En su mensaje de lectio brevis, Pedro Reyes, SJ, guió la reflexión en torno a la necesidad de conversar, de abrirse a lo que dice el otro y de disentir. Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO, inauguró formalmente el nuevo ciclo escolar
La palabra universidad viene del latín universitas y hay consenso en señalar que el significado es «el conjunto de todas las cosas». Desde el siglo XIV se utiliza para denominar los centros de enseñanza superior y el concepto, entendido como un espacio para la conversación entre las personas, fue retomado por Pedro Reyes, SJ, durante el mensaje de lectio brevis bajo el título «La universitas, un crisol de la opinión», con el que el ITESO dio por formalmente inaugurado su ciclo escolar Otoño 2021, marcado por el paulatino regreso de la comunidad universitaria al campus. Prueba de esto último fue la manera de seguir la lectio brevis: hubo quienes lo hicieron en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, y quienes lo hicieron a distancia a través de las transmisiones por Facebook y YouTube.
Mónica Márquez, directora de Información Académica y de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos, SJ, recordó que la traducción de lectio brevis es literalmente lección breve y que se trata de «una tradición centenaria» en las escuelas confiadas a la Compañía de Jesús, y explicó que es «una exposición magisterial para toda la comunidad universitaria».
Luego de esta presentación Márquez dio la palabra a Pedro Reyes, SJ, académico del Departamento de Filosofía y Humanidades, quien desde las primeras líneas de su mensaje dijo que uno de sus intereses era que su reflexión provocara conversaciones que continuaran en los pasillos o en las pantallas, en las aulas físicas o virtuales, en el café o en los hogares. Y es que, dijo, a pesar de los tiempos que se viven —con la pandemia, los desaparecidos, la inseguridad y un agobiante etcétera—, «conversamos, abrimos la oportunidad de la palabra dirigida a otra persona de quien esperamos también su palabra. La audacia de quien inicia esa conversación sorprende y nos invita a pensar».
La conversación fue el eje rector del mensaje dirigido por Reyes, específicamente «la palabra, y la característica sorprendentemente redentora que puede tener». Tomando como punto de partida la palabra y algunas ideas de la filósofa alemana Hannah Arendt como asidero, el jesuita describió la conversación como una natalidad pues «cada ser humano es siempre un inicio. La conversación inicia cuando alguien pone una palabra en la mesa. Tenemos esa capacidad de iniciar, que Arendt llamaba natalidad, porque se enraiza en nuestra misma condición de ser nacidos».
Siguiendo con esta línea de pensamiento, señaló que es importante «dejarnos afectar profundamente por la novedad que la otra persona nos representa» o, dicho de otro modo, escuchar sin desacreditar lo que dice el otro.
Después, haciendo una serie de ligas etimológicas que pasaron por el latín, el hebreo y el griego, asoció la palabra «opinión» con los conceptos «gloria» y «brillo» y, retomando a Arendt, dijo que la opinión «guarda ese poder de la natalidad, el que nos indica el peso de su pertenencia a una fuente de luz y brillo que no soy yo, que nos solicita un lugar propicio y un ejercicio constante de atención para que se pueda hacer visible su novedad. Lo que estoy recibiendo es un don, que no puedo tomar como mi obra propia, y al que tengo que atender como cosa otra, extraña, ajena», y luego asoció este nuevo concepto con su idea central: «la opinión da fruto nuevo precisamente como conversación. Las opiniones solamente se hacen tales, plenamente, cuando se entrelazan, se intercambian y se dejan fecundar mutuamente. Sólo así dan su fruto».
Tejiendo ideas, el académico del Departamento de Filosofía y Humanidades enhebró un nuevo concepto: universitas. Así, el brillo que nace del intercambio de opiniones, dijo, «es el brillo de la universitas, raíz de la universalidad, de la universidad, que se convierte en un lugar donde se ensaya la política, la asamblea, donde se puede hablar porque habrá escucha, acogida y respuesta, y se podrá seguir dialogando».
Así pues, en tanto crisol de la opinión, la universitas tiene como misión fundamental «cuidar que en su espacio se forje la opinión y brille con toda su fecundidad». Y es que, continuó, más que la búsqueda una verdad única impuesta por una sola voz y devenida en propaganda, lo que debe buscarse es que la comunidad se haga verdad «en el intercambio reflexivo de las opiniones surgidas».
Para que este intercambio ocurra, Reyes añadió otro concepto: la imaginación, entendida como la «capacidad que permite que cada pensamiento entre en contacto con otros imaginando la situación desde donde son formulados. Se trata de la capacidad que muchas veces formulamos como ponernos en los zapatos del otro, pero tomando en cuenta que esos zapatos son algo que podemos conocer, comprender, proyectar, sin abolir su carácter extranjero. Los zapatos del otro, de las otras, de les otres, pueden llevarnos a donde nuestros zapatos no nos han llevado, donde tal vez no quisiéramos ser llevados».
Catalina Morfín López, directora general académica; Luis Arriaga Valenzuela, SJ, rector del ITESO, y Pedro Antonio Reyes Linares, SJ, académico del Departamento de Filosofía y Humanidades.
Finalmente, señaló que «aprender a gozarnos en la otredad, sin recurrir constantemente a la autoafirmación y las estrategias más comunes de devaluación del discurso ajeno, es uno de los aprendizajes más importantes a vivir en una institución que sigue la tradición de la universitas». Remató invitando a «mantener viva la capacidad del disenso, porque privilegia la visión y la comunidad por construir, más que la violencia de la única perspectiva».
Luego del mensaje de Pedro Reyes, SJ, tocó turno a Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO, quien calificó como un «motivo de alegría» la posibilidad de comenzar un nuevo periodo de trabajo a pesar de las dificultades y los retos que ha entrañado el último año. Destacó la capacidad de la comunidad universitaria para adaptarse a la situación y hacer realidad su misión sin renunciar «nunca a su compromiso con la educación y la sociedad».
El Rector invitó a la comunidad, siguiendo lo plantado por Reyes, a «promover conversaciones, a abrir la mente a los desafíos». Propuso como palabras clave conversación, concordia y reconciliación, y señaló que desde estos conceptos «nos corresponde establecer vínculos para volver a la asamblea desde donde se discuten los problemas comunes, donde se recibe con cuidado y atención lo que diga el otro».
Luis Arriaga, SJ, dio por inaugurado oficialmente el ciclo Otoño 2021.
FOTOS: Luis Ponciano