El ITESO busca cambiar el modo en el que se aprenden las matemáticas, para combatir el rezago de la comunidad estudiantil en carreras como las ingenierías.
Que las matemáticas son un dolor de cabeza para la mayoría de los estudiantes no es nuevo. Que las implicaciones que esto tiene en el desarrollo del país, tampoco. Y es que no es para menos: los malos resultados en la materia y la falta de estrategias eficaces para cambiar esa situación, se traducen, por ejemplo, en un importante déficit de jóvenes que desean estudiar ingenierías. Este déficit es una de las muchas razones por las que México ha sido durante mucho tiempo un país primordialmente maquilador y no uno que desarrolle tecnología. Por eso, desde el ITESO se ha trabajado en cambiar el escenario a partir de una premisa que, aun cuando parece básica, muchas veces se pasa de largo: hay que cambiar la manera en que las matemáticas se aprenden.
Bernardo Cotero, director del Departamento de Matemáticas y Física (Dmaf) del ITESO, explica que el miedo o la aversión que muchas personas le tienen a las matemáticas es debido a diferentes factores, uno es que se trata de una disciplina abstracta y que no se ve reflejada en la realidad. Por eso, explica, “desde la universidad hemos trabajado en cambiar el modelo a partir del cual se aprende la materia. Estamos yendo de un modelo basado en operaciones a uno que toma la realidad, es decir, el punto de partida es que las y los estudiantes sepan para qué sirven las matemáticas”. Dicho de otro modo, se busca que se den cuenta de que las matemáticas se aplican cotidianamente.
“Queremos que aprendan matemáticas partiendo de lo concreto, del mundo tangible, de los sentidos y transitando de ahí hacia lo abstracto, hacia las representaciones, modelos y operaciones matemáticas, para operar, arribar a conclusiones, validarlas, luego volver al mundo de lo tangible y ser capaz de exponerlo”, detalla Cotero Ochoa. Para lograrlo, explica que se han tomado varias acciones, entre ellas se han rediseñado los cursos de cálculo con base en un currículum en espiral ascendente que “implica que pasamos varias veces por un mismo concepto matemático, en diferente nivel y desde diferente punto de vista. Esto nos permite utilizar conceptos de bucles más abajo cuando es necesario y conceptos y temas más complejos. Primero es intuitivamente y luego formalmente al ir ascendiendo; también hemos implementado talleres de capacitación para nuestros docentes; exámenes de diagnóstico y talleres complementarios de trigonometría y matemáticas básicas para estudiantes. Una psicóloga acompaña el aprendizaje de las y los estudiantes, y añade un detalle que es fundamental en el modelo: la atención al aspecto humano tanto de estudiantes como de docentes, porque no le puedes enseñar a alguien que no conoces”.
Según los diagnósticos que se realizan, muchos de las y los alumnos llegan a la formación universitaria con un bajo nivel en matemáticas. El problema no es nuevo, ya que una formación en matemáticas no afortunada se remonta desde la educación básica. Por eso, además del trabajo que el Departamento de Matemáticas y Física realiza con sus estudiantes, para el ITESO es fundamental cambiar la manera en la que se aprenden las matemáticas desde el nivel básico. Por eso, nació la Certificación en Matemática Educativa Nivel Preparatoria, un diplomado de 25 sesiones que orienta a docentes que quieran cambiar su manera de compartir el conocimiento. En muchos casos el diplomado, en principio, rompe con los paradigmas que poseen las y los docentes. Este diplomado utiliza un diseño instruccional denominado Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación y Evaluación (ADDIE), que tiene una relación muy cercana con el Modelo educativo del ITESO. “No es fácil trabajar con los profesores, porque casi todos vienen con un chip que es necesario cambiar. A muchos también hay que nivelarlos.” explica Bernardo Cotero.
Por el momento, el modelo en espiral propuesto por el ITESO se está aplicando en el campus, y el modelo ADDIE en la preparatoria Pedro Arrupe, SJ, y en el bachillerato semisemiescolarizado de la universidad; actualmente en la segunda generación del diplomado participan profesores de seis preparatorias más. Luego de dos años de aplicación con el modelo de espiral y un año con el diplomado, el director de Matemáticas y Física dice que los resultados han sido buenos, y también comenta que el modelo ha comenzado a llamar la atención fuera del ITESO.
Mientras se consolidan los proyectos, se continúa trabajando en el diplomado con la idea de capacitar a profesores que luego se encarguen de replicar el modelo en sus propias escuelas. La tarea es ardua, considerando que sólo en Jalisco hay cerca de 25 mil profesores de bachillerato. A esto se suma, asegura el director de Matemáticas y Física, “un sistema educativo con bases mínimas y en las que el uso de la tecnología no termina de ser aprovechado para un mejor aprendizaje”. Y añade que, contrario a lo que muchas personas piensan, las matemáticas no son cuestión de capacidad, sino de agarrarles el sabor. Sabor a felicidad.
Para concluir, Bernardo Cotero resalta el apoyo que ha recibido de la universidad, el trabajo conjunto con el Departamento de Psicología, Educación y Salud y, sobre todo, el trabajo que han venido realizando las y los profesores Cristina González, Nancy Ulloa, César Lozano, David González, Mónica Sofía Morales y Mónica Patricia Morales, que son quienes están liderando el proyecto y al que se han sumado más de 50 profesores del departamento con su trabajo creativo, comprometido y profesional. Sin ellos esto no será posible. “En cinco años habrá un resultado más evidente, cuando se hayan graduado dos generaciones de ingenieros”, remata Cotero.
Si eres estudiante del ITESO y quieres saber más o solicitar asesorías, busca a la profesora Nancy Ulloa, en el DMAF, edificio J, tercer piso.
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Certificación en Matemática Educativa Nivel Preparatoria
ILUSTRACIONES: ALEJANDRO ARMENTA, CÉSAR LOZANO Y NANCY ULLOA Y César Lozano
FOTOGRAFÍA. ROBERTO ORNELAS Y LUIS PONCIANO.