La tecnología sí es una herramienta poderosa, pero la pregunta clave de las “ciudades inteligentes” es: ¿Cómo la usarán las personas?
POR ENRIQUE GONZÁLEZ

En Nueva York, los semáforos saben que ya viene un autobús del transporte público y entonces deciden, dependiendo del tráfico, alargar o recortar la luz verde. ¿Resultado? Menos contaminación, más rapidez en desplazamientos y menos atascos.

Sergio Aldaz, Óscar Fernández, Mario Arauz, Bernardo Cotero, Manuel Ávalos y Luis Fernando Pérez

En Guadalajara, los empresarios que son dueños del transporte público se ha negado a ser monitoreados y el gobierno estatal ha sido incapaz de obligarlos.

Este es un típico ejemplo de una ciudad inteligente (Smart cities), un ideal que tiene apóstoles por todo el mundo y que fue el eje de la charla que sostuvieron en el ITESO seis involucrados con estos asuntos, reunidos por el primer Congreso Tecnológico y de Innovación INGENIA, organizado por el Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática del ITESO (DESI).

Una ciudad inteligente utiliza la tecnología para recabar enormes cantidades de datos –y luego las personas tienen que interpretarlos– para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Si se toma en cuenta que para 2050 el 67% de la gente vivirá en ciudades (datos de la ONU y otras instituciones), el tema es claramente prioritario, coincidieron en señalar Óscar Fernández, jefe del Centro para la Gestión de la Innovación y la Tecnología (Cegint); Mario Arauz, coordinador de Administración e Innovación del Gobierno de Guadalajara; Manuel Ávalos, inventor y miembro de la Academia de Tecnología de IBM; y Luis Eduardo Pérez, profesor del DESI, y Sergio Aldaz, alumno de la Ingeniería en Empresas de Servicios, moderados por Bernardo Cotero, también profesor del citado departamento.

A la hora de pensar en apps o cualquier herramienta futura, trabajen en equipos multidisciplinarios (mercadólogos, ingenieros, contadores, psicólogos o administradores); piensen en resolver problemas cercanos y cotidianos (en Baja California es la falta de agua y en Guadalajara la movilidad) y en atender el dolor de alguien; innoven a pesar de los gobiernos (pusieron el ejemplo de UBER) y, si ven que no hay ciudadanos educados e inteligentes (los que tiran basura en la calle, hablan por celular cuando manejan o contaminan el ambiente) pongan el ejemplo, les dijeron los panelistas a quienes acudieron al Auditorio D2 la tarde del 16 de febrero.

“No me puedo quedar con el hardware y el software si alguien no le va a dar sentido a esa información que estamos recopilando y si alguien no va a tomar decisiones para mejorar esa futura ciudad que queremos, en la que vamos a tener grandes problemas de sustentabilidad, movilidad, recolección de basura o alimentación”, subrayó Pérez.

En el ITESO, las carreras del DESI tendrán como obligatoria la materia de “Internet de las cosas”, lo que le dio pie a Cotero para soltar una pregunta que fue muy bien recibida por los asistentes: “¿Se imaginan que esa materia fuera para toda la universidad?” Fotos Luis Ponciano/Archivo