Ante más de 100 asistentes vía Zoom, el Dr. Luis Daniel Vázquez Valencia dictó la conferencia “Corrupción, impunidad y derechos humanos”, con la que se inauguró el periodo Primavera 2021 de los posgrados del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO. 

 

En punto de las siete de la noche, con la presencia virtual de 70 asistentes – a los que en el transcurso de los primeros minutos de la conferencia se fueron sumando hasta llegar a ser más de 100 -, se dio inicio a la conferencia “Corrupción, impunidad y derechos humanos” con la que las maestrías en Derechos Humanos y Paz, Política y Gestión Pública, Derecho Constitucional y Argumentación Jurídica y la Especialidad en Integridad Pública y Estrategias Anticorrupción del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (DESOJ) del ITESO inauguraron el periodo Primavera 2021.  

Antes de cederle la palabra al Dr. Luis Daniel Vázquez Valencia, la Dra. Ana María Vázquez Rodríguez, directora del departamento, mencionó la relevancia del tema de los posgrados del DESOJ en un país como México, donde “quizá uno de los temas más dolorosos en materia de política y de omisiones de la sociedad mexicana es justamente el de la corrupción vinculada a los distintos ejes que vamos a escuchar hoy. (…) Cuánto cuesta a las personas de manera comunitaria e individual el impacto que la corrupción tiene en la vida es impresionante en México”, dijo.  

Luis Daniel Vázquez Valencia inició la conferencia mencionando que su trabajo con los temas de corrupción y violaciones graves a los derechos humanos data del 2014, año en el que se publica la investigación acerca de la casa blanca del entonces presidente Enrique Peña Nieto y que se suscita la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. En pláticas con colectivos y periodistas llegaron a la conclusión de que, fuera el tipo de violación a los derechos humanos que fuera, el cuello de botella siempre estaba en una fiscalía.  

“A partir de ahí nos dimos cuenta de ya estaba muy posicionado el tema de la corrupción, pero no el del combate a la impunidad”, dijo. 

En este marco, Vázquez Valencia comenzó a trabajar en explicar cuál era la relación de la corrupción con las violaciones de derechos humanos, y la relación de la impunidad con estas.  

Ya entrado en materia, Luis Daniel comentó que el principal problema de la corrupción es que no existe una sola corrupción, sino hay distintos tipos, como sobornos, extorsión, prevaricación, puerta giratoria, clientelismo y un largo etcétera y que, así como son diferentes, también lo son las violaciones a derechos humanos, por lo que se necesitarán distintos diagnósticos y tipos de política pública para incidir.  

Para explicar la relación entre corrupción y derechos humanos, Vázquez Valencia se valió de tres ejemplos muy conocidos en nuestro país: el de Pasta de Conchos, la ya mencionada casa blanca y las empresas fantasma de Javier Duarte 

Sobre Pasta de Conchos, comentó que un par de semanas antes de la explosión, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social había terminado un proceso de inspección de la mina un par de semanas antes, determinando que cumplía con todos los criterios de sanidad y todos los procesos de seguridad, aunque faltaron 6 medidas de las que no se dio cuenta.  

Tras la explosión, salieron a la luz historias sobre el mal funcionamiento de la mina, “y siendo un poquito malpensados, cualquiera de nosotros pensaría que ese conjunto de inspectores que hizo la verificación de la mina probablemente recibió un soborno, gracias al cual la mina pudo seguir en actividad aunque no cumplía con los criterios reglamentarios correspondientes. Entonces, aquí tenemos una primera relación entre un posible acto de corrupción y violaciones a los derechos humanos”, dijo. 

Acerca de la casa blanca, señaló que la casa no estaba a nombre de Enrique Peña Nieto, sino al de la principal constructora – Grupo HIGA – que se había beneficiado de los contratos y licitaciones públicas desde que fue gobernador.  

¿Por qué un pago de soborno del tamaño de la casa blanca tendría que ver con los derechos humanos? Las licitaciones amañadas y los sobreprecios atentan contra el derecho a la igualdad y no discriminación de los proveedores, fomentando que haya menos bienes y servicios, y los que hay, sean malos. “En la medida en que vienen pagos con sobreprecios, el presupuesto se hace más pequeño, tenemos menos dinero para construir hospitales, escuelas, contratar enfermeros y enfermeras, maestros y maestras; para tener programas de vivienda, de alimentación, para mejorar nuestro acceso al agua, mejorar la policía, y para llevar a cabo todas aquellas políticas públicas que garantizan y promueven los derechos humanos”. 

En el caso de las empresas fantasma de Javier Duarte, en Veracruz, los problemas con estas licitaciones se involucraron directamente con los derechos humanos, ya que eran programas sociales dirigidos a personas en situación de marginación, quienes nunca recibieron los bienes y servicios prometidos. “Algunos de estos programas tenían padrones, es decir, había una población objetivo, y en la medida que tienes una población objetivo lo segundo que tienes son víctimas objetivas de violaciones a derechos humanos», dijo. 

Tras hablar de estos tres ejemplos, el académico se enfocó en la relación que tienen los sobornos con la violación de los derechos humanos, que se ve en los ámbitos de solicitud de sobornos como condición de acceso a los derechos, pago de sobornos para realizar acciones prohibidas, desviación de fondos, captura estatal o corrupción estructural – entendida esta como la distorsión del proceso de privatización de los fines del Estado – y uno que afecta principalmente a mujeres y que ha ido creciendo en los últimos años, el de las extorsiones sexuales.  

En la última parte de la conferencia, Vázquez Valencia habló sobre la percepción de la corrupción por regiones la cual, según los datos más actualizados que presentó (del 2012 al 2015), la región de América Latina (AL) es la segunda más corrupta, solo superada por la región de África subsahariana. EN AL según datos del 2017, el país con más corrupción es Venezuela y el que se percibe con menos es Uruguay; México está solo cuatro lugares arriba que el país gobernado por Nicolás Maduro. 

Hablar de violaciones de derechos humanos es hablar también de impunidad, que es la inexistencia de castigo frente a un hecho ilícito, lo que incentiva, facilita y mantiene estas violaciones. Y si en percepción de corrupción América Latina era la segunda peor, en percepción de impunidad es la peor, según los datos que presentó Luis Daniel. 

“La impunidad en sí misma no es una violación a los derechos humanos”, aclaró, “pero lo que sí genera la impunidad es un contexto de posibilidad para generar esa violación a los derechos humanos y para que, justamente, no suceda nada”. 

La impunidad, entonces, “se convierte en un patrón estructural de las violaciones de los derechos humanos (…) y lo que tenemos ahora que analizar e investigar es justamente cuales son esos patrones estructurales para modificarlos, y en la medida que logremos modificar esos patrones estaremos incidiendo en las causas más profundas de las violaciones a los derechos humanos”, enfatizó. 

Tras presentar una serie de panoramas que resaltan cómo la corrupción, la impunidad y las violaciones a los derechos humanos disminuyen la calidad de vida de los países que peor percepción tienen de estos tres aspectos, el encuentro finalizó con una nutrida ronda de preguntas y respuestas por parte de los asistentes. 

El Dr. Luis Daniel Vázquez Valencia es profesor-investigador titular “B” de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y profesor-investigador de tiempo parcial de la FLACSO, México. También es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel I). Es Doctor en Ciencias Sociales con especialidad en Ciencia Política; sus temas de investigación incluyen la teoría jurídica del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, los estudios sobre democracia, derechos humanos y mercado; y la relación entre corrupción, impunidad y derechos humanos.