Estudiantes de los PAP Cedecom y Proyectos Productivos Sociales colaboran con la empresa de comercio justo Capeltic, dedicada a la comercialización de café orgánico, que acaba de abrir una nueva sucursal en la Av. Chapultepec

Paulina Velarde Álvarez, estudiante del último semestre de Administración de Empresas, conocía los productos de Capeltic gracias a la cafetería ubicada en el campus del ITESO; su favorito es el café de olla, así que no dudó cuando se le presentó la oportunidad de participar en un Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) orientado a fortalecer a esta empresa. 

Estudiantes de los PAP del Centro de Desarrollo para la Comercialización y Ventas (Cedecom) y de Proyectos Productivos Sociales del ITESO se unieron a la iniciativa de Capeltic, que ha salido del espacio universitario y ahora abrió una nueva sucursal en la Av. Chapultepec, en la colonia Americana de Guadalajara. 

Capeltic es una empresa de economía social conformada por familias tseltales del estado de Chiapas que se dedica a la producción y venta de café 100 por ciento orgánico y genera sinergias entre productores, equipos de trabajo y comunidades universitarias para construir canales alternativos y directos de comercio justo. Forma aparte además del Grupo Yomol A’tel, una asociación de proyectos productivos solidarios y de defensa del territorio. Actualmente cuenta también con cafeterías en las universidades Ibero Ciudad de México y Puebla. 

“El PAP me lo recomendaron muchísimo varias amigas que lo habían tomado años atrás y por eso me quise meter, sobre todo a este proyecto. Al principio estuvimos dedicándonos a las redes sociales, a crear contenido, a mejorar la publicidad existente y a hacer nuevas formas de publicidad. Y luego nos tocó justo cuando se estaba haciendo el proyecto de la cafetería [de Chapultepec]. Entonces nos tocó ir a ver el lugar”, explicó Velarde, quien trabajó en las campañas para días feriados, Día de Muertos, en la selección de las bebidas del mes y haciendo un catálogo digital. 

Paulina, entre cuyos planes al egresar contempla establecer un spa holístico, explicó que conocer la marca Capeltic fue una experiencia muy enriquecedora, de hecho, su madre tiene una tienda de productos orgánicos en Guadalajara, Flor de Sal, y se convirtió en distribuidora de su café: “Me gustó involucrarme y conocer toda su historia, la esencia de la empresa, poder verla de cerca, es un proyecto súper bonito”. 

Kenneth Ulises Bocanegra Flores, egresado en diciembre de 2022 de la carrera de Comunicación y Artes Audiovisuales, también estuvo involucrado con Capeltic a través de los PAP, aunque vivió de una manera más directa y especial la experiencia, pues con el fin de reunir un catálogo audiovisual, pudo visitar la serrana comunidad ubicada en la selva norte de Chiapas (la cooperativa Ts’umbal Xitalha’), donde se siembra el café cien por ciento arábiga, con tres variedades y bajo los principios de la agroecología. 

“Cuando me tocó estar en Chiapas me di cuenta realmente del valor que tenía toda la comunidad de Capeltic, desde los productores hasta la administración, la venta y quiénes compran. Lo que destacaba es que era muy humano, con un trato digno en todas las etapas del proceso de producción del café: tiene la particularidad de contar con un compromiso social muy establecido”, recuerda. 

La oportunidad se dio justo en la etapa final de la pandemia, en octubre de 2022, y allá Kenneth pudo estar en contacto con todas las etapas del proceso de producción cafetalera, subir a la montaña, platicar con los campesinos, ver cómo la comunidad elabora su propia semilla y busca perfeccionar la genética de la planta de modo natural; incluso estuvo en el laboratorio donde se van haciendo degustaciones, pruebas y maridaje. 

“Al final de cuentas ése es el encanto, estás ahí en contacto con la naturaleza y ves el estilo de vida, cómo se lleva en los pueblos: te reciben con los brazos abiertos, la gente busca apoyarte, se siente la energía muy positiva. Eso te hace valorar lo que estás poniendo en tu taza de café. Hay muchas empresas transnacionales que buscan explotar tierras en México para llevarse sus productos a otros países, venderlo a otro precio, y realmente la riqueza se pierde. Siento que esto es algo que está haciendo la gran diferencia”, afirma. 

Según Liliana Gómez Quiroz, académica de la Escuela de Negocios ITESO y quien colabora en estos PAP, el proyecto de Capeltic se ha ido construyendo gradualmente, a lo largo de distintos semestres, con varios alumnos involucrados, por lo que los resultados no son inmediatos. Sin embargo, la esencia del proyecto es muy clara desde su concepción. 

“El dinero llega directamente a los productores, entonces es muy beneficioso para las familias; en realidad son familias muy pobres, y llegan los grandes comercializadores a comprar el kilo de café en centavos, ni siquiera en pesos. Este modelo de negocio, por así decirlo, que es auspiciado y que empezó con los jesuitas, es para ayudar directamente a las familias, que pudieran vender a un precio justo sus productos, porque no solamente venden café, es todo un corporativo: además de café hay productoras de jabones o de miel”, explica. 

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