Los programas para prevenir los suicidios deben implementarse en varios niveles de la sociedad que involucra al gobierno y a los medios de comunicación, considera Luis Miguel Sánchez, profesor de la Maestría en Psicoterapia del ITESO.
“¿En México nos importa prevenir el suicidio? Los números dicen que no mucho”, lamentó el académico del Departamento de Psicología Educación y Salud del ITESO.
Durante la conferencia Prevención del suicidio, un imperativo global la noche del miércoles 15 de febrero en el Auditorio D, Sánchez Loyola revisó, más allá de las estadísticas del suicidio a nivel global y en México, los programas nacionales de salud.
El profesor de la maestría en Psicoterapia del ITESO señaló que en una de las líneas de acción del Programa de 2001 – 2006 se propuso mantener bajo control epidemiológico la tasa de suicidio consumado. De haberse logrado, apuntó, la tasa de suicidio no habría pasado de 3 a 5 suicidios por cada 100 mil habitantes.
En el siguiente Programa Nacionales de Salud (2007-2012) la palabra suicidio aparece en el texto seis veces sin que se defina un objetivo en el tema de prevención y en el programa vigente (2013-2018) el texto es poco claro: “Contribuir a mejorar el marco jurídico para la prevención de suicidios y homicidios con base en evidencia científica”.
“México es uno de los países en los que se ha incrementado de manera consistente en los últimos 40 años la tasa de suicidios”, señaló.
Sánchez Loyola agregó que en Estonia, por ejemplo, lograron reducir sus tasas de suicidio, en mujeres hasta 60 por ciento y 42 por ciento en hombres.
“Los suicidios pueden prevenirse, tenemos medidas preventivas eficaces, la OMS habla de que la clave es adoptar un enfoque multisectorial integral y que tristemente la mayoría de los países [de América] no han establecido una estrategia nacional de prevención”.
Aclara que la tendencia es aplicar programas de atención en varios niveles. En general se deben restringir el acceso a medios suicidas y regular lo que aparece en los medios de comunicación, Sánchez Loyola considera que lo detalladas que suelen ser las noticias sobre los suicidios facilitan la imitación.
En el nivel comunitario, señala, es necesario el entrenamiento a médicos y vigilantes para que puedan detectar a personas en riesgo de suicidarse, y en el nivel de atención el acceso a servicios de salud mental deberían ser rápidos y eficientes. Fotos Roberto Ornelas/Archivo