Tras casi un cuarto de siglo al frente de la Dirección de Administración y Finanzas, Jesús Soto Romero se despidió del ITESO para iniciar su jubilación. Deja detrás de sí una universidad con finanzas sanas y rumbo estable
Natalia estaba atenta a las palabras de su abuelo mientras se sentaba en las piernas de su mamá. Él se dirigía a varias decenas de personas mientras, conmovido hasta las lágrimas, enlistaba las alegrías de una vida profesional vivida a tope.
José de Jesús Soto Romero se despidió del ITESO tras 24 años al frente de la Dirección de Administración y Finanzas (DAF). En su honor se celebró una comida con sus más allegados colaboradores, colegas y amigos.
El ambiente era de gratitud: de Soto Romero, por los años bien vividos en su alma mater, primero como estudiante y después como académico y colaborador administrativo, y de la comunidad universitaria por su servicio al frente de una de las cuatro direcciones estatutarias.
Casi un cuarto de siglo después de que hubo tomado las riendas de las finanzas universitarias, recordó que su vínculo con el ITESO inició hace mucho más tiempo, cuando de boca de su padre escuchó acerca de la apuesta educativa en la universidad jesuita.
En aquel entonces no sabía que él sería un factor decisivo en ese futuro, ahora vuelto realidad. En ese sentido, el Rector Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, reconoció en el homenajeado a un hombre de probada capacidad profesional y profunda calidad humana, cuyo trabajo se ve reflejado en las finanzas sanas de la Universidad y en la consolidación del ITESO como una de las universidades privadas que más recursos destinan a becas y apoyos financieros para sus estudiantes, con más de 500 millones de pesos anuales para beneficio de más del 50 por ciento del estudiantado.
A decir del Rector, el cariño que la comunidad universitaria ha profesado por la figura de Jesús Soto no es injustificado. “Tu presencia es motivo de confianza y seguridad. El título de maestro no tiene nada que ver con lo que pudiste haber obtenido académicamente, sino con la figura que has ocupado en la vida de muchas y muchos de nosotros. Maestro es alguien que no solamente transmite información, sino que forma. Y yo creo que hay muchas generaciones de itesianos e itesianas que han sido formados y formadas por tu presencia”, señaló.
A nombre de toda la comunidad universitaria, el Rector presentó a Jesús Soto la obra El contemplador, del artista Adrián Guerrero. Asimismo, le deseó una jubilación gozosa, en la que pueda cosechar todo lo sembrado durante su servicio.
Por entrar a esta nueva etapa, Jesús Soto se dijo emocionado y melancólico a partes iguales, al dejar atrás sus días en la Universidad. Sin embargo, prometió que desde su jubilación seguirá cercano al ITESO.
«Estoy plenamente convencido de que el ITESO de hoy es resultado del múltiple esfuerzo diario en las labores, tanto sencillas como complejas, que nuestra universidad exige», afirmó Jesús Soto, reconociendo el apoyo de la comunidad universitaria y su equipo de colaboradores. Reconoció en ese diario trabajar el espíritu del magis ignaciano, “dar lo mejor de sí en beneficio de los demás”.
Agradeció a todas las personas que influyeron en su carrera, desde rectores hasta colegas y asistentes personales, y desde luego, a su familia. Jesús Soto Romero se despidió del ITESO envuelto en aplausos, muestras de cariño y canciones de mariachi.
Parte toral del discurso de Soto Romero fue, justamente, Natalia. “Tu abuelo podrá jugar más contigo y consentirte, que para eso servimos los abuelos”, dijo el ahora jubilado. La pequeña sonrió.
FOTOS: Luis Ponciano y Zyan André