Hack-To-Solve reunió a estudiantes de carreras e ingenierías distintas para ponerse a trabajar en soluciones sociales.
¿Qué sucede cuando una alumna de Filosofía propone una solución tecnológica a un problema social con alguien de Ingeniería Ambiental, de Arquitectura y de Sistemas Computacionales? ¿Cómo pueden comunicarse entre diferencias de talentos y aprendizajes?
Este fue el reto y el éxito de conformar Hack-To-Solve, un hackathón organizado por estudiantes del ITESO de diversas áreas que tuvo como propósito generar un espacio en donde se resuelvan problemáticas sociales y se promueva el trabajo multidisciplinario y colaborativo para construir soluciones viables en donde se consideren las problemáticas a fondo, la solución tecnológica, el diseño, y el plan de negocios. Este se llevó a cabo el 24 y 25 de febrero en el ITESO.
Luisa Flores, estudiante de Ingeniería en Sistemas Computacionales y una de las organizadoras, cuenta que tenía la inquietud de unir distintas carreras y realizar proyectos interesantes.
“Me gusta ir a hackatones y el equipo que formamos fue pensado para que no solo fuera un evento tecnológico, sino también con un sentido social”.
La idea la concibieron estudiantes de Ingeniería Ambiental, Filosofía, Arquitectura, Ingeniería Electrónica, Empresas y Servicios y Ciencias de la Educación. El trabajo fue respaldado por el Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática, en el marco del Congreso de tecnología INGENIA, que se llevó a cabo el 22 y 23 de febrero; y además contó con el apoyo de profesoras y profesores de Departamento de Economía, Administración y Mercadología, el Departamento de Proceso Tecnológicos e Industriales, la Coordinación de Investigación y Posgrado y el Departamento de Psicología, Educación y Salud, quienes asistieron como mentores y jueces de diversas áreas de interés de los estudiantes para la organización del Hack-To-Solve.
Los retos a vencer en 24 horas fueron Soberanía alimentaria y Aprendizaje libre. Fueron 38 alumnos y alumnas de distintas universidades y niveles educativos, como el Tec de Monterrey, la UDG, el Instituto Tecnológico Superior Mario Molina, la UNIVA, la UVM, entre otros. Se realizaron cuatro equipos para idear soluciones.
“Lo interesante fue que no solo contamos con mentores tecnológicos, sino expertos en educación y soberanía alimentaria y juntar personas expertas en temas que no siempre se tocan en hackathones, como nutrición, ciencia de datos, educación… y al final, más que una competencia, fue una forma de hacer una comunidad de aprendizaje y conexiones entre distintas disciplinas”, cuenta Ana Ortiz, estudiante de Ciencias de la Educación.