En el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2025, Laura Margarita Cuéllar Ibáñez resaltó la importancia de crear redes sostenibles que respalden a las mujeres en este proceso

 Por su impacto social, medioambiental, económico y de salud pública, la lactancia materna es una tarea colectiva y no individual, señaló Laura Margarita Cuéllar Ibáñez, profesora del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO.

Lo anterior lo mencionó durante la ponencia Lactancia materna, un compromiso de toda la comunidad. Creando sistemas de apoyo sostenibles, impartida a personal de la universidad, en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2025.

Esta charla, organizada por el Comité Interno Promotor de la Lactancia del ITESO, planteó que desde la comunidad universitaria es posible generar acciones que promuevan la lactancia materna, reconocida no solo como un acto de nutrición, sino también de protección emocional, de cuidado cultural y de sostenibilidad ambiental.

“Desde la comunidad universitaria tenemos que reconocer a la lactancia materna como algo natural, como algo común dentro de las actividades”, apuntó. Destacó la importancia de que las instituciones educativas promuevan prácticas que normalicen y hagan visible la lactancia, además de impulsar políticas que respalden a las madres lactantes con espacios adecuados, tiempos flexibles y una cultura organizacional que acompañe sus decisiones.

El ITESO ya ha dado pasos en este camino: desde 2024, cuenta con el Distintivo Jalisco Lactancia Responsable, otorgado por el gobierno del Estado en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Además de contar con dos lactarios acondicionados para que las usuarias puedan extraerse y almacenar adecuadamente la leche materna, ubicados en el primer nivel de la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, la universidad cuenta con una Política Institucional en Apoyo a la Lactancia y un Comité Interno Promotor de la Lactancia, con lo que se propone impactar positivamente en la calidad de vida de las madres de la comunidad universitaria y promover el fortalecimiento del vínculo familiar.

La apuesta universitaria en la materia choca con un contexto mexicano en el que siete de cada diez madres consideran difícil combinar lactancia y trabajo; seis de cada diez no tienen pausas adecuadas para extraerse leche; y muchas recurren a espacios inadecuados como baños o lugares sin privacidad para hacerlo. Estos obstáculos, advirtió Cuéllar Ibáñez, pueden limitar el desarrollo profesional de las mujeres, además de tener un impacto negativo en su vida familiar.

Lactancia materna, un verdadero pilar del desarrollo sostenible

“La lactancia materna es el inicio más saludable y responsable con el medio ambiente. Es un sistema alimentario sostenible”, recordó la ponente, destacando que el amamantamiento tiene beneficios que trascienden la relación madre–bebé.

La prevención de enfermedades crónicas e infecciosas y la consecuente reducción de costos en el rubro de la salud, e incluso la disminución de la huella de carbono, son algunas de las ventajas de esta práctica que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede hacer de la lactancia materna un pilar del desarrollo sostenible.

La académica señaló que, mientras un bebé alimentado seis meses con fórmula láctea genera entre 147 y 275 kilos de dióxido de carbono, un bebé que es alimentado con lactancia materna genera únicamente 60 kilos de dióxido de carbono, dependiendo de la dieta de la madre.

En tanto, compartió que cada año las familias mexicanas gastan más de 5 mil millones de pesos en fórmulas infantiles, muchas veces siguiendo las recomendaciones de profesionales de la salud que no están sensibilizados en el tema.

“La leche materna es un tejido vivo, nunca va a ser comparable con la fórmula más costosa”, insistió, a la vez que enfatizó que el éxito de la lactancia requiere del apoyo de parejas, instituciones, y centros de trabajo.

Por ello, Cuéllar Ibáñez consideró prioritario que desde la universidad se sumen esfuerzos para consolidar redes de apoyo, espacios de escucha y una formación transversal que incluya a la lactancia materna desde las sendas perspectivas de los diferentes programas de estudio, con la intención de respaldar entornos a favor de la lactancia materna, así como sensibilizar a los espacios de trabajo y tener información confiable y accesible en torno a los beneficios de la lactancia.

“Lo que queremos lograr en estos espacios es crear una comunidad de apoyo sostenible, que debe establecer condiciones duraderas, recursos accesibles y actitudes positivas que permitan a las mujeres lactantes iniciar, mantener y disfrutar la lactancia”, mencionó.

FOTO: Zyan André