En el marco del Día Internacional del Medio Ambiente, la iniciativa Anillo Primavera obtuvo el Reconocimiento al Mérito Ambiental 2024 otorgado por el Congreso del Estado de Jalisco
Anillo Primavera es un espacio formativo multidisciplinar del que han florecido diversos proyectos e iniciativas en torno al bosque de La Primavera. Y en agosto, obtuvo el Reconocimiento al Mérito Ambiental 2024 que otorga el Congreso del Estado de Jalisco a través de la Comisión de Medio Ambiente, Sostenibilidad, Protección civil y Resiliencia, en el marco del Día Internacional del Medio Ambiente.
Sandra Valdés Valdés, coordinadora de la Licenciatura en Arquitectura, señala que esta distinción fue entregada como reconocimiento a la trayectoria de Anillo Primavera, que acumula ya 13 años trabajando por la conservación del bosque de La Primavera y su zona de amortiguamiento.
El libro Estrategia Anillo Primavera recoge la historia de un proyecto por el que han pasado más de 500 estudiantes de distintas carreras del ITESO, y que ha dado pie a la creación de la asociación civil que lleva el mismo nombre; al Observatorio Biosfera Primavera; al modelo de gestión y espacio académico Bosque Interuniversitario La Primavera: y al Organismo Público Descentralizado (OPD) Bosque La Primavera.
“El libro busca la recopilación del trabajo que ha hecho Anillo Primavera a diferentes escalas, desde la investigación, generación de conocimiento y divulgación que luego se fueron transformando en acciones específicas y en vinculaciones con otras organizaciones, comunidades, y universidades”, menciona Sandra Valdés.
Para Pedro Alcocer Santos, académico del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), la belleza del proyecto es que no quedó en el cajón, como desgraciadamente sucede con investigaciones salidas desde la academia.
“Hicimos las vinculaciones y figuras morales necesarias para salir del ámbito ITESO y poder tener una voz de incidencia hacia afuera. Todo mundo sabe que Anillo Primavera es parte del ITESO, pero tiene una voz independiente y la posibilidad de pertenecer a grupos de tomadores de decisiones como el Comité de Medio Ambiente de Zapopan o el Comité de Medio Ambiente de Tala. Tuvimos esa posibilidad de trascender, dar opiniones y generar agenda pública”, afirmó.
Los académicos coinciden en que este libro también constituye un llamado a la acción colectiva para garantizar el futuro del Bosque La Primavera (si te interesa obtener una versión digital del libro, contáctalos a través de la página anilloprimavera.org).
Cambiar la percepción social, el objetivo
Alcocer Santos afirma que la percepción de la ciudadanía respecto al bosque ha cambiado drásticamente a partir de los trabajos de Anillo Primavera y la explosión de las redes sociales. “Ha cambiado desde la forma en que se conoce hasta la forma en que se gestiona”, apunta.
Por ejemplo, gracias a la generación y divulgación de información del Observatorio Biosfera Primavera en temas de avistamiento de fauna, incendios y crecimiento de la ciudad, desde la ciudadanía se ha percibido un cambio en la concepción del bosque. A partir del sistema de fototrampeo para monitoreo de animales en el bosque, ahora se sabe de la presencia de linces, coyotes, venados cola blanca, pecaríes y 13 pumas, una de las cuales, por cierto, está preñada.
“Todo mundo nos decía que no encontraríamos nada y a la primera apareció un puma. Lo increíble fue darnos cuenta de que aquel bosque seguía vivo; había una cultura de decir que La Primavera ya no tenía fauna, que tarde o temprano se iba a convertir en un parque”, apunta la coordinadora.
“Tenemos un bosque muy lastimado que está en regeneración, pero que todavía puede recuperar su esplendor. En La Primavera está el ecosistema completo y además tiene una conexión biológica con otros ecosistemas”, añade Pedro Alcocer.
Desde la arquitectura, la multidisciplina y la colaboración
El Proyecto de Aplicación Profesional se ha compuesto mayoritariamente por estudiantes de Arquitectura.
“Hasta inicios del siglo XX, se creía que los arquitectos sólo podían transformar el espacio agregando nuevos elementos constructivos. Pero con todos los problemas que tiene nuestro planeta en materia medioambiental, nuestra responsabilidad como arquitectos es transformar el espacio para recuperar lo perdido”, dice Valdés Valdés.
La apuesta es la regeneración del bosque, desde una actitud de responsabilidad social y ambiental. “A esta generación y a las siguientes nos toca ser transformadores del espacio para recuperar, regenerar y dejar este planeta mejor que como lo recibimos”, complementa.
Para Pedro Alcocer, esta es una propuesta que nace desde la Escuela de Arquitectura y desde la propia universidad. “El ecosistema de la universidad te obliga a buscar formas para incidir positivamente en el entorno. El ITESO, desde sus inicios, le ha apostado a temas de sustentabilidad”, agrega.
En el PAP también han participado estudiantes de Ingeniería Ambiental y de las licenciaturas en Gestión Cultural; Gestión Pública; Periodismo y Comunicación Pública; Comunicación y Artes Audiovisuales; Hospitalidad y Turismo; y Derecho, entre otras.
El trabajo en red no se detiene hacia el interior de la universidad. Entre los aliados de las diversas figuras que abarca la iniciativa Anillo Primavera está la Universidad para la Cooperación Internacional (UCI) de Costa Rica; la Universidad Marista de Guadalajara; la Universidad Panamericana (UP) campus Guadalajara y la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA). Además, se cuenta con el apoyo de la Cátedra UNESCO de Reservas de Biosfera y Sitios del Patrimonio Mundial Naturales y Mixtos de la UCI; de la Cátedra Unesco en Gestión del Hábitat y Desarrollo Socialmente Sustentable del ITESO; del Laboratorio Internacional de Paisajes Culturales; y de la Escuela Latinoamericana de Áreas Protegidas (ELAP).
Estas colaboraciones han dado pie a un entendimiento del Bosque La Primavera desde diferentes miradas y líneas de acción, entre las que destacan el patrimonio, la calidad de vida, la experiencia de usuarios y los procesos de gobernanza, así como temas de vinculación social y conectividad ecológica.
Foto: Roberto Ornelas y cortesía