Dos egresados de posgrados del ITESO, Martha y Heriberto, encontraron en la investigación un impulso sustantivo a su labor profesional.

La vida es un constante jardín con senderos que se bifurcan y que en ocasiones se vuelven más intrincados cuando se trata de tomar decisiones que impacten al futuro profesional.

A pesar de ser tan distintos, los caminos profesionales de Martha y Heriberto tienen un punto en común: la investigación, cobijada desde sus posgrados en el ITESO.

Martha Ramírez, licenciada en Psicología y Maestra en Comunicación de la Ciencia y la Cultura por el ITESO, recuerda que llegó a la investigación con el afán de aplicar, desde una óptica distinta, las herramientas adquiridas a lo largo de la carrera. Esto es parte de un proceso en el que uno de los componentes principales es el gusto, la pasión y el querer saber más por la temática que eliges para que sea parte de tu proyecto de vida.

Su pasión fue la combinación de poner la psicología al servicio de la calidad de vida de los adultos mayores “en distintas áreas del ámbito social y cultural no estamos preparados, esa fue una de las motivaciones. Busqué poner un granito de arena en relación a la temática desde lo social, que juega un papel importante”.

La investigación la condujo a trascender las fronteras de México, llevándola a una estancia académica en Argentina, donde la investigación de los temas de envejecimiento está muy avanzada. También estuvo en Uruguay y España.

Ella destaca la planta docente del ITESO como un factor decisivo de inspiración para seguir el camino de la investigación, así como las facilidades, la infraestructura y la biblioteca con aquellas bases de datos que tanto sirven.

“La interacción, que te permite vincularte con otros investigadores y académicos que no necesariamente sean del rubro de la investigación, te permiten esta cuestión de compartir la parte humana y la experiencia; eso también te enriquece muchísimo”.

Heriberto Soberanes, por su parte, es licenciado en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Sinaloa y llegó al ITESO a estudiar una maestría en Proyectos y Edificación Sustentables tras un periodo ‘gris’ en la CDMX, “donde hay de todo menos naturaleza”, recuerda.

El cometido para su trabajo de obtención de grado era crear una vivienda cien por ciento ecológica, que no tuviera ni generara ningún tipo de contaminación, que no fuera invasiva y que participara de la restauración del biotopo. Muchas de las soluciones en las que él había pensado ya se habían aplicado antes, pero sus maestros le ayudaron a darle un rumbo a su proyecto: bioclimatizar una vivienda de la región noroeste de México, es decir, producir un sistema de aire acondicionado que funciona con plantas.

“Básicamente, mi proyecto consistió en hacer un estudio con taxónomos y biólogos de Sinaloa en donde se profundizara sobre las distintas especies nativas que han sido arrasadas por la ciudad. Ahí está el tema de la restauración que es una de las partes de la sustentabilidad de mi proyecto. Entonces investigamos sobre las plantas que producían el mayor efecto de refrescar y que fueran plantas nativas o locales, que no fueran invasivas, que no fueran externas, de otras localidades, porque muchas veces eso ocasiona desequilibrios ambientales. Hicimos todo un estudio de las plantas, y cuando ya teníamos a las “candidatas” se hizo un convenio entre el ITESO y el Jardín Botánico de Culiacán donde el Jardín Botánico nos proporcionó para nuestra prueba piloto una serie de plantas – árboles, arbustos y plantas tapizantes – para hacer una estratificación de las plantas que se cubren unas a otras y se protegen. Montamos una especie de oasis o bosque miniatura en el patio de una casa, donde las plantas redujeron toda la temperatura posible, y para introducir ese microclima que hicimos hacia la casa utilizamos algunas estrategias de arquitectura integral”, cuenta.

El resultado de este proyecto creado por Heriberto junto a su tutor, el arquitecto Antonio Penagos, y el profesor Francisco Álvarez Partida, fue generar una diferencia térmica de 10 grados centígrados entre el exterior y el interior de la vivienda. “

Como yo escogí una modalidad para obtener el grado que tenía que ver con la innovación,lo que hice fue realizar, ejecutar y medir una prueba piloto, que fue lo que se hizo en esta vivienda donde se instaló el sistema de mi proyecto, que se llama ‘Sistema de acondicionamiento térmico mediante manejo microclimático para edificaciones en regiones cálidas (SATMERC)’”, puntualiza Heriberto.

Con este proyecto fue mucho más allá de lo solicitado para obtener el grado. El organismo que lo evaluó, cuando le hizo la mención de innovación le dijo que su tesis era la mejor que tenía el posgrado en toda su historia. Definitivamente, Heriberto dejó la vara muy alta para las generaciones venideras.