El periodo de baja académica de materias, del 8 al 12 de abril, marca que el fin de semestre se acerca, y la presión por calificaciones y proyectos crece. Conoce cómo puedes evitar que el estrés afecte tu salud.

Llegó el momento del corte de caja: ¿Cuántas faltas tienes en las materias? ¿Te alcanzan para continuar el semestre? ¿Cuándo le dirás a tus papás? Estrés: es el término que define la sensación ante situaciones así.

La buena noticia es que el estrés es vida… Cuando se lo ve como la capacidad del organismo de romper la estabilidad emocional y física que nos sirve para levantarnos de la cama cada mañana, actuar cuando nos sentimos en peligro, hacer ejercicio. En estos casos, los especialistas lo conocen como eutrés.

La mala es que hay un estrés que puede tornarse peligroso y llevarnos al cementerio. Se llama distrés y si se vuelve constante o crónico es capaz de conducir a quienes lo padecen a infartos del miocardio o a afecciones autoinmunes —así se llama a los padecimientos en los que el propio sistema inmunitario se convierte en un agresor contra los órganos—.

La peor noticia es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), México es el país más estresado del planeta.

En el tema laboral, por ejemplo, 75 por ciento de las personas que trabajan padece esta tensión autodestructiva, por encima de países como China (73%) y Estados Unidos (59%), las dos economías más grandes del mundo

La excelente noticia es que existen herramientas para afrontar la tensión que provocan las trabas de la vida cotidiana, afirma la coordinadora de la Licenciatura en Psicología, Claudia Vega Michel, quien desde hace 20 años se especializa en el estrés y sus repercusiones en el comportamiento humano.

Explica que el estrés crónico es una de las causas principales de afección física y psicosocial. En lo inmediato puede dañar el funcionamiento y la estructura del cuerpo humano, pues altera la frecuencia cardiaca, la presión arterial, los músculos, la salivación.

En la opinión de la especialista lo que nos falla muchas veces es la manera de afrontar las situaciones estresantes que se nos cruzan.

Un ejemplo: a todos se nos mete un imprudente mientras nos desplazamos a pie, en bicicleta o en coche. El estrés permitió que sigamos vivos. Pero si nos quedamos con el rencor y nos atoramos todo el día maldiciendo, significa que no hemos afrontado bien ese hecho.

Si te identificas con este caso, debes saber que las situaciones estresantes son percibidas por la corteza frontal y desencadenan varias reacciones químicas y físicas, que llevan al torrente sanguíneo hormonas y sustancias. El profesor del ITESO Everardo Camacho Gutiérrez, explica que este proceso requiere tanta energía del organismo, que pone en pausa a otro sistema: el inmunológico. ¿Te imaginas qué pasa si eso ocurre diario?

Claudia Vega Michel sugiere poner atención a signos como irritabilidad, insomnio, contracturas musculares, dolores continuos de cabeza, gastritis, colitis y migrañas. El estrés también puede causar ataques de pánico, cuyos síntomas son dificultad para respirar e incapacidad para reaccionar. En estos casos sugiere ver a un especialista.

Si leer lo anterior te estresa, mantén la calma. La situación se puede revertir con técnicas efectivas de afrontamiento. Una de ellas es el ejercicio, la recreación y las actividades lúdicas, afirma Pilar Rodríguez Martínez, la directora del Centro de Educación Física y Salud Integral del ITESO. Recuerda que la activación física mejora el estado de ánimo y reduce la ansiedad.

Claudia Vega añade la programación de acciones, para evitar que al final de un ciclo se acumulen las tareas o las consecuencias de no haberlas hecho. En el peor de los casos, dice, ayuda a imaginar las situaciones previsibles.

Pone énfasis en la calidad de las comidas, la ingesta suficiente de agua, el movimiento físico y las horas de sueño, durante las rachas de estrés. Al final, apunta, casi no hay alguien más desconcentrado que quien pasó toda la noche estudiando para un examen.