A ser líderes que acompañen a los más necesitados instó Catalina Morfín, directora general académica del ITESO a los estudiantes que egresaron de un posgrado.

Los 81 graduados se reunieron con sus compañeros y profesores, amigos y familiares. Tienen algo en común: celebran la terminación de sus estudios de posgrado y aunque ha sido un proceso largo, para algunos de dos a tres años, todos lo han logrado, y tienen un título que trae consigo una nueva responsabilidad.

“La experiencia universitaria nos conduce a una reflexión sobre nuestros estilos de vida, y a pensar qué hacer en una situación social en la que la desigualdad, la violencia y el sistemático desprecio a las personas vulnerables son cada vez más evidentes”, señaló Catalina Morfín, directora general académica del ITESO.

Y, una forma de cambiar esto, apuntó, es siendo líderes al estilo jesuita.

“Un primer componente del liderazgo al estilo jesuita es el ejemplo. Ser ejemplo para los demás es clave para dirigir la marcha de un equipo, una institución o una organización. Difícilmente una persona puede hablar de algo si no lo ha experimentado. No podrá incitar a otros a este cambio de vida y de transformación social que mencioné, si no está convencida de ello o no es coherente”.

Catalina Morfín enfatizó que quienes han egresado de la Universidad jesuita de Guadalajara están llamados a lograr que otros se comprometan por medio de su testimonio personal.

La directora general académica los Invitó a “escuchar y a contemplar la realidad que nos ha tocado vivir, para descubrir en dónde está el proyecto que debe impulsar nuestra vida”.

Es por esta realidad en la que vivimos, dijo, que “necesitamos liderazgos que acompañen, que se acerquen a los más necesitados y desvalidos, que se identifiquen con quienes son menos para este mundo y que, junto con ellos, revivan la concordia, el encuentro fraternal, el amor y la posibilidad de que este mundo sea una casa en la que todos podamos vivir como personas”.

El posgrado que estudiaron en el ITESO significa más que un diploma, o al menos así debería ser, es “la capacidad de decidir entre alternativas, la oportunidad de hacer lo correcto y hacer lo que nadie puede hacer en determinados momentos, transformar la brutal realidad de exclusión y explotación que nos ha tocado vivir, esto cada uno desde su trinchera”, dijo José de Jesús Ibarra, coordinador de la Maestría en Derecho Constitucionaly Argumentación Jurídica, durante la Ceremonia de terminación de estudios el pasado viernes 2 de febrero en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ.

José de Jesús Ibarra afirmó que la transformación del país vendrá de la sociedad civil, no de los partidos
políticos en las próximas elecciones; vendrá “de jóvenes como ustedes que llevan algo más que su expertise, llevan su congruencia y calidad humana ingredientes necesarios para el cambio social”.

Resaltó la necesidad de cultivar tres virtudes: la creatividad para resolver problemas, el servicio para hacer el bien mientras hacemos algo que nos apasiona, y la justicia para buscar la paz.