El ITESO fue el primer nodo de Internet en el occidente del país y ayudó a otras universidades a conectarse a la red.

En la universidad suceden cosas extraordinarias. Desde cosas pequeñas hasta grandes historias, como la que se recordó en la conversación de Ágora ITESO el pasado viernes 9 de febrero, que tuvo como marco la celebración por los 60 años del ITESO, estuvo dedicada a recordar la relación que durante 30 años ha tenido esta casa de estudios con el Internet y cómo desde el campus se impulsó su expansión de esta tecnología naciente en aquellos años.

En 1987 salió el primer correo electrónico enviado desde el ITESO. El envío, por supuesto, no se hizo desde una laptop en la cafetería central o desde uno de los jardines. Para poder enviar un correo electrónico había que escribirlo en una hoja, llevarlo al centro de cómputo para su transcripción y envío y luego volver uno o dos días después para ver si había respuesta.

El proceso fue recordado por Adrián Toledano, Ariadna Martínez y Antonio Ramírez, y Fernando Escobar, quien moderó la mesa compartieron con los asistentes las memorias de los días en que Internet dio sus primeros pasos en esta región del país.

“Antes sólo había una salita y había que hacer cita para trabajar con una conexión de 360 bites por segundo”, recordó Adrián Toledano, quien hizo énfasis en señalar que el ITESO fue el primer nodo de Internet en la región occidente.

“El ITESO tuvo un papel preponderante, no sólo en la parte tecnológica: fue de los primeros en investigar el impacto que ha tenido el Internet en la educación, la economía, los negocios. Es algo que ahora vemos y no creemos”.

A manera de recuento histórico, Fernando Escobar recordó que en 1977 se crearon las carreras de cómputo y se adquirieron los primeros equipos. Señaló que desde el inicio el planteamiento fue “¿esto cómo sirve a la comunidad universitaria?”, línea que se mantiene hasta la fecha.

Relató cómo las primeras redes que se crearon fueron académicas y cómo surgió el contacto con la UNAM, que fue quien otorgó al ITESO la primera cuenta para usar Internet. Luego vino la creación de la primera red, en la que participaron el ITESO, el Tec de Monterrey y la Universidad de las Américas. Después vino el surgimiento de Mexnet, que fue la primera red académica en el país, a la que después se unieron la UdeG y el ITAM.

“El ITESO fue de los primeros en recibir líneas digitales, junto con el Tec y la Universidad de las Américas, y luego ayudó a las otras universidades a sumarse, porque de nada sirve una red si sólo tú estás conectado”, dijo Adrián Toledano, quien también destacó que la Universidad Jesuita fue la primera en dar una cuenta de correo electrónico a sus alumnos y en brindar el acceso remoto a los profesores.

Ariadna Martínez recordó su paso por el laboratorio de cómputo como prestadora de servicio social. Confesó que al principio le costaba trabajo entender algo tan intangible como era Internet y también compartió las dificultades que tuvo cuando le toco capacitar a las demás personas.

Por su parte, Antonio Ramírez bromeó diciendo: “Cuando Dios creó el Internet, a nosotros nos tocó prender los switches”, y luego confesó que al principio pensaba que era algo que no tendría futuro.

“Nosotros estábamos jugando con nuestros fierritos [refiriéndose al hardware, enrutadores, etcétera], pero la gente ya se estaba comunicando”.

El comentario fue complementado por Fernando Escobar, quien dijo: “Nuestra imaginación más desbordada no se acercó ni remotamente a lo que ahora es Internet”.

La sesión de la conversación de Ágora ITESO se vio enriquecida con las participaciones espontáneas de los asistentes, quienes compartieron experiencias como la idea de crear el primer sitio web del ITESO o cuando Telmex entró al juego y “se pirateó” [es decir, se llevó a trabajar] a quienes se habían especializado desde el trabajo en las universidades.

Cuestionados por Fernando Escobar sobre cómo habían cambiado sus vidas la llegada de Internet, Ariadna Martínez señaló que “muchas veces no valoramos el impacto de las cosas hasta que miramos atrás y comparamos cómo era cuando no lo teníamos. Todo lo que hacemos hoy en día está relacionado con el Internet”.

Desde el público se hicieron reflexiones sobre cómo se transformó el papel del maestro: si antes servía para que los alumnos tuvieran acceso a información no tan difundida, ahora deben ayudar a discernir entre tanta información.