado la naturaleza del negocio. En ese contexto, el sistema de citas, aunque con sus propios obstáculos, fue una mejora que trajo consigo beneficios importantes a la empresa. 

“Somos la firma más antigua como franquicia a nivel México, y no nada más en el sector de la ropa, sino a nivel de todas las franquicias. Eso nos obliga a ser mucho más conscientes y accesibles al público y dar las mejores opciones. Para ganar hay que invertir; tienes que invertir en tecnología para ser un factor diferenciador de la industria”, declaró.  

La estrategia de digitalización logró la agilización de procesos y, por tanto, la reducción de tiempos. Al estar todo el proceso condensado en una misma plataforma, se facilitó la ubicación de las prendas, le gestión de servicios de tintorería e incluso se pudo monitorear de mejor manera la durabilidad de las prendas, además de que se obtuvieron datos respecto a las tallas que más se rentan, las que tienen mayor desgaste y las que tienen menos rotación entre las tiendas.  

“Hoy en día, nuestro principal diferenciador es el tiempo de entrega. El cliente puede llegar a la tienda y en 20 minutos le entregan la ropa”, dijo. 

A decir de Piñón Obledo, otro de los grandes diferenciadores de la marca es que, contrario a los grandes almacenes y empresas trasnacionales al frente del mercado con diseños y ropa de mala calidad que buscan el consumo frecuente, la apuesta de D’Paul está en ofrecer calidad en sus productos, aun cuando esto eleve el precio. 

“Los clásicos nunca pasan de moda, y con todo esto del fast fashion se empieza a perder esta sensibilidad de la ventaja de las prendas hechas a la medida y de calidad. Al final, cuando todo se vuelve tan desechable, es justo en lo que no es desechable donde empiezas a adquirir valor, porque sabes qué estás comprando y el provecho que le vas a sacar”, añadió. 

Para Rodolfo de Paul, combinar la tradición con la innovación es el mayor éxito cosechado de esta intervención. El empresario reconoció que, a pesar de que ya habían intentado reconvertir su modelo de negocio con otras consultorías, esto no había sido posible sino hasta que se dio la colaboración con la egresada del MBA del ITESO. “Nunca le cortes las alas a alguien, si trae una inquietud y te puede sumar, escúchala. Nunca hay ideas malas, sólo hay que razonarlas”, comentó. 

FOTO: Zyan André