Jacqueline Meléndez es estudiante de la Ingeniería en Empresas de Servicios del ITESO y forma parte de un equipo que ha diseñado un modelo de casa armable y económica, qla cual tiene por objetivo resolver el problema de vivienda en la colonia El Rehilete, en Zapopan.

En la mitología azteca, Chantico era la diosa del fuego terrestre, es decir, el que se encuentra en el fogón de la casa.
Una de las interpretaciones de su nombre es “la que está en el hogar”, y por eso sirvió como inspiración para bautizar el proyecto T-Chan, una iniciativa que busca brindar una solución a los problemas de vivienda en la colonia El Rehilete, en Zapopan, y en cuyo equipo se encuentra Jacqueline Meléndez, estudiante de sexto semestre de la Ingeniería en Empresas de Servicio del ITESO.
La propuesta de T-Chan (los encuentras en Facebook como tchanmx) consiste en construir viviendas económicas a partir de chanes, como han llamado a los triángulos de madera y paja comprimida que, una vez armados, dan forma a una casa más resistente que las viviendas actuales en las que viven muchas personas de la colonia, construidas con tablas, láminas, cartones y lonas. La idea de Cristóbal García (arquitecto), Michelle López (diseñadora industrial), Luis Ambriz (mercadólogo), Brenda García (finanzas), Itzel Tamayo (mercadóloga) y Jacqueline es comenzar a ofrecer una vivienda digna a los habitantes de la colonia.

Foto: Luis Ponciano

¿Cuál es el origen de T-Chan?
Todo empezó en agosto del año pasado, en un laboratorio de emprendimiento social. Ahí se creó el equipo multidisciplinario y comenzamos con la visita a la colonia para detectar necesidades.
Identificamos el problema de la vivienda y entonces procedimos a validarlo, porque muchas veces uno ve ciertas problemáticas pero las personas no las viven como tales.

Se hicieron entrevistas y las mismas personas señalaron que, al vivir muchas veces en terrenos irregulares, se les dificulta invertir en el tema de la vivienda.

Después de validar la problemática el arquitecto y la diseñadora desarrollaron la idea del diseño constructivo. Se hizo el primer chan —que es un triángulo de 1.20 x 1.20— y se preguntó a las personas si se imaginaban viviendo en una casa poco común, totalmente diferente. Les pareció bien, preguntaron precios y nos metimos de lleno.

¿Cómo son las casas que están proponiendo?
Muchas de las viviendas actuales en la colonia ni siquiera tienen una distribución, son sólo un cuarto en el que está todo. Las casas están hechas de madera en mal estado porque la consiguen en tiraderos, láminas, cartones, lonas para las lluvias, pero no hay nada bien edificado.

Las personas que intentan construir con material se tardan hasta dos meses y gastan cerca de 50 mil pesos para hacer un cuarto sin techo.

El sistema constructivo que ofrecemos es una vivienda de forma geodésica de 6 x 16 metros hecha con base en triángulos modulares. El costo de la casa, con divisiones de cuartos (dos o tres) y baño, sería de 80 mil pesos. Es antisísmica y una de las ventajas es que se puede construir en tres días y la familia puede participar en su construcción.

Actualmente se están haciendo pruebas de resistencia a las pacas de paja, porque los habitantes nos preguntaban qué pasa si alguien, por hacer la maldad, prende fuego a los chanes. Se está buscando el recubrimiento para hacerlas más seguras, para que la familia pueda responder y apagar en caso de alguna eventualidad.

La ventaja de que sean modulares es que, si se prende un chan, se puede cambiar sin afectar el resto de la construcción. En muchos casos estas viviendas improvisadas se realizan de manera irregular.

¿Cómo están tratando ese tema?
Algunos regidores de Zapopan consideran la colonia El Rehilete como foco rojo, porque muchas personas creen que el terreno es suyo y no se asumen como irregulares.

Algunas incluso pagaron por el terreno donde construyeron sus viviendas. ¿Quién se los vendió y fue legal esa venta? Quién sabe. Comentando con las personas, ellas nos decían que no estaban en la informalidad. Creen que el gobierno no puede hacer nada para quitarlos, pero al mismo tiempo reconocen que no quieren construir por la incertidumbre de qué pasa si el gobierno los echa: todo lo invertido se va a quedar ahí, perderán la inversión.

Como el sistema de construcción que proponemos es desmontable, si en algún momento no llegan a un acuerdo en cuanto a la irregularidad, las personas podrían llevarse la estructura. Fue algo que a las personas les interesó.
¿En qué etapa está el proyecto?
Queremos tener construida la primera casa antes del 28 de abril, porque hay una competencia local de Enactus, que es una organización que impulsa el emprendimiento social a través de los negocios. Estamos con la idea de ganar y pasar a la competencia nacional, que será en junio. Para la primera casa se va a hacer una convocatoria para que las familias interesadas llenen un formato, vamos a elegir una familia y recaudar fondos a través de crowdfunding para solventar los gastos y validar el modelo de negocio.

Por otra parte, queremos redondear el proyecto con la fabricación de productos complementarios como lámparas, estantes, sillones y muebles. La idea es que las personas hagan estos insumos y que la venta sirva para subsidiar el pago de la casa. Las personas trabajarían en la producción si así lo desean y las ganancias van a cuenta del pago de la casa. Es una manera de generar trabajo en la colonia y en otras que sufran rezago patrimonial.
¿Qué opiniones han recibido de las personas?
A las personas les interesa y se han acercado a preguntar precios y pagos. Al principio habíamos planeado un sistema de microcrédito, pero la mayoría tiene deudas en Elektra y Coppel, conocen los microcréditos y como que no les late. Los convenció más la propuesta de los productos complementarios.