La obra de Luis Barragán regresa a la vida, con nuevos desafíos
Por Florencia Pardo y Luz Elena Aramiz
Joya arquitectónica de Luis Barragán ubicada en el Parque de las Estrellas de Guadalajara, tras su construcción en 1957 y abandono en la década de los setenta, ha sido objeto de un arduo proceso de restauración y puesta en valor. Esta obra, que alguna vez estuvo en peligro de desaparecer, ahora es un espacio abierto al público para su contemplación y disfrute.
La Capilla Abierta es un ejemplo emblemático del estilo minimalista de Barragán. Sus muros de hormigón, sus eucaliptos y sus juegos de luz y sombra crean un espacio de gran serenidad y belleza. La capilla está concebida como un lugar de recogimiento, contemplación y trascendencia en el que los visitantes pueden conectar con su interior y con la naturaleza que la rodea.
La Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, junto con el apoyo del INBA y la Secretaría de Cultura de Jalisco, lideraron el proyecto de restauración de la capilla. La iniciativa, que se completó en 2018, incluyó la restauración de la estructura original, la creación de un nuevo acceso y la mejora del entorno del parque.
Juan Palomar, arquitecto experto en la obra de Barragán, expone de manera elocuente la escasa valoración y protección del legado dejado por el célebre arquitecto. En su análisis, destaca la falta de aprecio y respeto hacia la obra del que es considerado el mayor arquitecto mexicano. Ejemplifica esta negligencia con diversos casos, como la demolición de la Casa Aguilar y la casa para Carmen Orozco, ambas ubicadas en la calle López Cotilla. Además, señala la alteración y desfiguración de otras obras destacadas, como las casas de renta para el licenciado Robles León, la casa de Rayón, el Parque de la Revolución, entre otros. Este panorama denota un patrón de abandono y falta de conservación que lamentablemente persiste, poniendo en riesgo la integridad de importantes piezas del patrimonio arquitectónico de México.
Desafíos y oportunidades
Sin embargo, la capilla no está exenta de problemas. A pesar de los esfuerzos realizados la comunidad que la rodea no la ha asimilado completamente. La falta de información y la poca participación de los vecinos en el proyecto de restauración han creado un clima de desconcierto y desinterés.
Lamentablemente, la capilla aún no ha logrado integrarse plenamente en la vida de la comunidad. La falta de información sobre la obra y su significado, así como la poca participación de los vecinos en el proceso de restauración, han provocado un sentimiento de desinterés y desconcierto.
Además, la capilla ya no es abierta, como originalmente la concibió Barragán. Dos grandes puertas de metal la mantienen cerrada, lo que limita el acceso y la convierte en un cubo blanco en medio del parque.
Un llamado a la acción
Es necesario que las autoridades y las organizaciones culturales trabajen en conjunto para lograr que la Capilla Abierta sea un espacio vivo y significativo para la comunidad. Esto implica mejorar la comunicación y la información. Es fundamental que los vecinos conozcan la historia y el valor de la Capilla. Se deben instalar placas informativas, realizar talleres y eventos, y utilizar las redes sociales para difundir información sobre la obra.
Fomentar la participación ciudadana. Los vecinos deben ser partícipes activos en la gestión y el mantenimiento de la Capilla. Se pueden organizar grupos de voluntarios, realizar jornadas de limpieza y crear eventos culturales en el espacio.
Abrir la capilla al público. Es necesario que la capilla esté abierta de manera regular para que las personas puedan visitarla y disfrutarla. Se podrían organizar visitas guiadas, talleres y conciertos en el espacio.
La Capilla Abierta es un tesoro cultural que pertenece a todos los mexicanos. Es nuestra responsabilidad preservarla y darle vida para que las generaciones futuras puedan disfrutar de su belleza y significado.
Este artículo es parte de la investigación “Memorias de un monumento” que se lleva a cabo en el Proyecto de Aplicación Profesional: Mirar la ciudad con otros ojos. Memorias e identidades, Primavera 2024 realizado por Florencia Pardo García, estudiante de la Licenciatura en Gestión Cultural y Luz Elena Aramiz Ortiz, de la Licenciatura en Derecho, ambas en el ITESO.