El candidato a la presidencia por la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, expuso ante la comunidad del ITESO algunas de las ideas con las que pretende gobernar el país en caso de resultar ganador el próximo 1 de julio.
Según los datos de Ricardo Anaya Cortés, 85 por ciento de los mexicanos quiere un cambio para el país y, por lo tanto, no votaría por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Sin embargo, el candidato a la presidencia por la coalición Por México al Frente tiene la certeza de que ese cambio no puede ser cualquier cambio. Ricardo Anaya visitó el ITESO para participar en el foro Diálogos por México, que tuvo como sede el auditorio Pedro Arrupe, SJ, durante el cual tuvo la oportunidad de exponer ante la comunidad universitaria algunas de sus propuestas que distinguen el cambio que propone.
El foro Diálogos por México es un espacio concebido como punto de encuentro entre diferentes candidatos a cargos de elección popular y la comunidad universitaria del ITESO. El encargado de abrir las sesiones con los candidatos presidenciales fue Ricardo Anaya, quien fue recibido por Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC, y Pedro Ramírez, director de Relaciones Externas del ITESO.
De entrada, la visita de Anaya Cortés rebasó las expectativas en cuanto a la concurrencia: los interesados por escuchar de viva voz al candidato llenaron el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, y fue necesario habilitar el Auditorio M para seguir la charla a distancia, a lo que se sumó la transmisión por YouTube y Facebook Live.
Jorge Rocha, profesor del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos, fue el encargado de moderar la dinámica del encuentro: un grupo de dos profesoras y cuatro alumnos harían cuatro preguntas iniciales al candidato, quien tendría 30 minutos para responder y de paso plantear algunas ideas de su proyecto. Luego vendría otra ronda de preguntas recopiladas de entre el público con su respectiva ronda de respuestas.
Así, las profesoras Graciela Bernal y Karina Hermosillo, junto con las alumnas Andrea Padilla, Arantza Flores, Mercedes Soto y Óscar Juárez, también estudiante, cuestionaron a Anaya Cortés sobre sus propuestas para incorporar a los migrantes repatriados y sus políticas migratorias; para restaurar la paz, el Estado de Derecho y frenar los feminicidios, y su plan de acción en el caso de que la negociación del TLC se extienda o de plano éste se dé por concluido.
Aunque en el planteamiento inicial Anaya debía responder las preguntas, las dejó de lado para comenzar su intervención condenando la desaparición de los estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (Caav), cuyo paradero se desconoce desde el 19 de marzo. Aprovechó para ofrecer algunas cifras ya conocidas sobre el tema de los desaparecidos en Jalisco y eso le dio pie para declarar que “el régimen económico, político y social está agotado”. Habló de la desigualdad que impera en el país, de los niveles de inseguridad y violencia y señaló que “no es una exageración cuando decimos que estamos peor que nunca”.
Al señalar que la mayoría de los mexicanos quieren un cambio, dijo que era importante identificar qué tipo de cambio es necesario porque “podemos coincidir en el diagnóstico, pero sí hay diferencias en cómo queremos solucionarlo”. Así, refirió algunas respecto de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, entre las que destacó su apuesta por la tecnología, las energías limpias y renovables, la educación a partir de modelos flexibles y la propuesta del Ingreso Básico Universal (IBU).
Entonces vino una interrupción, alguien del público le gritó que no estaba respondiendo a los cuestionamientos planteados al principio. “Démonos tiempo, yo no tengo prisa”, respondió el candidato y luego esbozó algunas respuestas. Sobre el tema migratorio, dijo que México debería de comenzar a respetar los derechos de los migrantes centroamericanos, que el tema del DACA estadounidense es central y que es importante generar condiciones para la reinserción laboral de los repatriados; sobre las mujeres, habló de la diferencia salarial, de la campaña #NoEsNormal y del aumento en las cifras de los feminicidios; del TLCAN, comentó que México debería de negociar con claridad de objetivos, firmeza y dignidad. En ninguno de los casos expresó alguna propuesta concreta, por lo que tampoco planteó cómo pensaba llevarla a cabo.
