El pasado 23 de abril, el rector del ITESO asistió al parque Juan Rulfo para participar en el taller impartido por los integrantes del PAP Ciudades Amigables con las Personas Mayores en el AMG

Como cada semana, la soledad, el aislamiento y hasta la tristeza se disipan para un grupo pequeño de mujeres mayores. El calor no merma las ganas. Sonríen, platican y bromean entre ellas mientras comienza la sesión número ocho, alrededor del mediodía.

Están reunidas en un salón en el centro del parque Juan Rulfo, en Zapopan. Ahí, desde hace ocho semanas, se encuentran con los jóvenes que forman parte del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) Ciudades Amigables con las Personas Mayores en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Son 10 alumnos de distintos semestres de las carreras de Nutrición y Ciencias de los Alimentos; Psicología, Gestión Cultural y Hospitalidad y Turismo del ITESO.

Este PAP se enmarca en un programa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), específicamente en uno muy amplio creado para hacer que las ciudades sean más amigables con las personas mayores. Así, otros países que llevan la delantera en el tema pueden compartir experiencias con los otros países que están por entrar a la etapa de la inversión de la pirámide poblacional, como México, donde la mayoría son personas mayores.

La del martes 23 de abril fue una ocasión especial: el rector de la universidad, Alexander Zatyrka, SJ, llegó al lugar y se incorporó a las actividades del taller, esta vez dedicado a que los participantes ahondaran en la importancia que tiene en sus vidas el planteamiento de metas, tanto para su desarrollo físico como cognitivo.

Cerca de las 12:00 horas ya estaban dentro del salón todos los asistentes del día. Eran 16 mujeres y el Rector. Lo primero era ejercitarse. Con movimientos de cabeza y estiramientos de brazos y piernas comenzó la dinámica. Luego siguieron las actividades para estimular el pensamiento de las asistentes.

Se formaron dos grupos en los que los integrantes, a través de cartas proporcionadas por los organizadores, tenían que encontrar formas para cumplir sus metas. Las metas establecidas en el juego eran cuatro: cultivar un pasatiempo, hacer ejercicio con regularidad, comer sano o al menos balanceado y pasar tiempo con la familia y amigos.

“Esta vez el tema son las metas. Se explica qué son las metas, la importancia de las metas en la vida, sobre todo, que es importante resignificar la etapa de la vejez. Llega uno a ser adulto mayor y como que ya no hay metas. Hay que reactivar esto, mantenernos con ese espíritu y sobre todo con mucha esperanza”, explicó Cristina Rojo Michel, académica del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social del ITESO y una de las tres profesoras encargadas de este proyecto.

“Aquí vemos cómo ponernos una meta y qué necesitamos para lograrla, es decir, el compromiso que hay que tener con uno mismo. Ver en comunidad cómo podemos favorecer que otras y otros cumplan sus metas y cómo yo también puedo participar en esa comunidad con esta finalidad”, agregó Rojo.

Para finalizar la sesión, los alumnos encargados de dar la pauta de actividades explicaron a los presentes una técnica para que en su vida diaria puedan ir cumpliendo sus objetivos.

En su interacción con los participantes, el Rector destacó la importancia de reconocer y valorar la contribución de los adultos mayores a la sociedad. «Estos talleres son un recordatorio vital de que todos, independientemente de nuestra edad, tenemos valor y mucho que ofrecer», comentó. «Los adultos mayores son tesoros de sabiduría y experiencia, y como sociedad, debemos garantizar que se sientan incluidos y respetados».

Sobre la contribución social que tienen este tipo de proyectos, Zatyrka aseguró los PAPs se han ido consolidando en el quehacer de la Universidad: “Vemos que los jóvenes y las jóvenes encuentran espacios donde aplicar lo que aprenden, sintiendo que contribuyen a construir una sociedad mejor. En particular en este proyecto con los adultos mayores, a quienes, como el Papa Francisco ha subrayado, en ocasiones se les ve como redundantes: la gente no sabe qué hacer con estos hermanos y hermanas que con su experiencia podían dar muchísimo a la sociedad».

Resaltó la importancia de integrar a los adultos mayores en la comunidad universitaria: “Es fundamental porque son una parte importante de nuestra sociedad y desde nuestra inspiración cristiana en la comunidad nadie sobra. Toda persona tiene un lugar, algo que aportar, que se le reconoce, que se le ayuda a que lo manifieste, a que lo comparta».

Andrea Enríquez Valenzuela, alumna de Psicología, compartió cómo el programa le permitió conectar con los adultos mayores: «La verdad, disfruté mucho este PAP. Yo personalmente no había tenido mucho contacto con adultos mayores porque mis abuelos ya no están conmigo. Vivir esta experiencia me marcó de una manera muy significativa. Pude encontrar en ellos una figura de abuelos, de consejos y de experiencia. Los adultos mayores son personas que aún tienen muchísimo que ofrecer y muchas veces la sociedad los excluye pensando que ya no son las mismas personas».

Para Ana Zulema Hernández Álvarez, de Gestión Cultural, la experiencia fue muy significativa: “Fue muy enriquecedor participar en este PAP con personas de la tercera edad. Aunque convivimos con nuestros abuelitos, no estamos tan conscientes del proceso que significa envejecer. Me hizo más consciente de que estas personas son parte de la sociedad y tienen que seguir siendo atendidas y respetadas».

María Esther Álvarez Bravo, de 82 años; y Luz María Pérez Patiño, de 74, expresaron su felicidad y agradecimiento de que existan espacios como éste. Coincidieron en que lo más importante es la convivencia, tanto con personas de su generación, como con los jóvenes: “No es que no sepamos lo que nos dicen los jóvenes, lo que aquí vemos son cosas que ya sabemos, pero que ellos nos las recuerdan y nos hacen verlas de otra forma. Además, es muy motivante venir aquí, estamos muy contentas y agradecidas”, dijo Luzma.

De acuerdo con Cristina Rojo, es necesario preparar los sistemas de salud, económico y cultural para contrarrestar la exclusión social que se vive en torno al envejecimiento: “Pareciera que envejecer es un castigo o que todo es antienvejecimiento y la productividad, por ejemplo, donde ya no caben nuestros mayores, no dignifica toda la experiencia que han acumulado a lo largo de sus vidas”.

El tema de la salud y del autocuidado, insistió la académica, es muy importante. De hecho, una de las premisas de la OMS tiene que ver con promover un envejecimiento activo: “Que sigamos siendo, que, si tenemos el privilegio de llegar a esa etapa de la vida, sigamos participando de la comunidad, de la sociedad, desde la dignidad”.

Desde el PAP, explicó, se dedican a diseñar, desarrollar y evaluar proyectos que mejoren las condiciones de vida de las personas mayores que vivan en la Zona Metropolitana de Guadalajara. Trabajan con grupos de personas ya organizados a través de DIF Guadalajara, DIF Zapopan y también hay una versión del PAP que es en línea, con la que se abarcan cuatro municipios.

FOTOS: Zyan André