El miércoles fueron presentados en la biblioteca del ITESO el libro Reflexiones sobre Ayotzinapa en la perspectiva nacional y la exposición itinerante Lotería 43.
La historia la conocen casi todos: la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, fueron desaparecidos 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa. Esa noche también murieron tres normalistas y tres civiles. En lo que fue calificado como “verdad histórica” por Jesús Murillo Karam, entonces procurador general de la República, se estableció que los estudiantes fueron privados de su libertad, asesinados, incinerados y arrojados a un río. El dictamen dejó muchas dudas y, desde entonces, la pregunta es la misma: ¿dónde están los estudiantes desaparecidos? Para Darwin Franco, lo ocurrido y en Guerrero “es una herida abierta que nos debe interpelar a todos” porque, asegura, lo cierto es que las desapariciones forzadas se han vuelto “una realidad cotidiana” en el país.
Franco, periodista y profesor del ITESO, dijo lo anterior durante la presentación del libro Reflexiones sobre Ayotzinapa en la perspectiva nacional, volumen coordinado por Carmen Chinas y Jaime Preciado.
La presentación tuvo lugar en la cafetería de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ. Ahí, Darwin Franco señaló que “Ayotzinapa es Jalisco, porque en Jalisco tenemos más de cuatro mil personas desaparecidas. El delito de desaparición forzada se ha vuelto sistemático y recurrente en el país”.
El periodista detalló que en Jalisco el 39 por ciento de los desaparecidos tiene entre 16 y 28 años —“están desapareciendo a su generación”, dijo a los estudiantes congregados— y explicó que cuando una persona es desaparecida, la desaparición se da de manera física, jurídica, administrativa y simbólica. También denunció que las autoridades buscan cambiar el discurso al referirse a las personas desaparecidas como “no localizadas”, además de que en muchos casos se busca victimizar a los desaparecidos.
Alejandra Cartagena, abogada especialista en género y derechos humanos, apuntó que las reflexiones contenidas en el libro son “necesarias e indispensables para entender qué pasó el 26 de septiembre de 2014, pero también para entender qué está pasando en México para que puedan desaparecer personas”.
Señaló que México es un país con poca memoria histórica. Sólo así se explica que la matanza de estudiantes de 1968 se repitiera en 1971 o en Aguas Blancas. “La impunidad se repite”, mencionó Cartagena.
Por su parte, Carmen Chinas, una de las coordinadoras del volumen, señaló que el caso de Ayotzinapa vino a “evidenciar el problema de las desapariciones en México”, fenómeno que ya se daba antes. Explicó que en América Latina las desapariciones estaban asociadas a los regímenes dictatoriales, pero que en México había muchos actores, como el Estado o el crimen organizado.
La presentación de Reflexiones sobre Ayotzinapa en la perspectiva nacional sirvió como marco para inaugurar, en el pasillo de la planta alta de la biblioteca, la exposición Lotería 43, que reúne obra plástica y literaria de diferentes creadores. José Santos Urbina, coordinador de la muestra, señala que ésta tiene por objetivo “mantener viva la memoria a través del arte”.
Explicó que la muestra incluye retratos de los jóvenes desaparecidos y la recreación, a partir de las cartas de la lotería, de algunos elementos de la investigación sobre lo que pasó en Iguala. Urbina señaló que “olvidar a los 43 es olvidar que en México hay miles de desaparecidos”.
La exposición, que reúne piezas de autores como, entre otros, José Luis Malo, Humberto El Brujo López Trejo, Toni Guerra, Balo Pulido, Rosalba Espinosa y Gabriela Tolentino, podrá apreciarse hasta el 1 de septiembre.