Vino la ronda de preguntas. Por medio de papeletas los asistentes preguntaron sobre las propuestas para reducir el rezago educativo y mejorar la calidad y el acceso, su postura sobre la legalización de la marihuana, su plan para enfrentar la obesidad infantil, la reforma para garantizar los derechos de los pueblos indígenas y su estrategia para que las y los estudiantes tengan más seguridad. Anaya dijo que los problemas de la reforma educativa han sido en su implementación y que el Estado debe garantizar el acceso universal; se declaró a favor de abrir un debate “con criterios técnicos, científicos y sin prejuicios” para evaluar los pros y contras de la legalización; señaló que en los temas de salud pública es urgente apostar por la prevención; dijo estar de acuerdo con la reforma constitucional para garantizar los derechos de los pueblos originarios y añadió que es necesario ir más allá y apostar por una educación intercultural. Finalmente, sobre la seguridad señaló que es necesario cambiar la estrategia y buscar “no sólo descabezar a los grupos criminales, sino desmantelarlos. El Estado debe ser implacable frente a cualquier homicidio o desaparición”.
En las últimas dos rondas de preguntas se cuestionó al candidato sobre la conformación de la coalición y cómo conciliar sus diferencias ideológicas, además de algunas preguntas de orientación económica.
“Son duros e inteligentes los que preguntan aquí”, expresó Ricardo Anaya, para luego declararse creyente de la economía social de mercado.
“No crean el engaño de que el gobierno no tiene dinero. Sí lo tiene, pero hay que reordenar el gasto y abatir la corrupción. Si no se combate la corrupción, ninguna reforma va a funcionar”, expresó. Sobre la coalición, dijo que se habían inspirado en los ejercicios realizados en Chile y Alemania porque “lo que queremos es que haya un cambio”.
300 preguntas por responder
Mientras Ricardo Anaya avanzaba lentamente por uno de los pasillos del auditorio Pedro Arrupe, SJ, Jorge Rocha hacía lo propio para acercarse al candidato. Llevaba en la mano una carpeta amarilla en la que estaban, dijo, las 300 papeletas con las preguntas que había preparado la comunidad universitaria del ITESO para la charla con Anaya y de las que apenas había sido posible leer una veintena durante la actividad.
Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, entró al auditorio por entre los asistentes, saludando de mano y deteniéndose a tomarse selfies. Relajado, se dio tiempo de bromear cuando, en un momento en el que hubo que reacomodar al público que llenó el auditorio, dijo al micrófono: “Prometo de antemano que yo no me voy a meter a los baños”. También aprovechó el reacomodo para saludar a José Morales Orozco, SJ, Rector del ITESO, y hacerse más fotos. Cuando volvió el orden al auditorio, confesó temer que la visita se convirtiera en un nuevo #YoSoy132/2. Después, al ser increpado desde el público porque no estaba respondiendo a las preguntas que se le habían planteado, contestó: “Démonos el tiempo. Yo no tengo prisa”. Y se dio el tiempo: durante casi dos horas atendió las preguntas de la comunidad universitaria. Pero, aunque atendió muchas, respondió muy pocas: hizo pocas propuestas, no explicó cómo iba a hacer las cosas y le dio la vuelta a otras preguntas.
Al final, se fue por donde entró: por el pasillo del auditorio. Recibió las preguntas que le entregó Jorge Rocha y, de nueva cuenta, se tomó todas las fotos que le pidieron.
Durante la charla, Anaya señaló que su apuesta es por las tecnologías verdes. Cuando se fue del ITESO, lo hizo manejando un auto híbrido, acompañado por Salomón Chertorivski, Agustín Basave y Emilio Álvarez Icaza, su círculo inmediato.