Estudiantes, especialistas y autoridades se reunieron en el ITESO para analizar las implicaciones que traería la construcción de un segundo piso de cuota sobre la avenida López Mateos. Advirtieron que esta obra agravaría la contaminación, el tráfico y la desigualdad urbana en la ciudad.

Ante la decisión del gobierno estatal de reconsiderar la construcción de un segundo piso de cuota sobre la avenida López Mateos (propuesta impulsada por la Cámara de la Industria de la Construcción y el Colegio de Ingenieros) estudiantes, activistas, autoridades y miembros de la sociedad civil se reunieron en el ITESO para dialogar sobre el impacto de esta obra en el medio ambiente y en la salud de los ciudadanos. Compartieron las alternativas que podrían implementarse para conseguir el tipo de ciudad que aspiran a habitar.

Durante el conversatorio “¿Segundo piso en López Mateos? Pros y contras ambientales”, Jesús Soto, director general de Seguridad Vial, advirtió que la propuesta podría parecer una solución inmediata al tráfico vehicular que enfrenta a diario esta avenida, pero su efectividad sería temporal. El corredor volvería a colapsar en un par de años.

“Conforme se va creando más infraestructura para el auto, lo que ocurre es un fenómeno de tráfico inducido, es decir, se le invita a la población a utilizar más el auto”, explicó Soto. Añadió que, históricamente, la planeación urbana ha estado enfocada en el transporte motorizado y en ampliar el espacio para los mismos, dejando de lado a las personas.

Guadalajara es una de las ciudades más motorizadas de América Latina, con más de 2.9 millones de vehículos registrados tan solo en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Cada día se suman alrededor de 840 autos nuevos al parque vehicular, cosa que agrava el problema de congestión vial. Si reuniéramos en una fila todos los automóviles que hay en Guadalajara, podría llegar “dos veces a Tokio o dar media vuelta al planeta Tierra siguiendo la línea ecuatorial”, ilustró Sebastián Vizcaíno, integrante del colectivo Movilidad ITESO.

Durante el 2024 se registró una contingencia ambiental siete de cada diez días. Según el inventario de emisiones del Instituto de Planeación y Gestión del Desarrollo del Área Metropolitana de Guadalajara (Imeplan), el 70% de los gases de efecto invernadero en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) provienen de vehículos motorizados, sobre todo de autos particulares y motocicletas. Jesús Soto, director general de Seguridad Vial, explicó que se necesitarían 31 bosques como La Primavera para absorber las 5.31 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂), que emiten los medios de transporte.

Esto deja ver que el tráfico implica mucho más que tiempo de traslado: tiene afectaciones directas en la salud. El CO₂ provoca enfermedades pulmonares a largo plazo como el asma, cefaleas y mareos. Aunado a esto, en Jalisco mueren aproximadamente 1,250 personas al año por siniestros viales, y por cada fallecimiento se estima que hay 50 personas lesionadas.

Tomando en cuenta estos factores, Pablo Montaño, coordinador de la organización Conexiones Climáticas, señaló que la propuesta de la obra es incongruente con el Plan de Acción Climática Metropolitano (PACmetro). Desarrollado por el IMEPLAN en 2020, fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la COP26. “No estamos pidiendo nada más que memoria” expresó Montaño, quien también recordó que en 2023 el ahora gobernador Pablo Lemus se opuso públicamente a este tipo de proyectos, lo que hace aún más contradictoria su postura actual.

“Él fue una pieza clave para movilizar al sector empresarial en contra de ese proyecto. Entonces, hay un testimonio de que el gobernador entiende que estos proyectos no benefician a la ciudadanía”, reafirmó.

Este diálogo provocó una activa participación entre los asistentes, en su mayoría estudiantes, quienes compartieron sus experiencias al transitar por la ciudad. Entre las principales demandas destacó la falta de vías alternas a López Mateos para acceder desde el sur, una zona que ha crecido significativamente con el paso de los años y el desarrollo de múltiples proyectos inmobiliarios.

A esta problemática se suma la inseguridad al trasladarse a pie o en transporte público, así como la falta de infraestructura adecuada para adultos mayores o personas con discapacidad. Los asistentes señalaron que la ciudad no está diseñada para garantizar una movilidad libre y segura.

Las características irregulares de esta arteria de la ciudad sugieren una atención sistemática e integral que vaya más allá de construir un segundo piso.

En el conversatorio se propusieron soluciones: mejorar el transporte público; ampliar la infraestructura peatonal y ciclista; regular servicios como los mototaxis; y fomentar desarrollos urbanos que reduzcan los traslados largos. Todo esto con el objetivo de construir una ciudad accesible, segura y sustentable. 

FOTO: Zyan André